El futuro del PSC

Objetivo Generalitat: El PSC pulsa el acelerador tras salvar a Sánchez

Confía en captar inversiones para Catalunya y Barcelona desde Industria con Jordi Hereu, a quien Illa sugirió para el cargo

4 min
La expresidenta del Congreso, Meritxell Batet; el primer secretario del PSC, Salvador Illa; la presidenta de la Diputación de Barcelona, Lluïsa Moret, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, aplauden durante la reunión de la ejecutiva del PSC después de las elecciones generales.

BarcelonaEl PSC vive un momento dulce. Ocho años después de tocar fondo con su peor resultado en unas elecciones catalanas, los socialistas vuelven a gobernar en la Moncloa, tienen 130 alcaldías en Catalunya (incluyendo Barcelona, la joya de la corona) y son la primera fuerza en el Parlament. Recuperado el músculo más allá del cinturón rojo, el objetivo es ahora la Generalitat. Pero, justo después de la euforia por la investidura de Pedro Sánchez, la sorpresa saltó esta semana al hacerse pública la composición del consejo de ministros: el PSC pasaba de tener a dos ministros (Miquel Iceta y Raquel Sánchez) a uno. El exalcalde de Barcelona Jordi Hereu asumía la cartera de Industria después de años fuera de la primera línea política. Su nombre, que no estaba en ninguna quiniela, fue una sugerencia del propio Salvador Illa. Precisamente, este sábado, el primer secretario del PSC ha anunciado que optará a la reelección para liderar el partido en el congreso de marzo. "Ahora toca Catalunya, constatar que Catalunya ha pasado página a 10 años perdidos", ha afirmado.

El nombramiento de Hereu cogió por sorpresa a muchos socialistas catalanes que, según fuentes consultadas, aspiraban a mantener al menos dos carteras tras sacar su mejor resultado en unas generales desde el 2008. Los 19 diputados del PSC dieron aire a un PSOE que, pese a ser superado por el PP, ha acabado consiguiendo que la mayoría plurinacional apoyara la investidura de Sánchez. Durante la campaña, Sánchez e Illa predicaron codo con codo la estrategia del diálogo, antesala de lo que los socialistas esperan que sea su regreso al Palau de la Generalitat. De hecho, el presidente español es el primer interesado en que Illa sea el próximo presidente de Catalunya. Su investidura sería, según el discurso del partido, el último clavo en el ataúd de un Procés que el PSOE ya se jacta de haber enterrado.

Contra el relato de la pérdida de peso

El partido niega que pasar de dos ministros a uno suponga una pérdida de peso, porque "la influencia no se mide en nombres, sino en la orientación de las políticas", en boca de un dirigente de la formación. Y en eso la sinergia Sánchez-Illa es total, argumenta. Además consideran que el de Industria puede ser un ministerio importante para captar inversiones hacia Catalunya y, sobre todo, hacia Barcelona. La alianza entre Hereu, exalcalde de la ciudad, y Jaume Collboni es uno de los puntos fuertes que el PSC espera de ese mandato, en Industria, sí, pero también en Turismo.

Otras fuentes consultadas por el ARA apuntan otra explicación a que Sánchez haya recompensado poco a los socialistas catalanes por su buen resultado. Pese a la reconquista de la Moncloa, se cuentan con los dedos de la mano los sitios de España donde tiene unas perspectivas tan prometedoras como las del PSC en Catalunya. Según esta teoría, había que rescatar a los soldados caídos y levantar los ánimos entre los socialistas a los que las encuestas no sonríen tanto como a Salvador Illa, que podría llegar a los 45 diputados en las próximas catalanas, según el último CEO. El ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, presidía Canarias hasta este verano; otro repescado es la expresidenta balear Francina Armengol, que ahora se sienta en el asiento que antes ocupaba la catalana Meritxell Batet como presidenta del Congreso.

Y después está el sottogobierno, pendiente de confirmación. Los socialistas catalanes habían acumulado hasta 16 secretarías de estado la pasada legislatura y, en estos momentos, la única que está garantizada según numerosas fuentes consultadas por el ARA es la de Comunicación, que ya ejercía Francesc Vallès. El secretario de estado de Deportes Víctor Francos, hombre de confianza de Miquel Iceta en el ministerio de Cultura y Deportes, podría saltar o pasar al nuevo equipo de Pilar Alegría.

Por otro lado, el PSC sigue pendiente de las decisiones que se tomen en el entramado de empresas con participación pública dependientes del Estado. Maurici Lucena es el presidente de Aena desde el 2018; Raül Blanco preside Renfe desde enero de este año; Pere Navarro es presidente del Consorcio de la Zona Franca desde 2018; y Marc Murtra es presidente de Indra desde 2021. Queda vacante el puesto de Hereu en la empresa de satélites Hispasat.

Futuros pactos

Los socialistas saben que tendrán que pactar para llegar a la Generalitat. Hasta ahora, el independentismo ha sumado más. Pero el fin de la política de bloques en Catalunya podría dar alas a nuevas alianzas, como un nuevo tripartito de izquierdas o un acuerdo entre PSC y Junts (que gobiernan juntos en municipios como Sabadell). Los socialistas han jugado bien las cartas y, salvo la extrema derecha, mantienen abiertos todos los flancos de pacto; Barcelona es el ejemplo paradigmático.

Tras el estruendo por la amnistía, está en riesgo el flanco del PP, que hace no tantos meses insistía en el PSC en cerrar filas para evitar un gobierno independentista en Catalunya, tal y como acabó haciendo al investir a Collboni. Sin duda la distancia entre populares y socialistas también se ha ensanchado a raíz de los pactos entre PP y Vox; pero 2025 está muy lejos y la investidura ha demostrado que la aritmética puede precipitar giros de guión inesperados.

¿Habrá factura electoral?

De momento, el PSC calienta motores con una nueva hoja de ruta, que deberá aprobar en el congreso de marzo, y que se abona a la reforma de la financiación catalana y a desplegar el autogobierno dentro del Estatut. Ni una palabra explícita sobre la amnistía (sí sobre el "reencuentro") ni sobre ningún referéndum. Queda por ver si la defensa de la amnistía cuesta algún voto a los socialistas catalanes. El PSC juega con una ventaja con la que ya hubiera querido contar el PSOE: tiene la vieja guardia a favor, incluyendo Raimon Obiols y Narcís Serra, pero también el expresidente José Montilla. El último CEO deja un dato interesante: un 41% de los simpatizantes del PSC están en contra de la amnistía (un 49% están a favor, y un 10% no lo saben o no contestan).

Illa repite a menudo que entiende a quienes tienen dudas, quizá con intención de desactivar una posible fuga de voto. La esperanza de los socialistas es que estas reticencias se diluyan en una aceptación que, de no ser entusiasta, sea conformista. De momento, fuentes socialistas consideran que no les perjudicará electoralmente, como tampoco lo hicieron los indultos.

stats