Elena entrega a Parlon la carpeta más caliente del nuevo Gobierno
La nueva consejera deberá afrontar la crisis abierta a los Mossos por la detención fallida de Puigdemont
BarcelonaEl escritorio, prácticamente vacío. En los archivos sólo quedan algunos pocos documentos como metáfora que ya no queda trabajo por hacer. Al menos a Joan Ignasi Elena, hasta este lunes consejero de Interior. Sólo queda sacar algunos libros de encima de la cómoda, varios bolis de un bote y redecorar cuadros y alfombras. Esto ya será decisión de la nueva consejera, Núria Parlon. Pero uno tendrá que cambiarlo obligatoriamente: el retrato del presidente saliente, Pere Aragonès, que aún corona el despacho. Justo debajo, como símbolo de la transición, hay tres diarios, el ARA, La Vanguardia y El Periódico, que anuncian en portada el nuevo gobierno de Salvador Isla.
Parlon y Elena se conocen, y bastante. Durante varios años fueron compañeros de partido, y una vez Elena dejó al PSC y fichó por ERC, la relación siguió siendo buena, según fuentes del entorno. Sin embargo, hubo un momento en que la cosa se tensó un poco. Por la campaña de las municipales en Santa Coloma de Gramanet, el candidato de ERC, Gabriel Rufián, prometió más seguridad en la ciudad acompañado de Elena, que entonces ya era consejero. Parlon, que era la candidata socialista (y volvió a ganar por mayoría absoluta), no lo vio con buenos ojos. Este enfado, sin embargo, no se ha notado este lunes en la sede de Interior. Sonriendo, Elena le ha dado el documento de traspaso de la conselleria a Parlon. La carpeta más caliente del nuevo Govern.
Los periodistas, con ironía, han querido saber si ya cabía todo, en ese documento. Los Bomberos, Tráfico, Protección Civil, las policías locales... y los Mossos, una policía catalana inmersa en una profunda crisis tras la fallida detención de Carles Puigdemont. "Hoy es un día bisiesto, de desear suerte", se limitó a decir Elena, que sí admitió que estaba entregando una cartera "delicada".
Más delicada que nunca porque Parlon llega en uno de los momentos más convulsos en la conselleria, que este viernes, todavía bajo el control de Elena, vació el buche contra Puigdemont por haber huido de Barcelona a los pocos minutos de haber regresado después de siete años de exilio. Los Mossos, y sobre todo su comisario jefe, Eduard Sallent, están en el punto de mira precisamente por haber tolerado que Puigdemont, con una orden de detención activa pese a la amnistía, hubiera logrado regresar a Bélgica. Este mismo lunes, el sindicato Fepol lamentó que Interior no hiciera autocrítica sobre el dispositivo fallido y afirmó, en palabras de su secretario general, Pere Garcia, que el dispositivo Jaula era "innecesario". En un comunicado, el sindicato CCOO lo calificó de "ridículo internacional sin precedentes". Fuentes sindicales no solo critican al operativo, sino también la actitud posterior de la jefatura de los Mossos, yendo al choque con Puigdemont. Fepol dice que se hizo desde un punto de vista "emocional" y no "racional" En esta comparecencia pública, Sallent admitió "desaciertos" en el operativo, pero culpó a Puigdemont de actuar más como "Jimmy Jump" que como un expresidente de la Generalitat.
Los retos
Hay muchos retos de seguridad en Cataluña, empezando por la marihuana, pasando por las agresiones sexuales y las ciberestafas y terminando con la multirreincidencia. Parlon, sin embargo, también tiene el reto de recosir a los Mossos en un momento de crisis, y lo hará acompañada del mayor Josep Lluís Trapero como director general de la Policía. Esto deja al comisario jefe, Eduard Sallent, en una posición delicada. Trapero y él nunca han sido estrechos colaboradores y se consideran dos sectores enfrentados en el seno de los Mossos. La nueva consellera, pues, tendrá que valorar si cambia, de nuevo (ha habido siete cambios en seis años), la jefatura de la policía, el gobierno de los Mossos. De momento, Fepol le ha pedido que no vea a los sindicatos como un "enemigo", sino como una "herramienta necesaria que también representa el cuerpo". El sindicato admite que la nueva consellera debe poder realizar los cambios que quiera, pero espera que tenga en cuenta prioridades de seguridad y no las políticas.
En los próximos días Parlon deberá sacar el retrato de Aragonès y poner el de Salvador Illa y hacerse suya la conselleria. De momento, el equipo de comunicación de Interior ya recordará siempre más cómo se dice en la red social X su nueva consejera: en una primera publicación han etiquetado a otra Núria Parlon. Al cabo de unos minutos, han rectificado y ya han dicho correctamente al usuario de la nueva titular de Interior.