Selfies, una camiseta del Espanyol y la misa con Pujol: el primer Sant Jordi de Salvador Illa president
El jefe del ejecutivo llama a regalar rosas y libros contra el "odio": "Sí a los valores humanos, a la democracia y la convivencia"
BarcelonaHace un año, un Salvador Illa que aspiraba a gobernar la Generalitat de Catalunya llegaba a la casita del PSC en la Rambla Catalunya, listo para encajar manos y hacerse fotos en el arranque de la campaña electoral catalana. Aterrizaba después de asistir a un evento, la misa de Sant Jordi, que hasta entonces se celebraba en la discreción más absoluta en el Palau de la Generalitat. El presidente Illa ha comenzado su primer día como jefe del ejecutivo catalán al igual que lo hizo la Isla candidato: asistiendo a esta misa a la que, este año, el Govern le ha dado carácter oficial (y donde ha coincidido con el expresident Jordi Pujol). Después, ha sido el turno del tradicional mensaje institucional desde el Pati dels Tarongers: "No hay gesto más revolucionario contra el odio que regalar una rosa", ha afirmado Illa. En el discurso el líder socialista ha tocado todas las teclas: ha instado a hacer frente a la extrema derecha, pero también ha reivindicado el catalán en Europa y ha tenido un recuerdo por las víctimas de la DANA y de la guerra en Ucrania. También por el papa Francisco, de quien ha reivindicado su "liderazgo moral".
De hecho, la celebración institucional de Sant Jordi ha estado marcada por el duelo oficial declarado en Catalunya por la muerte del pontífice. La misa se concluyó con la bendición de rosas a cargo del abad de Montserrat, que también recordó la figura de Francisco durante el sermón, y el recibimiento a las entidades tradicionales en Palau fue a puerta cerrada. Con la chocolatada cancelada, y tras entregar una rosa y un libro a una usuaria de la asociación Amics de la Gent Gran, el primer acto de Isla a pie de calle ha sido el paseo por la feria de libros en el centro de Barcelona por la tarde. Lo que el equipo del presidente quería que fuera una ruta sin mayor cobertura gráfica que la de los fotógrafos de la Generalitat (no se ha informado a los medios de comunicación de la hora ni del lugar) se ha convertido en saludos improvisados de ciudadanos y peticiones de selfies incluidas.
Dos obsequios: Sinca y Rodoreda
Los jefes de los peatones se iban girando a medida que el jefe del ejecutivo catalán desfilaba por los puestos de editores y libreros en el paseo de Gràcia, acompañado de su mujer y la consejera de Cultura, Sònia Hernández "Le diré a mi madre que está por ahí el presi. Bien mirado, me cae bien", comentaba una chica que intentaba abrirse paso entre la comitiva. Un chico se le ha acercado con una petición curiosa: que le firmara una camiseta del Espanyol, equipo del que el socialista es entusiasta. Gobierno que le hiciera una fotografía con una polaroid con el presidente. La sorpresa y la decepción ha llegado cuando han pulsado el botón y nada ha salido: la cámara no tenía papel.
Durante una media hora, Isla ha visitado media docena de tenderetes de donde ha salido con un par de libros bajo el brazo como obsequio. Uno es Candel, de Genís Sinca, y el otro Ellos no saben nada, de Mercè Rodoreda. En uno de los stands estaba la exdiputada de la CUP Eulàlia Reguant, que ha salido con prisa después de ver al presidente. "Me voy, ¡adiós!", ha dicho a algún periodista. En la parada de la editorial Barcino, que celebra su centenario, Illa se ha llevado una recomendación poética bien nostrada de uno de los editores: Poesías escogidas de Ausiàs March. En el stand de la cooperativa Abacus, el escritor Rafael Vallbona le ha arrojado una florecilla: "¿Cómo te lo has hecho para que haga tan buen tiempo?". "Es una fiesta que va sola", replicó Isla. "Algún año hemos tenido que salir con cayuco", ha añadido Vallbona, en alusión al Sant Jordi pasado por agua del año 2022.
Con esta ruta ha terminado el día para el presidente, que no será finalmente en el acto de Sant Jordi que el Gobierno había previsto para este sábado en Madrid. De vuelta al coche oficial, ido de poco que no se ha encontrado con el presidente del Parlament, Josep Rull, con quien ha coincidido también por la mañana en la misa en la capilla de Sant Jordi. Menos solicitado que Isla, el presidente de la cámara también ha atendido amablemente a algún ciudadano que le pedía alguna foto.