Trump espolea a la extrema derecha europea en Madrid: "Ahora somos 'mainstream'"

Madrid"Este vídeo puede ser inadecuado para algunos usuarios". La plataformaYouTube avisaba minutos antes de que empezara la emisión en directo del contenido de la cumbre de la extrema derecha europea en Madrid, algo curioso, teniendo en cuenta que los Patriotas por Europa son los aliados de Donald Trump, rodeado de los principales propietarios de grandes corporaciones tecnológicas y de redes sociales como Elon Musk —X— y Mark Zucker. La aparente paradoja demuestra que Trump aún no domina a todo Silicon Valley y que la "censura digital" que ha denunciado el líder de Vox, Santiago Abascal, también se deja ver en actos de sus supuestos detractores.

Con el lema "Hacer Europa grande otra vez", emulando el Make America Great Again del presidente de Estados Unidos, varios dirigentes de la extrema derecha se han reunido en la capital española bajo el padrinazgo de Abascal. El líder de Vox es el presidente de Patriotas por Europa, el tercer grupo del Parlamento Europeo en número de diputados e integrado por los partidos de la francesa Marine Le Pen y el húngaro Viktor Orbán como principales exponentes. "Sánchez con Maduro y Hamás; Feijóo con Von der Leyen. Vox, con vosotros y el futuro de Europa", ha dicho Abascal. Junto con el neerlandés Geert Wilders y el italiano Matteo Salvini, y otros dirigentes de Estonia, Grecia, República Checa, Polonia y Portugal, han alimentado una nueva Reconquista contra el Islam –tal y como hacía Vox en sus inicios–, a rebufo de Trump, que cuestiona a la ciudadanía por nacimiento en su país. Todo fueron ataques contra la inmigración y las políticas de género y contra el cambio climático que impulsa la Unión Europea, un "macroestado" que -denuncian- diluye la identidad de las naciones.

Abascal ha tomado el relevo de Orbán, pionero en laprohibición de que en las escuelas se enseñen modelos de familia diferentes al tradicional y al cerrar la puerta a la inmigración. El húngaro ha presumido de haber abierto camino como piedra en el zapato de Bruselas y ha dejado claro el espejo que representa al nuevo presidente de Estados Unidos. "El regreso de Trump ha cambiado el mundo en un par de semanas. Antes éramos los herejes y ahora somos los mainstream. Decían que somos el pasado y ahora ven que somos el futuro", ha proclamado. Los aranceles anunciados por Trump no son una amenaza para los patriotas, sino que lo son los impuestos en el mundo rural y en el diésel que impulsa la UE, han coincidido. Orbán ha sido el único que ha evidenciado su simpatía con Vladímir Putin y ha lamentado que la Bruselas "destine nuestro dinero a una guerra sin esperanza".

Sobre el otro gran conflicto que ocupa Occidente, el de Oriente Próximo, los líderes de la extrema derecha han dejado claro su apoyo a Benjamin Netanyahu. Abascal avaló las sanciones de Trump en el Tribunal Penal Internacional y denunció que se comparen "los terroristas de Hamás con la democracia de Israel". Que la cita estuviera en Madrid ha motivado que el presidente español, Pedro Sánchez, se situara también en la diana de muchos de los discursos. "Desde la última vez que hablé en castellano en Madrid, ha cambiado algo. Sánchez está más cerca de la cárcel junto a su gobierno corrupto y Abascal está más cerca de ser presidente", ha afirmado el líder de Chega, el portugués André Ventura. "¿Y qué hacemos con Feijóo?", ha dicho una mujer del público. "Feijóo es lo mismo que Pedro Sánchez!", replicó desde el escenario Ventura, el segundo en hacer levantar a los asistentes de sus asientos.

Una activista con los senos al aire

La primera en provocar la reacción del público había sido una activista que ha irrumpido en el auditorio con los senos descubiertos al grito de "Ni un paso más a los fascistas", mientras el líder de los conservadores de Estonia, Martin Helme, criticaba que la agenda progresista "cuestione los valores cristianos" y haga que "nuestros hijos". Rápidamente, los miembros de seguridad le han retenido y se lo han llevado. "Bye bye, Pedro Sánchez, bye bye, Open Arms", se despedía Salvini por celebrar que fue absuelto por impedir el desembarco de un barco de la ONG catalana con inmigrantes en las fronteras italianas.

Los mensajes han sido especialmente duros contra los inmigrantes y la francesa Le Pen también ha reivindicado su legado. "Teníamos razón cuando desde 2019 no quisimos acatar el pacto verde y nos negamos a aceptar el pacto por la inmigración, porque es un pacto de invasión programada", ha denunciado. Desde la distancia han intervenido el austriaco Herbert Kickl y también la opositora venezolana María Corina Machado. "Venezuela es la mayor amenaza que afronta nuestro continente. Os necesitamos para combatir la red criminal de Maduro. Se trata de una guerra global y vosotros sois nuestros aliados", ha pedido en una intervención por videoconferencia.

De Milei a Trump

Abascal volvió a erigirse en figura destacada de las tesis reaccionarias alojando una cumbre similar a la de mayo del año pasado, marcada por la presencia del argentino Javier Milei. Esta vez ha enviado un breve mensaje por videoconferencia con su ya popular "¡Viva la libertad, carajo!". Si llavors era ell qui havia assolit el govern del seu país desbancant el kirchnerisme de la Casa Rosada, ara es produeix després que Trump hagi acabat amb la curta etapa de Joe Biden a la Casa Blanca. El llibertarisme que pregona Milei, simbolitzat amb la motoserra per referir-se a profundes retallades de la despesa pública, cedeix ara el protagonisme al poder de la tecnocasta –en paraules de Pedro Sánchez– que representen Trump i Musk. Precisament, un dels presents a la cimera, l'ex primer ministre txec Andrej Babis, té el control de diversos mitjans de comunicació i és considerat el segon home més ric del país. Un altre dels noms menys coneguts és el del polonès Krzysztof Bosak, de 42 anys, que al 2006 havia participat a Madrid en un acte amb militants carlistes que reivindiquen el cop militar del 18 de juliol de 1936.

El propòsit de tots aquests representants de l'extrema dreta europea és marcar perfil davant dels populars europeus, el principal partido en Bruselas, quienes quieren asociar a la familia socialdemócrata. Sin embargo, muchos de sus partidos han tenido que pactar para gobernar en sus países, como ocurre con el Partido de la Libertad en Holanda o con la coalición italiana de Giorgia Meloni y Salvini. En el Estado, Abascal sigue la misma estrategia de alinear a PSOE y PP cuando se ponen de acuerdo en algunos asuntos, especialmente en materia migratoria, por lo que Vox abandonó los gobiernos de coalición autonómicos que compartía con el partido de Alberto Núñez Feijóo. "Sr. Feijóo, PP, ¿algo que decir de los retrocesos que defienden sus socios?", pió el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a X.

La gran división de la extrema derecha europea