El 'New York Times' profundiza en los presuntos vínculos entre el entorno de Puigdemont y Rusia

El 'expresident' sitúa a la Guardia Civil tras las informaciones y lo atribuye a la voluntad de "desprestigiar" el independentismo

ARA
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L'historiador Josep Lluís Alay (medio) llegando a declarar a la Audiencia  Nacional acompañado del abogado Jaume Alonso-Cuevillas (derecha).

BarcelonaEl New York Times publica este viernes un extenso reportaje sobre presuntos vínculos del jefe de la oficina del expresident Carles Puigdemont, Josep Maria Alay, y el abogado del expresident, Gonzalo Boye, con Rusia. Explica una serie de viajes a este país en 2019 y en 2020 y una serie de encuentros con personajes vinculados al Kremlin y a los servicios secretos rusos. Esta información, de la que también se hace eco El Periódico, es fruto de una larga investigación y bebe de informes "de inteligencia europeos" y de investigaciones de la Guardia Civil en la causa que hay en el juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, pilotado por Joaquín Aguirre, por la que el octubre del año pasado se detuvieron a 21 personas, entre las cuales a Alay.

El diario norteamericano dice que en el marco de buscar apoyo internacional, después de que la Unión Europea y los Estados Unidos cerraran filas con España, Alay viajó a Moscú en 2019 y se reunió con funcionarios rusos, ex oficiales de inteligencia y un nieto de un espía de la KGB. El objetivo, según el artículo, era asegurar la ayuda de Rusia a Catalunya. Preguntado por el New York Times, Alay confirma los viajes, pero los enmarca en el contacto normal con personas en el exterior y tilda sus vínculos con los servicios secretos de una "historia de fantasía creada por Madrid".

En un comunicado, la oficina del expresident asegura que las "filtraciones aparecidas se descontextualizan de la realidad" y que las informaciones aparecidas están llenas de "falsedades, incongruencias e intoxicaciones". Según Puigdemont, la fuente del artículo -a pesar de que el diario cita informes de inteligencia- es la investigación de la Guardia Civil, que quiere "desprestigiar" el independentismo y presentarlo a Europa como un "elemento desestabilizador".

También denuncia la revelación de conversaciones privadas que no tienen nada que ver con "un delito" -"es un instrumento de guerra sucia que el Estado practica contra Catalunya", dice- y que las actividades internacionales de la Oficina del expresident son legales y con el objetivo de "contribuir a la resolución democrática del conflicto político". Se reserva acciones legales contra el Estado y "otros estados si es necesario" por revelación de secretos, puesto que consideran que la información ha llegado a los medios desde la causa bajo secreto de sumario que está instruyendo Aguirre.

Las reuniones de Alay

"Lo conociera o no, Alay", afirma el New York Times, se reunió con funcionarios que participan en la "guerra híbrida" del Kremlin contra Europa, que consiste –sigue el diario– en una estrategia de propaganda y desinformación, además de financiación de movimientos políticos, para desestabilizar la Unión Europea. En este sentido, constata que, después de los viajes de Alay a Moscú en 2019, emergió el Tsunami Democràtic a raíz de la protesta contra la sentencia del Procés, a pesar de que no establece ningún vínculo más claro entre los dos hechos. Alay, sin embargo, siempre ha negado cualquier vinculación con este movimiento.

La supuesta trama es una cuestión que se ha investigado en la Audiencia Nacional, en el marco de una causa secreta que se ha archivado recientemente, y también en Barcelona en una parte del caso Volhov. El juez de instrucción Joaquín Aguirre, que requisó los dispositivos de todos los detenidos –entre los cuales de Alay–, sostiene que el jefe de la oficina del expresident Puigdemont está vinculado con Rusia. En un primer momento, el magistrado apuntaba a vínculos con Moscú de otras personas relacionadas con el Procés como Víctor Tarradelles, ex responsable internacional de CDC, o el empresario Oriol Soler por haberse visto en Londres con Julian Assange –a quien sitúan como parte de la estrategia rusa para desestabilizar el Kremlin–. Es después del análisis del móvil de Alay que la Guardia Civil también lo liga a la trama rusa.

El New York Times recoge una supuesta reunión documentada en un "informe de inteligencia de junio de 2020" en que Alay se encuentra con el empresario ruso residente en Catalunya Alexander Dmitrenko para pedir ayuda "técnica y financiera para la creación de sectores bancarios, de telecomunicaciones y energéticos separados de España". Añade que ellos, junto con Boye, habrían consultado también a un personaje "vinculado con el crimen ruso" para establecer un "oleoducto secreto para financiar sus actividades".

El diario norteamericano también reproduce una afirmación de Alay en que dice que trabaja para "the Americans", en alusión a la serie sobre el matrimonio ruso establecido en los Estados Unidos y que eran espías del Kremlin. Y es que Alay ha sido el traductor de El secret de la clandestina (Símbol Editors), el libro biográfico de la espía rusa Elena Vavilova en que se inspira la producción audiovisual inspirada en una historia real. A la vez, recoge mensajes de él y de Boye en que se muestran preocupados por mantener "contentos" a "sus contactos rusos". En conversación con Puigdemont, Boye dijo que se tenían que evitar pronunciamientos públicos que hicieran enfadar a Moscú, en concreto, relacionados con las protestas democráticas que Rusia ayudaba a dispersar contra el gobierno autoritario de Bielorrusia. Aun así, el expresident no siguió el consejo, puesto que apareció en Bruselas en apoyo a la oposición bielorrusa y tuiteó en apoyo a las protestas.

En una entrevista al ARA, la consellera de Exteriores, Victòria Alsina, ha asegurado que Alay "no representa al gobierno de Catalunya" ni los intereses del movimiento independentista y ha aseverado que la Generalitat siempre ha estado junto a los derechos humanos y la democracia. Destaca, en este sentido, el apoyo de Puigdemont a las protestas pro democracia en Bielorrusia. El expresident Quim Torra ha hecho un tuit apoyando a Alay: "Objeto de persecución sin límites, solo puedo agradecer a Josep Alay su compromiso total con la libertad de Catalunya. Siempre a tu lado, amigo mío".

Por otro lado, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, y el presidente del grupo parlamentario en Catalunya, Carlos Carrizosa, han anunciado que buscarán los apoyos para abrir una comisión de investigación en el Parlament sobre la cuestión.

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