Energía

El MidCat: de la oposición frontal a un consenso político casi unánime

El informe de la UE desfavorable al proyecto fue aplaudido por ecologistas, pero también por partidos como ERC y el PSC

5 min
El gasoducto MidCat está construido hasta la población de Hostalric.

MadridLa guerra en Ucrania ha alterado los planes de muchos gobiernos y, en particular, de aquellos que tienen que ver con la energía. El hecho de que Rusia, hasta ahora máximo importador de gas de la Unión Europa, esté presionando al Viejo Continente con el suministro de este combustible ha provocado que políticos e instituciones miren hacia proyectos que habían quedado guardados en el cajón. Es el caso del gasoducto MidCat, anulado definitivamente en 2019, que tenía que conectar Catalunya y Francia a través de los Pirineos y sería una nueva vía de entrada de gas desde la península Ibérica hacia Europa.

Situación del gasoducto MidCat
Trazado construido y ciudades principales

França

Tram en projecte

(paralitzat)

Hostalric

Martorell

Barcelona

Espanya

Sagunt

Paterna

Cartagena

Almeria

Alger

Gasoducte

del Magrib

A Algèria s’anomena

Gasoducte Medgaz

Béni Saf

Algèria

Marroc

Hassi R’Mel

França

Tram en projecte

(paralitzat)

Hostalric

Martorell

Barcelona

Sagunt

Paterna

Espanya

Cartagena

Almeria

Alger

Gasoducte

del Magrib

A Algèria s’anomena

Gasoducte Medgaz

Béni Saf

Algèria

Marroc

Hassi R’Mel

França

Tram en projecte

(paralitzat)

Hostalric

Martorell

Barcelona

Espanya

Sagunt

Paterna

Cartagena

Almeria

Alger

A Algèria s’anomena

Gasoducte Medgaz

Gasoducte

del Magrib

Béni Saf

Algèria

Marroc

Hassi R’Mel

El nombre de esta infraestructura volvió a ocupar titulares este mes de marzo. Como ya había pasado años atrás, organizaciones como Ecologistas en Acción levantaron el dedo señalando que se trata de un proyecto con un fuerte impacto ambiental y sin recorrido a largo plazo. Ahora bien, también levantó el dedo parte de la sociedad civil y, en particular, la Plataforma Resposta al MidCat, creada en 2017. Una organización que, según se desprende de su página web, consiguió aglutinar una decena de asociaciones vecinales y más de cincuenta entidades de todo el territorio, en particular de la zona del Baix Montseny –donde por ahora muere la obra hecha del MidCat, en concreto en la localidad de Hostalric– y la comarca del Gironès, pero también un buen puñado de partidos políticos y ayuntamientos.

En aquel momento, todos ellos dejaban negro sobre blanco que el gasoducto no generaba consenso, sino más bien división. Ahora bien, en un contexto muy diferente marcado por la invasión rusa de Ucrania, algunos de los colores políticos que en su día arrufaban la nariz, hoy abrazan el proyecto. Entre los partidos catalanes destaca ERC, que forma parte de la lista de organizaciones adheridas a la Plataforma. Fuentes de los Republicanos apuntan al ARA que "en el actual contexto" el MidCat es un "proyecto estratégico para Europa y para Catalunya, también justamente pensante en el futuro y en la distribución de hidrógeno verde" y añaden que abogan por "un proyecto respetuoso y con garantías ambientales". De hecho, ERC votó favorablemente a una enmienda presentada el mes de mayo en el Congreso de Diputados en que se pedía impulsar el proyecto. También lo hizo el PDECat –Convergència i Unió no se mostró nunca contraria– pero, en cambio, Junts se abstuvo, si bien la diputada Pilar Calvo lo ha defendido desde la tribuna de la cámara baja española. "Hay que reactivar el MidCat", expresaba Calvo.

Quien votó en contra de aquella enmienda fueron los comuns y la CUP. Los dos partidos, el primero a través de la ya desaparecida Iniciativa, también formaban parte de la lista contra el MidCat. En este caso, sin embargo, su posición no ha cambiado. Aliança Verda, el partido ecologista de Unidas Podemos, ha rechazado públicamente la construcción. "No se puede ceder en el camino de seguir avanzando hacia la transición energética para volver atrás, a una política errática de impulso de los combustibles fósiles", han expresado los Verdes en un comunicado hecho público esta semana.

