NOVEDAD EDITORIAL

'Les hores greus' (y las crisis) de Quim Torra

El 'expresident' narra cómo vivió la pandemia en un relato repleto de desavenencias con el Estado y el Govern

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El expresidente de la Generalitat Quim Torra  durante una comparecencia en la sala gótica del Palacio en una imagen de archivo.

BarcelonaLes hores greus (Símbol Editors, 2020) es una confesión en toda regla de cómo se sintió Quim Torra durante su presidencia de la Generalitat. Un relato en el que vierte lo que le ocurrió durante los primeros meses de la pandemia confinado en la Casa de les Canonges y en el que se desnuda emocionalmente ante el lector, sin filtros.

La retirada del escaño

Torra cree que el Parlament ha quedado "degradado"

El libro de Quim Torra comienza a principios del año 2020, cuando la Junta Electoral Central ordena al Parlament la retirada de su escaño. El president se queja de la actitud del entonces presidente de la cámara, Roger Torrent, al que acusa de "degradar" la institución: "Tal como ocurrió el 30 de enero de 2018 con la investidura frustrada del president Puigdemont, me enteraba por la prensa que el presidente del Parlament decidía retirarme la condición de diputado. [...] La decisión la llevó a cabo de manera inflexible, mi box de votación quedó desconectado", relata Torra sobre el episodio. Censura la actitud de Torrent asegurando que él "nunca" habría tomado una determinación así sobre el president de la Generalitat. "Nos deberíamos haber enfrentado, juntos, al estado español", dice. Y es que, a juicio de Torra, muchos políticos de la legislatura anterior "no estaban dispuestos a correr ningún tipo de riesgo" que pudiera comprometer su carrera. "¡Qué presidente, este hombre [Torrent]! Tanto miedo siempre de no hacer nada que le pueda suponer alguna consecuencia. Virgen, qué miedo". Y continúa: "No entenderé nunca como en octubre de 2017 estaban él y tantos otros dispuestos a todo y ahora a nada. ¿Se lo creían o no se lo creían?"

Confinamiento

Lamenta que el Govern no previera la llegada del covid-19

Los planes de convocar elecciones después de los presupuestos se vieron truncados por la llegada de la pandemia. Una ola de contagios de coronavirus que Torra lamenta que el Govern que presidía no previera. Recuerda como el 26 de febrero, con un caso ya diagnosticado en Catalunya, el secretario de Salut Pública, Joan Guix, aseguraba que estaba más preocupado por la gripe. "El covid nos cogió desprevenidos. Vimos cómo se confinaba Wuhan y no hicimos nada, cómo llegaba a Italia y parecía que no nos iba a pasar a nosotros. No supimos evaluar el tsunami", dice Torra haciendo autocrítica. A partir del domingo 15 de marzo, el día antes de que entrara en vigor el estado de alarma, decidió confinarse en la Casa de les Canonges y, una vez ya encerrado, dio positivo de covid-19. A medida que aumentaban los contagios y las muertes, Torra se sentía superado: "No puedo más. Subo a la habitación [de Canonges] y me pongo a llorar. No aguanto las lágrimas. Se está muriendo tanta gente ... [...] No puedo detenerme. ¡Dios!, solo me faltaría caer ahora en una depresión. ¿Cómo lo aguantaré? No puedo soportar tantas muertes". Ante esta situación, decide contactar con una psicóloga. El consejo: "Es normal que llores, pero llora ordenadamente". Y dos recomendaciones: no mirar noticias más tarde de las 22 horas, y guardar el móvil.

Pedro Sánchez

Lo describe como un "autómata" con voluntad solo de poder

El presidente español, Pedro Sánchez, es uno de los que sale peor parado del libro de Torra. Considera que su único afán es perpetuarse en el poder. "Se autocalificó de resistente. Lo es, pero es una resistencia fría, sin alma, metálica, como un autómata", describe. Carga contra la manera en que declaró el estado de alarma, sin previo aviso a las autonomías, una centralización de competencias que llama "155 sanitario". A partir de allí, explica las reuniones periódicas con todas las comunidades y relata cómo él defendía solo medidas como el confinamiento total de Catalunya o las ayudas directas a las empresas y Pedro Sánchez no hacía nada ante las peticiones. Incluso explica cómo le enviaba WhatsApp y simplemente le notificaba la recepción del mensaje o ni le contestaba. En este sentido aprovecha para recordar su experiencia en las reuniones con Sánchez y la mesa de diálogo. "Es un engaño. [...] España nunca negociará el derecho a la autodeterminación”.

"Basta de politiquerías"

Hay choques con Aragonès y Vergés, pero también con JxCat

Si algo transmite el libro de Torra es que tomar decisiones en el Govern era muy difícil. Tanto a la hora de compartir información -afirma que debía conectar de incógnito a las reuniones telemáticas del Procicat- como de ejecutar medidas. Por ejemplo, el día 23 de marzo explica: "Me paso de las 18 h a las 21 h reunido con el consejo ejecutivo. No puedo más y exploto: «¡Basta de politiquerías! Ya sé que no hemos superado el recelo atávico entre los dos partidos. ¿Pero y ahora, tampoco? ¿Ahora que estamos en la situación más grave en décadas, tampoco?»". Torra también comenta episodios con consellers: se queja de la consellera de Empresa, Ángeles Chacón, porque "da la culpa a todos los demás" y no entoma responsabilidades; explica que "se llaman de todo" en la reunión del Govern con la consellera Ester Capella, por la situación de confinamiento de los presos políticos, y se declara "harto de tantas deslealtades" cuando la consellera de Salud, Alba Vergés, anuncia un plan de desconfinamiento que Torra desconocía -él la había encargado al doctor Oriol Mitjà-. "Si Mitjà no da su visto bueno al plan de desconfinamiento, yo tampoco se lo daré", transmitió, e insistió en que se situaría al lado de los "expertos" sanitarios.

Sin embargo, si con alguien de dentro del Govern vislumbra tensión en el libro, es con Pere Aragonès: "Me decepciona el vicepresident. Siempre tiene un papel pasivo, ausente. Normalmente, en cada reunión le acabo preguntando si tiene nada que añadir. No pasa nunca". También explica la crisis que tuvo con la gestión de las residencias: "Le traslado un ultimátum: exijo un cambio inmediato o tomar decisiones". En ese momento se cambian las competencias del conseller Chakir el Homrani a Salut y Torra reflexiona: "Sinceramente, yo me esperaba la dimisión del conseller, pero es una alternativa que no puedo rechazar".

El libro incluye también una frase que resume cómo ha vivido Torra su presidencia: "Solía pedirle a mi mujer, a la hora de ir a dormir, que me retirara los puñales que se me habían ido acumulando en el hombro durante el día. [...] De todos los colores”.

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