La gobernabilidad del Estado

Moscú hurga en las diferencias en el gobierno español sobre los presos

Casado pide cesar a Iglesias mientras la Moncloa enmarca la polémica en la pugna por el 14-F

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La ministra portavoz del gobierno español, María Jesús Montero, y la ministra de Sanidad , Carolina Darias, recogiendo los papeles un golpe finalizada la rueda de prensa telemática posterior al consejo de ministros.

Madrid / BarcelonaLas declaraciones del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en una entrevista al ARA en la que aseguraba que "en España no hay una situación de plena normalidad democrática" por la existencia de presos políticos y exiliados han llegado a Rusia, en plena polémica por el encarcelamiento del opositor Alexei Navalni. Moscú ha propuesto hurgar en las diferencias en el seno de la coalición de gobierno en España, ya que la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, afirmó que en España "no hay presos políticos; hay políticos presos", y confió en que Navalni pueda hacer campaña en las próximas elecciones catalanas "como están haciendo los líderes independentistas catalanes".

La portavoz de Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, se ha preguntado este martes a "quién tiene que creer", si a la ministra de Exteriores, que "afirma que España es un ejemplo de democracia", o a Iglesias, que "dice que está lejos de la normalidad en cuestiones democráticas". De hecho, la misma portavoz rusa citó la entrevista al ARA y reprochó a González Laya que haya hablado del opositor ruso hasta en tres ocasiones. "El tema de Navalni no es un asunto ni para la UE ni para España", dijo dando a entender que si el gobierno español continúa hablando de los asuntos internos de Rusia, también hurgaría en los de España. Ha recordado que en diferentes ocasiones Moscú ha dicho que la cuestión catalana era "un asunto interno de España". Y ahora quiere que pase lo mismo con Navalni.

Y es que las declaraciones de Iglesias aún colean en España. El líder del PP, Pablo Casado, se ha sumado este martes desde Tarragona a la petición de Ciudadanos para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cese inmediatamente al vicepresidente segundo del Gobierno por cuestionar la democracia en España porque "si no será cómplice y responsable de lo que dice". El PSOE se apresuró ayer lunes a rebatir el posicionamiento de sus socios de coalición -la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, aseguró que discrepaba "absolutamente" -, pero desde la Moncloa han evitado de momento llamar a filas al líder de Unidas Podemos para que se retracte, tal como han pedido los partidos de la triple derecha española.

La ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha enmarcado las declaraciones en el contexto de la campaña para el 14-F y "en una aspiración de mejorar la calidad de la democracia española", si bien ha negado "ninguna duda" en el seno del ejecutivo sobre la calidad democrática de España, y ha censurado así las palabras de Iglesias.

Choques entre PSOE y Podemos

Durante los últimos días se ha ampliado la competición dentro de la coalición de Pedro Sánchez. A la polémica sobre la calidad democrática de España se suma la propuesta de reforma del Código Penal para blindar la libertad de expresión y la de la ley trans. El aparato de comunicación de la Moncloa (controlado por el PSOE) informó el lunes por la noche que el ministerio de Justicia tenía la intención de impulsar una reforma para no permitir condenas de prisión por una canción. Se quiso anticipar así a la iniciativa que este martes ha registrado Podemos en el Congreso, donde el PSOE también aceleró la llamada ley Zerolo, para la igualdad de trato y no discriminación en el que el partido lila considera una reacción al malestar generado por su borrador de la ley trans.

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