Protagonista colateral

El fiscal que acordó no requisar las urnas durante el 9-N

Emilio Sánchez Ulled ha sido elegido para presidir la sala de delitos contra la administración pública

El fiscal Emilio Sánchez Ulled en imagen del juicio del 9-N.
26/04/2025
2 min

BarcelonaEl fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, nombraba el martes al fiscal Emilio Sánchez Ulled (Lleida, 1966), que se encuentra en servicios especiales en la Unión Europea, para ocupar la plaza recién creada de fiscal de sala de delitos contra la administración pública. Fue un nombramiento polémico porque los vocales de la mayoritaria Asociación de Fiscales se abstuvieron por mostrar su rechazo por la posible invasión de competencias con la Fiscalía Anticorrupción.

Sánchez Ulled, que optó por el ministerio público porque no se veía en un despacho de abogados atendiendo a clientes, lideró la acusación en dos de los procesos judiciales políticos más importantes de los últimos años en Catalunya: el del Palau de la Música y el del 9-N, que acabó con una inhabilitación de dos años para Mas con exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau.

El juicio del 9-N, que se celebró paradójicamente antes del referéndum del 2017, le situó en la diana del independentismo. Durante esa época fue guardando en una estantería de su despacho de la Ciudad de la Justicia los anónimos que recibió donde le tildaban de fascista o torturador. En el juicio, Sánchez Ulled quiso remarcar que lo juzgado era si el Gobierno había desobedecido o no al Tribunal Constitucional y no la legitimidad de la consulta. "Este juicio también es democracia", remachó en una de sus frases más célebres. En este sentido, el fiscal recordó que ese 9-N estaba de guardia en Barcelona y que, pese a las denuncias que se presentaron, dictaminó no retirar las urnas porque había que investigar los hechos con "calma y rigor".

También desmintió que actuara a instancias del gobierno de Mariano Rajoy. De familia trabajadora siempre se ha declarado de izquierdas. "Tú rico no eres, no lo pierdas de vista", se dice a sí mismo, según explican fuentes de su entorno. Cuando accedió a la presidencia de la Unión Progresista de Fiscales, de la que todavía forma parte, envió una carta a los socios en la que se comprometía a trabajar "en defensa de los únicos que necesitan ser defendidos, que son los más débiles". Ya en la Facultad de Lleida, con unos amigos, creó el Grupo Revolucionario de Gente Encantadora, cuya finalidad era fastidiar a los estudiantes fascistas.

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