Déjame decirte

La margarita de Feijóo

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, recogiendo el acta de diputado en el Congreso
19/08/2023
2 min

BarcelonaFeijóo no lo tiene fácil. Tras lo ocurrido en la sesión constitutiva del Congreso, le resultará complicado ir a ver al rey Felipe VI el próximo martes manteniendo su deseo de ser designado candidato a la investidura. Sin embargo, el líder del PP era consciente de sus pocas posibilidades desde la noche electoral, y ha perseverado todo este tiempo en una estrategia de reivindicación del papel de presidenciable que en estos momentos convierte cualquier paso de renuncia en una experiencia muy amarga. Sobre todo después de que no solo el PNV le cerrara la puerta, sino que después incluso sus socios naturales de Vox le negaran el voto a Cuca Gamarra, la candidata popular a presidir el Congreso.

Al contrario que Sánchez, el rictus de Feijóo ya era de derrota una vez conocido que tanto ERC como Junts votarían a Francina Armengol. El dirigente popular habría tenido que prever esta situación, porque era muy verosímil. Podemos imaginar a Feijóo deshojando ahora su particular margarita mientras calcula qué puede ser más perjudicial para su imagen y su papel al frente del PP. Está recibiendo opiniones variadas y contradictorias de su entorno, pero su decisión será personalísima y de una responsabilidad que nunca podrá traspasar a terceros.

La apuesta de Feijóo podría pasar por seguir optando a defender su candidatura para ser investido por el Congreso con el propósito de intentar sacar más adelante todo el partido posible a las fricciones que se vayan produciendo a lo largo de la legislatura entre el PSOE y sus aliados. La gran diferencia entre Sánchez y Feijóo es que el primero ha sabido desprenderse de Podemos y sustituirlo por una fórmula electoral más afín, la de Sumar, mientras que el segundo no puede quitarse de encima la pesadilla que le supone Vox.

Después de las dificultades para formar gobierno en Extremadura, de las que siguen abiertas en Murcia, entre otros episodios, era lógico que Feijóo se negara a compartir con la extrema derecha los asientos de la mesa del Congreso correspondientes a la oposición. El PP quería demostrar quién tiene la fuerza en el ámbito conservador. Y la respuesta del partido de Abascal mostró hasta qué punto Feijóo podría esperar lealtad y apoyo gratuito de Vox. Los dirigentes de ese partido habían prometido apoyar al líder popular por la investidura a cambio de nada. Ya se ha visto qué poco que duran ciertas promesas y qué solidez ejemplar tendría la coalición entre el PP y Vox.

La esperanza que le puede quedar a Feijóo es que se cumplan sus augurios y Sánchez tenga grandes dificultades para mantener una nueva mayoría parlamentaria, y que él pueda aparecer a medio plazo como el beneficiario de un hipotético fracaso del bloque progresista. Pero ahora no hay señales de maximalismos que alimenten estas perspectivas. Ni Junts ni ERC han pedido la luna. Lo importante es la defensa de la lengua catalana y la progresiva desjudicialización de la política. Personalmente, no espero gran cosa de las investigaciones sobre el caso Pegasus y los atentados yihadistas de 2017. Tiempo al tiempo.

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