Pero esta plataforma no ha sido el único lugar donde históricamente se han expresado los partidos catalanes. En la Diputación de Girona, en 2018 la CUP presentó una moción contra el MidCat que llegó a tener el visto bueno de ERC y el PSC. Los partidos reconocían su "grave impacto ambiental", pero también señalaban la carencia de transparencia. Los socialistas catalanes, hoy en el gobierno español, han recalcado que aquella votación fue una decisión del grupo en la Diputación de Girona. "Estamos a favor, esta es la posición del partido", recalcan fuentes del PSC al ARA. "Senyor Aragonès, si es cierto que Catalunya está con Ucrania usted tendría que ir a la Conferencia de Presidentes y apoyar a la conexión del MidCat", le expresaba el jefe de la oposición, Salvador Illa (PSC), a Pere Aragonès a principios de marzo. Con todo, al gesto de la Diputación de Girona del año 2018 se añadían los consistorios de Hostalric –que hace unos meses volvió a mostrarse contraria al gasoducto–, de Girona, Figueres, Salt y Sils, así como el Consejo Comarcal de la Selva y el del Pla de l'Estany.

Los argumentos de aquella oposición frontal no aparecen de la nada. El MidCat se acabó anulando después de que el 2019 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la francesa Comisión Reguladora de la Energía (CRE) rechazaran el proyecto tal como se había presentado. El 2017, sin embargo, un informe independiente de la Comisión Europea encargado a la consultora Pöyry ya concluyó que la infraestructura tenía un elevado coste y presentaba dudas sobre su rentabilidad, y solo matizaba que algunos escenarios, como por ejemplo una reducción del gas por parte de Argelia o unos precios del gas natural licuado (GNL) muy disparados, podían hacer interesante el proyecto. De hecho, el informe llegó a analizar su impacto en diferentes "situaciones de estrés" como por ejemplo un "corte completo" del suministro por parte de Rusia durante un invierno, y concluyó que no suponía ningún beneficio adicional.

De la euforia a la prudencia

Últimamente, quien más optimismo ha insuflado acerca del gasoducto ha sido, además de los empresarios, el gobierno español. El mismo Pedro Sánchez ha dicho que sería un "sueño" que muy pronto se hiciera realidad el proyecto. De hecho, cuando estalló la guerra fue su ejecutivo quien recuperó el debate. Ahora bien, con condiciones. A pesar del entusiasmo mostrado últimamente, desde el mismo ministerio de Transición Ecológica reconocían hace seis meses al ARA que el MidCat era "una pieza más" y que había que tener en cuenta diferentes elementos: quién lo pagará (España siempre ha pedido la colaboración europea); la continuidad del tubo en territorio francés (Francia se ha mostrado siempre contraria), la vida útil del gasoducto y la capacidad para transportar otras energías como el hidrógeno verde. En una comparecencia en el Senado en 2019, la ministra Ribera decía que se sentía "cómoda" con los informes contrarios al gasoducto que "subrayan que se trata de un proyecto ruinoso".

Un discurso que sigue la Generalitat, a pesar de que de momento no ha hecho grandes afirmaciones públicas. A través de Twitter, Aragonés ha expresado la importancia del MidCat para la distribución del hidrógeno verde, mientras que la consellera de Exteriores, Victòria Alsina (Junts), ha ido más allá criticando que si el proyecto se paró fue porque "España y Francia en su momento demostraron una gran miopía". Ahora bien, entre las filas del Govern, y en particular entre las de Junts, también ha habido voces prudentes. "No es realista ni responsable", ha expresado el conseller de Economía, Jaume Giró, sobre la posibilidad de construir la obra en ocho meses, tal como ha afirmado el gobierno español. Con todo, el ARA se ha puesto en contacto con la principal área afectada, la conselleria de Agricultura y Transición ecológica, y no ha obtenido ninguna respuesta política ni técnica alrededor del proyecto, si bien comparten "la línea" del president.

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