CRÓNICA

La investidura de Illa abre el melón de la financiación dentro del PSOE

Sánchez la celebra como una victoria mientras algunos 'barones' del partido avisan de que pondrán trabas al cumplimiento del pacto con ERC

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Salvador Isla y Pedro Sánchez.

MadridLa investidura de Salvador Illa hace ascender a cuatro los territorios teñidos del color rojo del PSOE en el mapa autonómico, en el que predomina el azul del PP desde el 28-M. El pacto con ERC, que permitirá que Pedro Sánchez tenga a uno de sus exministros como interlocutor en el Palau de la Generalitat, sin embargo, no ha tenido un buen recibimiento entre algunos varones socialistas. Las críticas al nuevo modelo de financiación para Catalunya han llegado tanto de presidentes autonómicos –el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el asturiano, Adrián Barbón– como de líderes territoriales relegados a la oposición –el extremeño Miguel Ángel Gallardo, el castellano-leonés Luis Tudanca y el aragonés Javier Lambán–. Otros de momento optan por una prudencia reacia o dan la bienvenida al acuerdo sin entrar en polémicas sobre financiación. Esa disparidad de opiniones, en todo caso, abre el controvertido melón sobre la financiación autonómica dentro del PSOE.

Gallardo, secretario general en Extremadura, fue el primero en reclamar el jueves que la cuestión se debata entre los líderes territoriales socialistas alegando que es un tema que les concierne a todos. Concretamente, el espacio en el que pidió que se tenga un diálogo para definir una posición común es el consejo de política federal del PSOE, que congrega a todos los secretarios generales del partido. Se han mostrado a favor otras federaciones críticas como la de Castilla-La Mancha y la de Aragón, mientras que otras que han expresado reticencias de forma más cauta, como Madrid. El líder extremeño advirtió de que su posicionamiento en los foros internos será el de estar "radicalmente en contra" de cualquier cambio del sistema de financiación autonómica que "implique desigualdad entre los españoles".

Pese a estas advertencias, que llegan incluso antes de que se concrete qué supondría para el resto de territorios que Catalunya recaudara el 100% de los impuestos, el presidente de Asturias, otro de los críticos, afirmaba este viernes que no se puede hablar de "crisis" en el PSOE. "En ningún caso creo que esto tenga que acabar en una crisis" interna, al tratarse de un "debate profundamente territorial" que va más allá de las siglas, ya que también divide al PP, dijo en una comparecencia posterior a una reunión de su ejecutivo, que giró casi exclusivamente en torno a este tema. Barbón se mostró seguro de que la ejecutiva del PSOE "convocará el debate cuando sea el momento". "Habrá tiempo", defendió, aunque dijo que "el debate más interesante" no es lo que pueda haber dentro de la formación sino en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).

Este órgano, que reúne a los representantes de los ejecutivos de las 15 autonomías incluidas dentro del régimen común con el ministerio de Hacienda, es el espacio multilateral donde abordar la reforma del sistema. Mientras Asturias tendrá una voz socialista, otros varones críticos que piden que se abra el debate interno, como Gallardo, no tendrán representación porque será el PP, que gobierna en Extremadura, quien lo ejerza. Barbón garantizó que será donde sea necesario para batallar por los intereses de su autonomía y para evitar que pierda recursos con el nuevo modelo fiscal para Catalunya. El presidente asturiano no descartó, si fuera necesario, acudir a los tribunales.

Contactos con Illa

Ahora bien, Barbón, como la mayoría de líderes territoriales, desató su oposición al contenido del acuerdo de la defensa de la investidura del líder de los socialistas catalanes. "Quiero que el Salvador sea presidente. Creo que estará bien para la construcción de este país y para superar el Proceso", dijo, tras revelar que Illa le ha llamado para conversar sobre el pacto con ERC. "Él tiene su posición, que es la de defender el acuerdo del PSC, y yo tengo la mía, que es la de Asturias en materia de financiación", apuntó. Estas llamadas a varones también las han hecho miembros de la dirección estatal del PSOE y del gobierno español, añadió.

Mientras que a Barbón ya otros líderes tanto Ferraz como Moncloa no les dan por perdidos aunque se muestren inflexibles en la defensa de los intereses de sus territorios, distinta es la situación de Page o Lambán. Incluso públicamente la portavoz del ejecutivo español, Pilar Alegría, ironizaba este martes que no es ninguna novedad que "siempre" adopten una línea contraria. De hecho, el presidente de Castilla-La Mancha, también crítico con la ley de amnistía que permitió investir a Sánchez, defendió que el PSOE "no puede pagar otra investidura" al precio que fija el independentismo.

A pesar de esta oposición interna y los equilibrios que deberá hacer para mantener los apoyos de otros socios reacios al Congreso, Sánchez celebra como una victoria la investidura de Illa, que ve como la culminación de su estrategia de "normalización" de las relaciones con Cataluña después del Proceso. Todos sus ministros van a la par y la ejecutiva del PSOE le avaló sin ningún voto en contra, en un partido que, cómo se vio en los cinco días de reflexión, lo fía todo a Sánchez y al rumbo que decide marcar.

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