La nueva legislatura catalana

Los Mossos sondean el entorno de Puigdemont por su regreso a Cataluña

El expresidente rechaza compartir información para facilitar una detención

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont en un acto desde Collioure.

BarcelonaSi hay algo que planea en la política catalana desde octubre del 2017 es el regreso del expresidente Carles Puigdemont del exilio. Ahora, sin embargo, este escenario toma más fuerza desde que el líder de Junts prometió que volvería para el debate de investidura –sea el suyo o el de Salvador Illa– después de las elecciones del 12 de mayo; y tanto es así que, según ha podido saber el ARA, los Mossos d'Esquadra, a través de la Comisaría General de Información, ya se han puesto en contacto con el entorno de Puigdemont para conocer sus planes, intento, por parte de la policía catalana, de prever los "escenarios" que pueden generarse ante un retorno hipotético a corto plazo. Ahora bien, según las fuentes consultadas, el expresidente no tiene intención de colaborar en su propia detención. Este diario tiene constancia de al menos un contacto entre el jefe de Información, Carles Hernández, y el abogado Gonzalo Boye, en junio.

Volver del exilio por el debate de investidura –sea del candidato que sea– es una promesa que Puigdemont hizo durante la campaña electoral del 12-M, aunque fuera con riesgo de ser detenido –dijo– y que Junts ha reafirmado tras las elecciones a través de su secretario general, Jordi Turull. Ahora, con el Supremo rechazando aplicar la amnistía al expresidente y cuando falta un mes para que acabe el plazo para elegir a un presidente de la Generalitat, Puigdemont quiere reafirmar ese compromiso.

Lo hizo este sábado en una intervención a puerta cerrada con representantes territoriales del Consejo de la República y, según varias fuentes, también tiene previsto hacerlo en el encuentro que celebrará Junts el próximo sábado en la Catalunya del Nord; una convocatoria que oficialmente se hace para celebrar los cuatro años de la fundación del partido –fue el 25 de julio del 2020–, para reivindicarse como un partido unido ante la crisis interna de Esquerra –admiten las fuentes consultadas–, pero también por "apoyar" a Puigdemont antes de un hipotético retorno y detención. Así se dijo a la última ejecutiva del partido, y también es el mensaje que Turull está trasladando a los cuadros territoriales estos días: que es necesario estar presente en este acto, pese a que muchos han fruncido la nariz por la fecha. Se hará en el Teatro de la Verdor en Els Banys y Palaldà, y el partido ha preparado autocares para que salgan desde cada agrupación comarcal.

De hecho, Turull también ha pedido al partido que hagan "vacaciones de kilómetro cero", es decir, que se puedan activar los diputados en caso de lleno de investidura y también los militantes en caso de movilización, ya que tanto el ANC como el Consejo de la República preparan protestas para evitar la detención de Puigdemont si pone los pies en el Estado. En cualquier caso, hay tres escenarios en cuanto al calendario: que Puigdemont se avance a un eventual pacto entre ERC y el PSC y pida someterse a un debate de investidura –aunque sea fallido– porque así podría controlar los tempos de su regreso; esperarse a un acuerdo entre socialistas y republicanos y que se convoque el pleno de investidura de Salvador Illa para volver; o que no haya ningún entendimiento este verano, tampoco ningún debate de investidura y que, por tanto, Puigdemont aplace el regreso hasta la repetición de las elecciones. Todas las fuentes consultadas aseguran que solo él sabe lo que va a hacer, sobre todo porque es una decisión "personal" por el riesgo de encarcelamiento.

Evitar la detención?

Con el Tribunal Supremo rechazando la amnistía para Puigdemont, si el expresidente vuelve, la policía tendrá sobre la mesa una orden de detención para que comparezca ante el juez instructor, Pablo Llarena, que debería decidir si le pone en prisión preventiva espera del juicio; una decisión que iniciaría una nueva batalla judicial, ya sea para reclamar la liberación inmediata a través delhabeas corpus o con un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

La detención la podrían llevar a cabo los Mossos d'Esquadra, como ocurrió cuando regresó a Catalunya la exconsejera Clara Ponsatí, pero también otro cuerpo de seguridad del Estado, sea la Guardia Civil o la Policía Nacional, porque debe hacerlo lo primero que lo detecte en territorio español. En el caso de Ponsatí el Supremo se puso en contacto directamente con el jefe de Información de los Mossos, Carles Hernández, y la policía catalana llevó a la exconsejera a la Ciudad de la Justicia (Barcelona) para que compareciera por videoconferencia ante el juez instructor del 1-O. Ahora bien, demostraron que no tenían prisa: lo hicieron después que hiciera una rueda de prensa y se paseara por Barcelona desde la plaza de Catalunya hasta la plaza de la Catedral. En el caso de Puigdemont habrá que ver cómo se diseña el operativo, también en función de si el Supremo reclama su traslado a Madrid. Oficialmente, la policía catalana sólo ha comunicado que el comisario jefe, Eduard Sallent, ha ordenado informar sobre cualquier indicio de la presencia de Puigdemont en el Principado en la Jefatura del cuerpo, con el objetivo de centralizar toda la información.

Ahora bien, también hay sectores del independentismo que abogan por evitar esta detención a través de la movilización y también aprovechando que Josep Rull ha garantizado que no se podrá hacer en el Parlament, cogiéndose al reglamento, que dice que a los diputados sólo se les puede detener en caso de flagrante delito. "No entrarán a detener oa retener a nadie. Y si deben hacerlo, primero tendrán que detenerme a mí mismo", dijo Rull a la SER. En este contexto ya hay voces entre el soberanismo que especulan con que el expresidente debería aparecer ya en la cámara –él ha dicho varias veces que tenía preparadas vías para la investidura fallida del 30 de enero del 2018– y poderse' quedar para evitar el arresto. Ahora bien, según fuentes jurídicas consultadas –y también de los Mossos– no existe ningún impedimento legal para que la policía entre en la cámara catalana y le detenga. Sólo se trata de una decisión operativa: si es proporcional o no entrar en el Parlamento para hacerlo.

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