ERC ve "muy tocada" la relación con Sánchez pero le da margen para moverse

Robles comparecerá el miércoles en la comisión de defensa del Congreso

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La secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, en una imagen de archivo.

BarcelonaEl voto en contra de Esquerra al decreto de Ucrania todavía no supone la rotura definitiva con el PSOE, a pesar de que las relaciones hayan quedado "muy tocadas" a raíz del Catalangate. Esta es la fotografía que queda al día siguiente de la ajustada votación en el Congreso que el gobierno español pudo salvar a pesar de no tener los votos de los republicanos. La secretaria general adjunta de Esquerra, Marta Vilalta, ha explicado este viernes que su rechazo al decreto fue un "toque de atención" al gobierno español y que está en las manos de Pedro Sánchez recoser la mayoría de la investidura.

ERC intenta sacudirse la presión de encima; es decir, intenta ganar tiempo antes de decidir definitivamente si da por roto el acuerdo de investidura con los socialistas. No es un acuerdo fácil de romper, puesto que incluye la mesa de diálogo, el principal emblema de la estrategia de negociación que defienden los republicanos. Así, Vilalta ha defendido que su partido no es el responsable de responder si la relación con el PSOE está tocada de muerte: "Ahora la pelota está en el tejado del gobierno español", ha explicado a Catalunya Ràdio.

Por lo tanto, antes de hacer ningún paso irreversible, los republicanos quieren esperar a ver si Sánchez va más allá a la hora de tomar medidas para esclarecer el Catalangate. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha insistido este viernes que no basta con la convocatoria de la comisión de secretos oficiales en el Congreso. "Allí el nivel de la información es muy básico y no permite entrar en detalles necesarios que tenemos que saber del caso", ha expuesto en declaraciones a Telecinco.

Para saber si la legislatura española tiene vida habrá que dejar pasar unos días; los suficientes para medir si el PSOE hace algún gesto que satisfaga a ERC y todo vuelve una cierta normalidad, o para ver si realmente los socialistas encuentran una mayoría alternativa en el Congreso para gobernar prescindiendo de los votos de los republicanos. Con el decreto de Ucrania, el gobierno español tiene dos certezas: que puede aprobar leyes sin ERC, pero también que esto lo aboca a votaciones de infarto al último minuto. Esquerra lo sabe y este jueves Vilalta le ha recordado que quedan "muchísimas votaciones" para acabar la legislatura.

Presiones en direcciones opuestas

Mientras se aclara si la legislatura española tiene algún futuro, ERC sigue siendo el centro de las presiones. Presiones de quienes, como JxCat, quiere que dé por liquidada cualquier relación con el gobierno español, o de quienes, como el PSC, reclaman que no dé la espalda a decretos como el del jueves, que contenía medidas "de izquierdas" como la rebaja del precio de la gasolina o la contención de los precios de los alquileres. Desde la dirección de ERC admiten que "no fue una decisión fácil" votar en contra, pero que pesó más el enojo por el espionaje.

El gobierno español, sin embargo, sigue sin responder a las exigencias de los republicanos. La ministra de Defensa y máxima responsable política del CNI, Margarita Robles, no ha sido cesada y no habrá comisión de investigación del Congreso. El nuevo gesto del PSOE es que la ministra comparezca a petición propia a la comisión de defensa del Congreso , pero esto está lejos de cumplir con las expectativas de ERC. Además, la ministra está tan poco dispuesta a las concesiones –como demostró el miércoles en el Congreso con la intervención que enervó al independentismo–, que ni siquiera ha pedido comparecer para hablar del caso de espionaje. Quiere ir a la cámara para hablar de la política de defensa europea, pero inevitablemente el Catalangate será el protagonista.

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