Junts atribuye a Rufián y a Tardà la voluntad de "romper el Govern" para aliarse con el PSC
ERC rechaza que su líder en Madrid comparezca en el Parlament como pide JxCat
BarcelonaLas declaraciones del portavoz de ERC en Madrid, Gabriel Rufián, tildando de "James Bond" y "señoritos" al entorno del expresident Carles Puigdemont por sus contactos rusos todavía traen cola. Este lunes el ex líder republicano en el Congreso Joan Tardà las ha ratificado en una entrevista en El Cafè de les Idees, de RNE y TV2 –"Agradecí la rotundidad de sus palabras", ha dicho–, y desde Junts per Catalunya han atribuido las declaraciones a la voluntad de "romper el Govern" para aliarse con el PSC. El portavoz de JxCat, Josep Rius, se ha preguntado en rueda de prensa si detrás de las palabras de los dos dirigentes republicanos hay una "voluntad constructiva" o "tratar de romper el gobierno con el apoyo de los socialistas".
Rius ha insistido en la petición de comparecencia que Junts registró en el Parlament para que Gabriel Rufián comparezca, y le ha instado a dar explicaciones sobre "en qué se basa" para afirmar que Puigdemont tuvo contactos con el Kremlin. ERC, en cambio, intenta dar el conflicto con JxCat por acabado, a pesar de que este lunes ha acabado abonando el fondo de las declaraciones de Rufián. La secretaria general adjunta de los republicanos, Marta Vilalta, ha avisado de que su partido rechaza la comparecencia de Rufián en la cámara catalana. "Consideramos que no tiene que venir a dar ninguna explicación al Parlament", ha dicho. Vilalta se ha dado por satisfecha por las disculpas públicas que hizo Rufián el día siguiente –disculpas en la forma, que no en el fondo– y ha insistido en que el independentismo no tiene que tener "nada que ver" con Rusia.
Con estas dos posiciones, el rumbo de colisión en el Parlamento entre los dos socios de gobierno se hace inevitable. Aún así, la votación sobre si Rufián tiene que comparecer o no todavía no tiene fecha en el calendario, y el resultado final acabará dependiendo de lo que voten los partidos de la oposición. Todos los focos, por lo tanto, recaen ahora en los trabajos de la Comisión de Asuntos Institucionales que próximamente tendrá que decidir cuándo se vota la solicitud de comparecencia. Quien seguro que tendrá que comparecer en el mismo espacio será el director de la oficina del expresident Puigdemont, Josep Lluís Alay, y el abogado del ahora eurodiputado de JxCat, Gonzalo Boye. En este caso, tanto JxCat como ERC votaron a favor la semana pasada y, por lo tanto, la cohesión del Govern no se rompió. Hasta ahora, Alay ha reconocido encuentros con personas vinculadas indirectamente con el gobierno de la Federación Rusa, pero ha negado que intentara encontrar apoyos en el reconocimiento de una Catalunya independiente.
Habla un empresario ruso
Precisamente este lunes ha tomado la palabra el empresario ruso residente en Catalunya Aleksandr Dmitrenko, que es uno de los contactos que mantuvo Alay. En una entrevista en el programa Aquí Cuní de SER Catalunya, ha admitido reuniones con el director de la Oficina del expresidente y con su abogado Gonzalo Boye, pero ha negado que fueran para buscar el apoyo del Kremlin a la causa independentista. También ha dicho que se vio un día con Puigdemont cuando ya era eurodiputado, pero ha asegurado que fue en una sola ocasión y cinco minutos: "Lo vi una vez y punto".
Dmitrenko es uno de los nombres que aparecen en el reportaje del New York Times sobre esta cuestión. El diario norteamericano citaba un informe de inteligencia de junio del 2020 en el que se afirmaba que Alay, jefe de la oficina del expresidente, se había reunido con Dmitrenko para pedir ayuda "técnica y financiera para la creación de sectores bancarios, de telecomunicaciones y energéticos separados de España". Dmitrenko se ha presentado este lunes como un empresario con varias compañías que vive en Catalunya, desde donde opera un fondo de inversión que gestiona el patrimonio personal de su familia. Su versión es que empezó a contactar con Alay porque quería hacer "negocios" con la Generalitat. ¿Cuáles? Según ha dicho, establecer un vínculo entre Catalunya y el centro de innovación de Skolkovo, conocido como el Silicon Valley ruso.
