El ritmo de la negociación ERC-Junts aleja el acuerdo por Sant Jordi

Los dos partidos prevén alargar las conversaciones hasta mayo pero sin agotar el plazo

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Pere Aragonès a la segunda sesión de investidura

BarcelonaDespués del último pleno de investidura fallido de Pere Aragonès hace ahora diez días, la fecha de Sant Jordi rondaba por los pasillos del Parlament en forma de horizonte. El plazo que iba desde entonces hasta el 23 de abril se perfilaba como un periodo de tiempo suficiente para encarrilar las negociaciones y llegar a la formación de un gobierno de Esquerra y Junts con el apoyo externo de la CUP. El paso de los días, sin embargo, ha dejado aquella previsión en un cálculo demasiado optimista. Después del paréntesis vacacional y de la reanudación de los contactos, fuentes de los dos partidos dudan que con el ritmo actual se lleguen a cerrar todas las carpetas pendientes en dos semanas y ven más factible cerrar las negociaciones a finales de abril o principios de mayo. Sin embargo, mantienen que es posible llegar a un acuerdo sin necesidad de agotar el plazo del 26 de mayo, cuando se convocarían de manera automática las elecciones.

Después de que la segunda abstención de Junts impidiera a Aragonés ser presidente –solo obtuvo los votos de ERC y la CUP–, los dos actuales socios de gobierno solo han mantenido dos reuniones formales de negociación: la del 31 de marzo, para darse la pausa de Semana de Santa, y la de este miércoles en el Parlament, de poco más de dos horas. Este jueves, según varias fuentes consultadas, no ha habido un encuentro formal de los equipos negociadores y se prevé que las conversaciones sigan mañana viernes. Desde Junts aseguran que el ritmo lo marca Esquerra, mientras que los republicanos dicen que si no se encuentran más es por los de Carles Puigdemont.

Después de abordar la estrategia sobre el Procés –en la que quedan carpetas abiertas, como la evaluación de la mesa de diálogo o la encaje del nuevo estado mayor dentro del Consell per la República–, Esquerra y Junts tratan ahora el programa de gobierno. Fuentes conocedoras de las conversaciones explican que hasta ahora se han intercambiado documentos sobre medidas "concretas" que tiene que incorporar el rumbo del nuevo ejecutivo. En definitiva, políticas públicas en las que se pueden encontrar los dos actuales socios de gobierno, tanto nuevas como otras que ya han iniciado durante este mandato. Para hacerlo, las dos formaciones han cogido sus respectivos programas electorales de base y se han intercambiado propuestas para pactar sobre las que coincidan.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, con la portavoz de JxCat, Elsa Artadi.

Junts mantiene que no se sienten interpelados por el acuerdo programático que Esquerra ha cerrado con la CUP y que quieren un acuerdo propio con los republicanos para aplicar desde un ejecutivo compartido. Si hay contradicciones, creen que es problema de ERC arreglarlo: consideran que se equivocó al llegar antes a un acuerdo con la izquierda anticapitalista e insisten que hay cuestiones nucleares de su ideario como la colaboración público-privada o la defensa de la escuela concertada que se ven afectadas por el pacto con los cupaires a las cuales no renunciarán. Esquerra, a su vez, deja claro como hasta ahora que el pacto rubricado con los cupaires no se toca.

La CUP insta a hacer gobierno

Este jueves la diputada del Congreso de Diputados Mireia Vehí ha instado Esquerra y JxCat a formar un ejecutivo que responda a la mayoría independentista y dé más peso a las izquierdas y ha instado a los de Carles Puigdemont a asumir sus medidas. "La responsabilidad es de ERC, que es quien tiene más votos y, por otro lado, Junts tiene que asumir el resultado de las elecciones: este país ha votado independentismo e izquierdas. Lo que no puede pasar es que Junts ponga trabas con la escuela [defiende la escuela concertada] y la renta básica universal", ha argumentado en una entrevista a Radio 4 y la 2.

Lo que ha descartado Vehí es que los cupaires entren a formar parte de un gobierno con los comunes y los republicanos, a pesar de que también ha dicho que, para su formación, "no será un problema" si finalmente los republicanos gobiernan en solitario. Esta fórmula la sugirió el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, el domingo en una entrevista en La Vanguardia: "Les votaremos si esto es el que eligen", dijo, descartando elecciones y sugiriendo que podrían pasar a la oposición si ERC no invierte más en pactar con ellos –según el partido no lo hacen bastante– y prefiere la CUP y los comunes.

Desde Junts mantienen que este escenario es posible, a pesar de que admiten que la prioridad es gobernar con ERC. De hecho, dentro de Junts hay diferentes sensibilidades en este debate, y la parte que más tradicionalmente ha ocupado responsabilidades de gobierno descarta ahora quedarse fuera. En cuanto a los republicanos, afirman que prefieren la coalición, a pesar de que el regidor a Barcelona Ernest Maragall se mostró favorable a intentar gobernar solos si hace falta: "Creo que tenemos que estar dispuestos". Jéssica Albiach, presidenta de En comú Podem en el Parlament, hace su propia interpretación sobre esto: a la SER ha asegurado que es "un pulso" entre ERC y Junts para ver "quién es el primer traidor que rompe la supuesta unidad independentista".

El PSC mueve pieza

Mientras continúa la negociación entre partidos independentistas, los socialistas también intentan moverse por su parte, a pesar de que sin perspectivas de éxito. Su candidato, Salvador Illa, ha dicho en una entrevista en Antena 3 que trasladará a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, cuando ponga en marcha la ronda de consultas, la posibilidad de someterse a la investidura. Illa ya sondeó esta idea antes del debate fallido de Pere Aragonès, pero hoy por hoy solo tiene los votos garantizados de 33 diputados socialistas.

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