Los otros órganos de coordinación del Procés
Cumbres, pactos nacionales, Consell per la República, Assemblea de Càrrecs Electes, 'estat major', Ginebra...
BarcelonaERC y JxCat se han encallado en el órgano de coordinación que tendría que servir para consensuar la próxima hoja de ruta independentista. ¿Será el Consell per la República, como reivindican los de Carles Puigdemont? ¿O se creará un nuevo espacio como el que apunta el preacuerdo al que han llegado ERC y la CUP? En los próximos días o semanas se tendría que resolver esta cuestión que se ha presentado como capital para la investidura de Pere Aragonès. Sea cual sea la solución, no será ni el primero ni el segundo ni el tercer órgano de estas características que nace durante el Procés, un periodo especialmente proclive a cumbres, pactos nacionales y estructuras diversas, algunas más diligentes a la hora de tomar decisiones y otras más enfocadas en dar una imagen de unidad o de transversalidad.
Cumbres para la consulta
Las elecciones de 2012 dieron como resultado un Parlament mayoritariamente partidario del derecho a decidir. Uno de los puntos del acuerdo de gobernabilidad que firmaron CiU y ERC fue precisamente el impulso de una consulta sobre la independencia de Catalunya en aquella misma legislatura. Y, a pesar de sumar mayoría absoluta, las dos formaciones intentaron implicar al resto de actores políticos partidarios de la autodeterminación. La primera cumbre para tratar el tema se hizo en el Palau de la Generalitat el 6 de mayo de 2013. Además de otros partidos, entidades, diputaciones y ayuntamientos, también estaba el PSC de Pere Navarro. Los socialistas se desmarcaron rápidamente, pero las cumbres cogieron protagonismo durante 2013 y 2014, porque CDC, Unió, ERC, ICV-EUiA y la CUP acordaran los términos de la consulta que se acabaría haciendo el 9-N. Probablemente, las dos más recordadas fueron la del 12 de diciembre de 2013, cuando acordaron la fecha y la pregunta de la consulta, y la de 13 de octubre de 2014, cuando la propuesta de Artur Mas de convertir el 9-N en un proceso participativo impulsado por la ciudadanía y entidades provocó un terremoto con Esquerra.
Pacte Nacional pel Dret a Decidir
Presidido por Joan Rigol y constituido en el Parlament, el Pacte Nacional pel Dret a Decidir se configuró como una entidad aglutinadora de apoyos para la consulta del 9-N. La primera reunión se hizo el 26 de junio de 2013 en el Auditori del Parlament. Se hizo un manifiesto, que se presentó en septiembre, y a la cuarentena de entidades y partidos impulsores, entre las cuales también había por ejemplo patronales (sin Foment del Treball) y sindicatos, se les fueron sumando centenares de adhesiones durante los meses siguientes. El PSC no estaba, a pesar de que sí algunos de sus militantes, que acabarían abandonando el partido. No se volvió a reunir hasta febrero de 2014 y después todavía se reuniría en un par de ocasiones más, también después del 9-N, a pesar de que la convocatoria de elecciones plebiscitarias para el 2015 agrietó la transversalidad.
Pacte Nacional pel Referèndum
Se trata del relevo del Pacte Nacional pel Dret a Decidir. La intención era la misma, pero en este caso se trataba de apoyar un referéndum de autodeterminación, sin especificar si tendría que ser pactado o unilateral. Se constituyó el 23 de diciembre de 2016 también en el Auditori del Parlamento –la imagen, de hecho, es prácticamente calcada a la del 26 de junio de 2013– y se presentó como un último ofrecimiento por parte de las fuerzas soberanistas de acordar un referéndum con el gobierno español. Joan Rigol cedió la batuta a Joan Ignasi Elena, que se convirtió en el portavoz de una dirección colegiada de ocho personas. También hizo un manifiesto y recogió casi 500.000 firmas. El 19 de mayo de 2017 dio por acabada su tarea con un acto multitudinario del soberanismo en Barcelona.
Estat major del 1-O
Tampoco fue fácil el camino hacia el 1-O. Viendo las dificultades para sacar adelante los preparativos desde el Govern y para intentar superar los recelos constantes entre PDECat y ERC, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras acordaron poner en marcha el llamado “estat major del Procés”, el organismo clandestino con que el Govern externalizó los preparativos del referéndum para esquivar la lupa judicial. Ahí estaban los líderes de ERC y del PDECat, pero también representantes de las entidades soberanistas y miembros destacados de la sociedad civil con un claro peso político pero que no estaban en la primera línea de los partidos en aquel momento. Un organismo creado también para superar las diferencias partidistas que habían bloqueado los primeros preparativos del 1-O. El estat major hizo posible el 1-O y es la referencia del que Carles Puigdemont querría que fuera el Consell por la República, tal como explicaba en su libro Reunim-nos.
Consell por la República
El Consell per la República, protagonista en las actuales negociaciones para formar gobierno, nació precisamente del acuerdo de investidura de la pasada legislatura. ERC y JxCat pactaron la estructura e incluso su desarrollo en un tipo de institucionalidad paralela que arreciara el compromiso con el 1-O. No es ningún secreto que la ensambladura de ERC –y también de Òmnium– ha sido complicada desde el principio, entre otras razones por la gran influencia que ejerce Carles Puigdemont como presidente. Solo forman parte los exiliados de JxCat porque ni Marta Rovira, ni Meritxell Serret (ahora ya en Catalunya) ni tampoco Anna Gabriel (la CUP ni siquiera forma parte del Consell) se quisieron sumar a ello. El resto de actores políticos que forman parte del Consell (ANC, Demòcrates, MES, Poble Lliure, Solidaritat, Independentistes d'Esquerres y Lluís Llach y Carme García como independientes) lo consideran el espacio adecuado para coordinar el independentismo.
Encuentros en Ginebra
La prisión y el exilio hicieron saltar por los aires los puentes entre los dirigentes independentistas, que vieron como la comunicación fluida entre ellos se paralizaba. La represión hacía efecto, y no fue hasta julio de 2019 que –después de la crisis abierta a raíz de los diferentes pactos municipales con el PSC– se intenta rehacer la unidad estratégica con unos encuentros en Ginebra en que Carles Puigdemont, Marta Rovira, el entonces president Quim Torra, Marcel Mauri, Elisenda Paluzie y miembros de la CUP y también algún dirigente más de ERC y del PDECat intentan articular una respuesta unitaria a la inminente sentencia del 1-O. Es lo más cercano a la fórmula 3+2 (dirigentes de los tres partidos independentistas y de las dos entidades) que ahora se ha vuelto a poner sobre la mesa como opción de órgano de coordinación. Entonces, sin embargo, el resultado fue escaso, y la respuesta unitaria a la sentencia, una quimera que se limitó a aprobar un mes y medio después una propuesta de resolución en el Parlament.
Assemblea de Càrrecs Electes
Nunca se aclaró del todo si la reunión del 30 de octubre de 2019 de la Assemblea de Càrrecs Electes en Barcelona bebía o no de la que un año después impulsaría el Consell per la República. Lo cierto es que este encuentro en que participaron miembros del Govern– estaba el president, Quim Torra, y el vicepresident, Pere Aragonès–, diputados, alcaldes y regidores fue una especie de catarsis del soberanismo después de la sentencia del Procés y evidenció a los ojos de todo el mundo las diferencias estratégicas entre los partidos.