¿Y que pasó? El empresario ruso ha reconocido que estos negocios implicaban que él se encargaría de organizar en universidades rusas "conferencias" sobre Catalunya, puesto que interpretó que lo que buscaba Alay era "expandir el mensaje" sobre la situación catalana. Dmitrenko ha explicado que como mínimo organizó dos, una de ellas en San Petersburgo, donde ha asegurado que Alay obtuvo como respuesta que Rusia "no quería hablar de separatismos" y que no quería un nuevo interlocutor europeo, sino que prefería que Europa tuviera "una sola voz". En cuanto a su relación con Boye, ha asegurado que fue exclusivamente para tratar "problemes legales", a pesar de que después ha añadido que el abogado de Puigdemont le hacía un "precio asequible" porque, a cambio, le ayudaba a "conseguir clientes".
En definitiva, la versión de este empresario ruso es que durante un tiempo tuvo una relación fluida tanto con Alay como con Boye, pero nunca para buscar apoyos del Kremlin u otros poderes rusos a la causa independentista. De hecho, ha asegurado que ahora se arrepiente de haber establecido estos vínculos porque todas las publicaciones periodísticas sobre la cuestión le han afectado "muchísimo" tanto a él como a su familia. "Me han involucrado en una cosa que no es y no me beneficia", ha dicho. También ha anunciado que si consigue la nacionalidad española –está en trámites de hacerlo–, estudiará impulsar acciones legales contra las informaciones, que considera injuriosas.
¿Nueva crisis a la vista?
La polémica por las declaraciones de Gabriel Rufián se puede unir a otra de potencial que afectará, de nuevo, la relación entre los dos socios de gobierno. Se trata del caso de la Institución de las Letras Catalanas que implica la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Este lunes la dirigente de Junts ha publicado un artículo en El Punt Avui en la que defiende su "presunción de inocencia" y subraya que "dejar el cargo sería enseñar la vía para apartar a las personas que molestan". Josep Rius también ha cerrado filas durante la rueda de prensa con la presidenta de la cámara y ha hecho un llamamiento a Esquerra y la CUP para hacer "piña" ante el caso que afecta a Borràs. A pesar de que el juez instructor la ha dejado a un paso del juicio oral, Rius ha defendido que es un caso más de "persecución" del independentismo y ha dicho que no se trata de un "caso de corrupción sino que es político".
Aun así, no ha aclarado qué quiere decir hacer piña. Si, por ejemplo, significa no aplicar el artículo del reglamento del Parlament que prevé la suspensión de los derechos de los diputados cuando se les abre juicio oral por delitos vinculados a la corrupción. ERC, mientras tanto, mantiene que es temprano para pronunciarse sobre qué camino escogerá.
Otra de las cuestiones que han dominado la rueda de prensa de Junts es la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO), en la que se destacaba el descenso del apoyo a la independencia. Josep Rius, portavoz del partido, ha lamentado los "errores técnicos" a la hora de elaborar la muestra y ha pedido "responsabilidad" al director del organismo, que este lunes ha dado explicaciones a través de Twitter. "A pesar de que el origen del problema es un error anterior a mi llegada al CEO, asumo la responsabilidad de no haberlo detectado antes de hacer públicos los datos, y quiero explicar con detalle y precisión las incidencias que hemos encontrado en esta encuesta", ha dicho. En todo caso, los porcentajes no cambian mucho una vez paliados los problemas técnicos. En todo caso, Rius ha aprovechado para criticar la estrategia de ERC. Ha atribuido el descenso del apoyo a la independencia a la falta de estrategia común y ha asegurado que los datos constatan que "aplazar" la confrontación con el Estado para "ampliar la base" es un "error".