Gobernabilidad en el Estado

Marchena vs. Conde-Pumpido, historia de una rivalidad

Una posible corrección del TC en el Supremo sobre la amnistía puede elevar el choque entre los dos magistrados

El Tribunal Constitucional.
06/07/2024
4 min

Madrid"Mi amigo Cándido", bromea alguna vez el presidente de la sala segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, en referencia al presidente del Tribunal Constitucional (TC), Cándido Conde-Pumpido. Es fiel a su ironía y consciente de que en los círculos judiciales son conocidas las tiranteces que mantienen. "Son dos personalidades con un ego impresionante y debían chocar forzosamente", dice una fuente vinculada a la cúpula judicial del Estado. Tras compartir una época en el Supremo, Conde-Pumpido accedió al TC en 2017. Las tensiones en las deliberaciones en el alto tribunal pasaron a una suerte de choque implícito desde instituciones diferentes y que próximamente podría reproducirse a raíz de la ley de amnistía.

Los entornos de ambos niegan una animadversión recíproca y la sitúan sólo en una dirección. "Es un odio unilateral de Marchena", apuntan fuentes cercanas a Conde-Pumpido, mientras que al otro lado admiten que es "difícil hablar de cariño compartido". ¿Cuál es el origen de las desavenencias? En eso tampoco existe consenso. Cuando el actual presidente del TC fue nombrado fiscal general del Estado por José Luis Rodríguez Zapatero, en 2004, Marchena era desde un año antes el fiscal jefe de la secretaría técnica. Es decir, una suerte de número 2 del máximo responsable de la institución, que entonces era Jesús Cardenal. Una versión de los hechos es que, después de once años en la secretaría técnica –llegó en 1992, con Felipe González como presidente español–, quería un cambio de aires, y fue nombrado fiscal del Tribunal Supremo. La otra explicación es que Conde-Pumpido agradeció a Marchena su disposición para continuar, pero que prefirió nombrar a alguien de su confianza. "¿Cómo deben nombrarte si has sido jefe de gabinete de un fiscal general de José María Aznar?", sostienen desde este bando.

Pugna por presidir la sala segunda

Otras fuentes apuntan como determinante a otro momento, concretamente diez años más tarde. A finales de 2014, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de mayoría conservadora que hace unos días se ha pactado renovar, debía escoger al nuevo presidente de la sala segunda del Supremo. Marchena había aterrizado como magistrado en 2007, mientras que Conde-Pumpido lo había hecho en 1995 y era con diferencia el miembro más antiguo. La tradición era que se escogiera al integrante más veterano, pero aquella vez se rompió. "El humilde becario", ironizan desde el entorno de Marchena, se impuso a Conde-Pumpido –ya Miguel Colmenero, que también se había postulado para el cargo–. "Le provocó un gran disgusto. No lo aceptó", aseguran. Por otro lado sostienen que la reacción no fue de indignación. "Él dijo «Pues muy bien, muy bien, para ti», pero nada ha pasado. No hay ninguna relación", anotan.

Otra fuente cercana a Marchena asegura que no es alguien que "guarde rencor" y que, incluso, "ayudó" a que Conde-Pumpido fuera elegido miembro del TC en el 2017 a propuesta del Senado. Esta persona ha presenciado "discrepancias fuertes" entre ambos en deliberaciones, pero puntualiza que en el ámbito jurídico se producen con otros magistrados y lo enmarca en la normalidad. Ahora bien, admite que "no se puede decir que tengan muy buena relación" y que "es obvio que no piensan lo mismo". Afortunadamente para ambos, no volverán a coincidir: cuando Conde-Pumpido agote mandato en el TC, dentro de dos años, tendrá 76 y se jubilará como magistrado del Supremo. Por su parte, Marchena cesará como presidente de la sala segunda este noviembre y habrá que ver cuál es su futuro. Su destino debía ser la presidencia del CGPJ, pero el whatsapp de Ignacio Cosidó sobre "controlar por detrás" la sala segunda le llevó a renunciar a finales del 2018. Años después, los intentos tanto del PP como de Pedro Sánchez por convencerle de presidir el órgano de gobierno de los jueces tampoco dieron frutos.

Esta voluntad de Marchena de mantener su independencia ante la evidente intención del PP de hacérselo contrasta con el perfil político que se atribuye a Conde-Pumpido. "Marchena nunca ha salido de la función fiscal o jurisdiccional y, en cambio, Conde-Pumpido ha sido fiscal general", afirma un magistrado. Otra fuente jurídica añade que, en la sala segunda, el ahora presidente del TC no logró un grupo de aliados, a diferencia de Marchena, que tiene una "red de gente incondicional de todos colores". La misma fuente indica que Conde-Pumpido no se esconde tener “línea directa” con la Moncloa en épocas socialistas, ya fuera durante el gobierno de Zapatero o ahora con Sánchez. El PSOE de Alfredo Pérez-Rubalcaba también le ungió para el TC. En actos donde coinciden las principales figuras institucionales, no es raro ver a Conde-Pumpido mantener largas conversaciones con políticos del PSOE. Otro veterano de la cúpula judicial del Estado reconoce que Marchena "quizás guarda más las formas, pero también tiene conexiones con la política".

La sentencia del 1-O

Más allá de la enemistad que puedan tener, las fuentes consultadas sostienen que no se ha traducido en hechos tangibles. Sí existe una sospecha que tiene que ver con la sentencia del juicio del Proceso. En su momento se publicó que el entorno de Marchena acusaba a Conde-Pumpido de haber filtrado a los medios antes de que se publicara la resolución que la condena era por sedición. En el plano estrictamente judicial, ha habido correcciones del TC en el Supremo, pero una de las fuentes se resiste a creer que "alguien actúe por venganza personal y dicte una sentencia para perjudicar a un enemigo". Esta semana el TC ha dado un importante revés al Supremo desmontando las condenas por los ERE de Andalucía. Eso sí, Marchena no había participado en las sentencias. A principios de año, el órgano de garantías también estimó recursos del líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y del ex diputado de Podemos Alberto Rodríguez que suponían subsanar la página en el alto tribunal español.

En cuanto al Proceso, en las próximas semanas llegará al TC la resolución de Marchena de no amnistiar la malversación y el choque puede escalar a magnitudes importantes. "Conde-Pumpido hará lo que sea por cuestionar la decisión", augura una de las fuentes consultadas. A raíz del juicio del 1-O, Conde-Pumpido recibió el encargo de coordinar los recursos contra la sentencia de Marchena y negó el amparo a algunos condenados como la exconsejera Meritxell Borràs. Después, cuando el TC tuvo que resolver las quejas de quienes fueron castigados por sedición, se apartó a causa de unas declaraciones que había hecho contra el 1-O. La oposición al soberanismo es de las pocas cosas que unen a Marchena con su "amigo Cándido".

stats