Los deberes que se ha autoimpuesto Oriol Junqueras
La nueva ejecutiva se reúne este lunes por la tarde y debe nombrar al sustituto de Mombiela, el responsable de la investigación interna de los carteles contra los Maragall
BarcelonaUna semana después de ser proclamado otra vez presidente de ERC, Oriol Junqueras reúne este lunes por la tarde a su primera ejecutiva –el pasado domingo lo hizo en una reunión de trámite al día siguiente de ganar la segunda vuelta del congreso– en la que está previsto que tome las primeras decisiones de cara a los próximos meses. Sobre la mesa, muchos compromisos para empezar a materializarse: desde poner en marcha la llamada "comisión de la verdad" para esclarecer el caso de los carteles contra los Maragall hasta redactar las ponencias que deben fijar el rumbo político del partido. De momento, lo que seguro que formalizará la nueva dirección esta tarde es la destitución de Xavier Mombiela, la persona que realizó la investigación interna sobre el caso de los carteles contra los Maragall, y nombrará un sustituto. Un movimiento que levantó las primeras críticas de los opositores a Junqueras, especialmente entre las filas de Nueva Izquierda Nacional, que lo vieron como el inicio de una "purga". De hecho, una de las incógnitas que también tendrá que resolver Junqueras es qué cambios contempla en instituciones como el Parlament. Josep Maria Jové y Marta Vilalta se han puesto junto a Nueva Izquierda Nacional. Según ha avanzado Nació Digital y ha confirmado el ARA, Junqueras ha ofrecido a Jové continuar al frente del grupo en la cámara catalana.
La reunión de esta tarde debe poner en marcha la maquinaria de un partido que lleva meses esperando y en el que las aguas están lejos aún de calmarse. De hecho, el congreso en sí no ha terminado, sino que queda la segunda fase, la del debate de las ponencias políticas y estatutarias que debe servir para definir la línea política y estratégica del partido, pero también para plasmar las reformas orgánicas que Junqueras quiere salir adelante. Una es la reforma de la comisión de garantías, para que este órgano tenga la potestad también de realizar investigaciones internas –hasta ahora lo hacía el responsable de cumplimiento.
La comisión de garantías tiene sobre la mesa resolver los cuatro expedientes abiertos por este escándalo y confirmar las sanciones al militante de Anoia que encargó los carteles; el exjefe de comunicación del partido, Tolo Moya; el exvicesecretario de comunicación, Marc Colomer, y el exviceconsejero del Govern, Sergi Sabrià. Sin embargo, en paralelo, la dirección de Junqueras quiere constituir una "comisión de la verdad" para que elabore un informe en los próximos tres meses sobre el caso y también la estructura B que se dedicaba a hacer guerra sucia. Las conclusiones se pondrán sobre la mesa de la comisión de garantías para que acabe de determinar las sanciones. Junqueras ha explicado en varias ocasiones que el objetivo es señalar a los responsables de este escándalo aunque hayan dejado el partido y, por tanto, no se les pueda sancionar. Con ello se vislumbra que quiere que este órgano pueda llegar también a Sabrià, ya que varias fuentes consultadas aseguran que se habría dado de baja –aunque ni él ni el partido lo confirman oficialmente–. Con el despido de Mombiela, el líder republicano también ha evidenciado su desconfianza sobre cómo se ha gestionado esta cuestión internamente.
Las ponencias y las territoriales
Aparte del caso de los carteles, que aún no ha quedado resuelto internamente, Junqueras también tendrá que concretar una de las comisiones que prometió: la de evaluación de los pactos con los socialistas. El órgano debería realizar un informe cada seis meses para presentar a la militancia el grado de cumplimiento de los acuerdos tanto en la Generalitat como en el gobierno español. El dirigente republicano prometió incluir en esta comisión a miembros de las candidaturas de Nueva Izquierda Nacional y Foc Nou, pero todavía no ha hecho una propuesta concreta. Junqueras también deberá detallar cómo incorpora a personas de estas dos candidaturas en la redacción de las ponencias. Sin embargo, si no hay acuerdo, las dos candidaturas han dejado claro que intentarán incidir en este debate a través de enmiendas. De hecho, es en esta segunda fase en la que la batalla puede reactivarse, porque los críticos tienen intención de presionar para incorporar sus tesis más programáticas. Ahora bien, no será la única, porque con la dirección nacional renovada, el siguiente paso es empezar el melón en toda la estructura territorial, y aquí Nueva Izquierda Nacional ve una oportunidad para intentar hacerse suyas el máximo de federaciones y ejercer así contrapoder en el territorio.