Junts enfría la inminente investidura de Pedro Sánchez
Los socialistas quieren sellar el pacto este fin de semana y mantener la investidura la próxima semana
Barcelona“No dejaremos a ningún soldado tirado. No haremos una amnistía para vips. Hay mucha gente que no está en primera línea que se le ha jugado, que no se ha rendido y que sufre imputaciones muy bestias. Se avecinan horas y días de mucha presión. Calmémonos, no nos dejemos arrastrar”. Este es el mensaje que este viernes a primera hora el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha enviado a la ejecutiva del partido tras fracasar el intento el jueves de cerrar el acuerdo con los socialistas para la investidura de Pedro Sánchez en Bruselas. La nota, avanzada por La Vanguardia y a la que ha tenido acceso el ARA, describe así el estado de las negociaciones con los socialistas: varadas en estos momentos por el alcance de la ley de amnistía. De hecho, fuentes conocedoras de las conversaciones admiten que todo se ha "complicado" en las últimas horas.
Pese a que el PSOE ya ha cerrado un texto con Esquerra y el acuerdo –según los republicanos– incluye ya todas las causas independentistas, para Junts no queda claro, tal y como está redactado, que queden amparados los casos que no cuelgan directamente del referéndum del 1 de Octubre. Sobre todo los que tienen que ver con el delito de malversación. El caso paradigmático es Volhov, que fue una especie de cajón de sastre donde hay temas ajenos al Procés pero que afectan a dirigentes que sacaron adelante el 1-O; o también causas bajo secreto de sumario –apuntan las fuentes– que todavía no está claro a quién involucran y que –interpretan las mismas fuentes– podrían aflorar a partir de la aprobación de la amnistía como una reacción del poder judicial.
En el mensaje a la ejecutiva, Turull no ha hablado de casos concretos, pero sí ha recetado calma y ha expresado su voluntad de continuar la negociación. Por eso pide paciencia y continuar las conversaciones tal y como hasta ahora se han llevado, con hermetismo y sin que la dirección de Junts incida: ha pedido “confianza” en Puigdemont. De hecho, el secretario general del partido ha dejado claro que cuando haya novedades convocará a la dirección nacional del partido para valorarlas. Hasta entonces también queda en vilo el consejo nacional extraordinario –que se preveía para este viernes– y la consulta a la militancia para ratificar el acuerdo, que debía ser durante el fin de semana.
Este jueves en Bruselas no estaba la dirección entera de Junts, sino solo la permanente, el órgano más restringido de la cúpula. Tras no llegar a ningún acuerdo, la mayoría de los integrantes volvieron a Barcelona y solo se quedaron en Bélgica con Puigdemont el propio Turull y la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras. Las llamadas y el intercambio de documentos siguieron durante la jornada de hoy con el PSOE y el mismo número tres del partido, Santos Cerdán, con el que se mantendrán vivas las negociaciones.
Y es que, sin embargo, los socialistas quieren mantener el calendario y cerrar ya un pacto este fin de semana para poder realizar la investidura la próxima semana –el partido había previsto los días 7 y 8 de noviembre– para que Pedro Sánchez presida la cumbre de partidos socialdemócratas europeos en Málaga del próximo fin de semana investido de nuevo presidente del gobierno. En todo caso, este viernes la presidenta del Congreso de Diputados, Francina Armengol, ha evitado fijar una fecha concreta para la investidura para "no presionar" a los negociadores. Pese a haberse asegurado el apoyo de Esquerra, EH Bildu y el BNG –ha anunciado una compensación de 12.333 millones de euros por la deuda de Galicia–, a los socialistas les queda aún ligar al PNV, que mantiene la incertidumbre, y sobre todo Junts. En función de cómo avancen las conversaciones, podría convocarse el pleno de un día para el otro: el reglamento dice que debe ser con 48 horas de antelación, pero hay antecedentes en los que no se ha cumplido. Por ejemplo, en el 2016 la entonces presidenta del Congreso, Ana Pastor, convocó para el día siguiente el pleno de investidura de Mariano Rajoy, investido gracias a la abstención del PSOE, informa Ot Serra.
Del mismo modo, este viernes también ha quedado en suspenso el registro de la proposición de ley de la amnistía, que también se preveía hacer a finales de esta semana como un guiño a Puigdemont, que reclamaba “pagar por adelantado”, y finalmente no se ha tramitado nada antes de la investidura. Ahora bien, dado que precisamente lo que atasca la negociación con Junts es esta norma, el PSOE ha decidido frenar cualquier registro. Todo quedó detenido el jueves, cuando Junts decidió darse más margen para la negociación pese a que estaba todo listo para anunciar en cascada un pacto de la mayoría plurinacional.
Las bases de ERC validan el acuerdo
De los obstáculos que aparecen en las conversaciones entre los socialistas y Junts no puede distinguirse el rol que tiene otro actor: Esquerra. Se desprende del mismo mensaje que Turull ha enviado este viernes a la dirección, en el que dedica una nueva parte de la nota a criticar, de forma encarnizada, el pacto alcanzado por los republicanos con el PSOE. El secretario general del partido habla de "perplejidad" ante el acuerdo sobre Cercanías. Para Turull, la creación de una empresa mixta entre el Estado y la Generalitat para gestionar la infraestructura es conceder un “derecho de veto” al gobierno español: “¿Existe algún precedente en la Tierra? ¿Cómo se come esto?”
En este sentido, fuentes próximas a las conversaciones asocian la actitud de Junts a que Esquerra haya anunciado antes su pacto con los socialistas, que ya incluye la amnistía, cuestiones de financiación y Cercanías y una otra mesa de diálogo entre partidos con un "verificador". Los republicanos y Junts siguen en la dinámica de competencia entre ellos, ahora para ver quién saca más rédito de la negociación con el PSOE.
Hay un dato que lo refleja: aunque ambos han negociado la amnistía con el gobierno español, lo han hecho de forma bilateral y por separado. No ha sido hasta ahora al final que empezaron a compartir textos. Para Esquerra esto es responsabilidad de Junts: “Sería muy útil hacerlo, pero si no quieren coordinarse, no quieren; si quieren, nos encontrarán predispuestos”, decía esta mañana el presidente de ERC, Oriol Junqueras, en una entrevista en Catalunya Ràdio. Mientras que para los de Junts es culpa de los republicanos, ya que cuando la pasada legislatura era ERC la que tenía la sartén por el mango en Madrid tampoco les compartieron ninguna información. Ahora, argumentan los de Puigdemont, no había confianza para sentarse "en el mismo lado de la mesa". En cualquier caso, los republicanos ya han tomado la decisión: un 89% de la militancia, con una participación del 43,61%, ha avalado el acuerdo con el PSOE este jueves. Está por ver si en los próximos días se pronuncia la de Junts: solo lo hará en caso de que se llegue a un pacto para investir a Pedro Sánchez.