El éxodo de Podemos
Jaume Asens es el último en romper el carnet de un partido que acumula bajas y escisiones a lo largo de su historia
BarcelonaDe las caras que había el 17 de enero del 2014 en el Teatro del Barrio del barrio madrileño de Lavapiés quedan pocas. Ese viernes el espacio quedó pequeño para presentar el nuevo proyecto político, Podemos, que quería beber de la fuerza del 15-M y "asaltar el cielo". Estaban Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Teresa Rodríguez, Juan Carlos Monedero y Miguel Urbán. De todos ellos, sólo el exlíder de la formación lila sigue defendiendo el proyecto nueve años después. Por el camino, el partido se ha perdido en batallas estratégicas y cainitas que les han acabado llevando a cavar una trinchera que se ha ido estrechando cada día. Podemos ha ido perdiendo efectivos: el último, según ha podido saber el ARA, Jaume Asens, después de que el partido haya abandonado Sumar en el Congreso, cetificando la rotura con Yolanda Díaz de la formación que pilota Ione Belarra junto a Irene Montero .
La ruptura no ha sorprendido a nadie, porque las relaciones llevaban meses deterioradas. De hecho, Díaz y su entorno vivían una suerte de guerra fría con Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos. Una batalla que fue a cara descubierta en las negociaciones para conformar la coalición con Sumar para el 23-J. Ahora el partido de Belarra tendrá que pilotar su propia hoja de ruta en el Congreso después de que este otoño aprobara actuar con "total autonomía" respecto a Sumar. "Hemos detenido una operación cuya finalidad era sustituir a Podemos por una izquierda servil al régimen", afirmaba a principios de noviembre Ione Belarra en la conferencia política que sirvió para aprobar el documento para redefinirse.
Las primeras escisiones
Podemos ha ido perdiendo a militantes a lo largo de estos nueve años de vida. En octubre del 2014, en el primer Vistalegre –la asamblea ciudadana que sirvió para configurar los órganos y la estrategia del partido– Iglesias y Errejón compartían una candidatura –con Monedero, Carolina Bescansa, Tania González y Luis Alegre, el núcleo considerado fundador del partido– que se enfrentó a la de los anticapitalistas, que entonces pilotaba Teresa Rodríguez y de la que también formaba parte Pablo Echenique. Tres años después, toda esa correlación de fuerzas se había redefinido: en febrero del 2017, Iglesias y Errejón llegaron a Vistalegre II con dos candidaturas enfrentadas –los anticapitalistas también presentaron la suya– y en una batalla al todo o nada.
En medio, habían aflorado discrepancias estratégicas, sobre todo a la hora de relacionarse con el PSOE, pero también tensiones internas por el control del partido. La candidatura de Iglesias, que contaba con personas como Irene Montero o Pablo Echenique, se impuso. Dos años después, Errejón y todos sus fieles abandonaban el partido después de que las relaciones con Iglesias y su núcleo quedaran extremadamente tocadas. Junto a figuras como Rita Maestre y en coalición con Manuela Carmena, Errejón se presentó con Más Madrid en las elecciones autonómicas de 2019. A la nueva formación se incorporaron más adelante figuras como Mónica García, que también provenía de Podemos y es quien ha terminado siendo la líder de Más Madrid. El resto de los considerados cofundadores del partido lila también rompieron con Iglesias: Luis Alegre, Tania González y Carolina Bescansa abandonaron la política, al igual que Juan Carlos Monedero, aunque siguió manteniendo presencia mediática.
La firma del primer gobierno de coalición de España en Podemos también le comportó una nueva escisión. Los anticapitalistas, liderados por Teresa Rodríguez, anunciaron que abandonaban la formación precisamente por esta cuestión y también se quejaron del centralismo de Podemos. Al poco tiempo también abandonaba el partido quien fue secretario de organización, Alberto Rodríguez, para fundar su propio proyecto en Canarias: Proyecto Drago.
La guerra con Sumar
El partido se iba adelgazando y el liderazgo de Pablo Iglesias se iba deteriorando. El aún líder de la formación decidió que debía ser Yolanda Díaz quien le relevara como líder del espacio de Unides Podem –y que Belarra capitaneara el partido lila–, por su relación de confianza y porque era un perfil en auge en el espacio. Una decisión que Iglesias ha acabado valorando como un "error" por la estrategia política y orgánica que ha seguido a Díaz. Ahora la relación entre ambos es nula. A lo largo de estos últimos meses, varias personas que seguían dentro de Podemos se han ido distanciando del partido y Díaz les ha ido a buscar. Es el caso de Nacho Álvarez o Alejandra Jacinto –que ha vuelto a la abogacía–. Ambos estaban cercanos a la cúpula de Belarra, pero durante la campaña del 23-J colaboraron con Sumar y finalmente acabaron dejando su cargo en la dirección de Podem.
Sumar –que todavía tiene que hacer su asamblea constituyente y definir la relación con partidos que le han apoyado como Más Madrid o Izquierda Unida– también ha reclutado a activos de Podemos que abandonaron la formación por la pugna Iglesias-Errejón. Es el caso de Pablo Bustinduy, nuevo ministro de Derechos Sociales. Yolanda Díaz también ha fichado a la ex secretaria de estado de Igualdad Noelia Vera. Quien hasta ahora dirigía Podemos en la Comunidad de Madrid, Jesús Santos, no esconde su proximidad con Sumar y esta semana ha roto el carnet de los lilas. Díaz también ha tenido a su lado durante toda la batalla con Podemos el diputado Txema Guijarro y el exparlamentario Antón Gómez-Reino, personas que habían formado parte de la dirección de Podemos.
La baja de Albiach
El goteo de bajas de esta semana también ha llegado a Cataluña: la líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach, ha abandonado la formación después de que Podemos decidiera acabar con la doble militancia –unos 150 militantes lilas están promoviendo un manifiesto en contra de esta decisión–. Y, según ha podido saber el ARA, después de Albiach, el otro dirigente de Podemos que se encuentra es Jaume Asens, que hasta ahora formaba parte de la dirección estatal de los lilas pero también milita a los comunes. Esta misma semana hacía un tuit criticando la decisión de Podemos de abandonar Sumar en el Congreso y ha enviado una carta de despedida al Consejo Ciudadano estatal. AA Catalunya, de hecho, no es la primera vez que algún dirigente lila abandona el partido, sino que antes de Albiach ya se marcharon líderes del partido como Gemma Ubasart, Albano Dante Fachin o Xavier Domènech.
Sea como fuere, Ione Belarra seguirá rodeada de su reducto de fieles: Irene Montero, Pablo Echenique, Lilith Verstrynge, Isa Serra y, desde fuera, también Pablo Iglesias. Todos ellos pilotarán un partido con menos músculo, pero tendrá menos turbulencias internas tras el éxodo de cuadros a lo largo de estos nueve años. La primera prueba de fuego para demostrar que la estrategia es la correcta serán las elecciones europeas de junio del próximo año, cuando se da por hecho que el partido se presentará para medir fuerzas, esta vez sí, con Sumar.