Inmigración

Paco Candel reemerge como referente en inmigración de la izquierda catalanista

Salvador Illa y los Comunes rescatan el relato candeliano sobre la construcción nacional para hacer frente a la extrema derecha

El escritor Paco Candel.
04/10/2025
5 min

BarcelonaEn la primera sesión de control del curso en el Parlament, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, hizo a Vox una recomendación: que leyera la obra del escritor Paco Candel. Rompiendo todos los tabúes de su tiempo, el autor deLos otros catalanes (1964) dio voz a los inmigrantes que habían llegado a Cataluña durante la posguerra para explicar cómo vivían (a menudo, en chabolas y condiciones muy precarias) y cómo entendían su identidad. No es la primera vez que Illa menciona la figura del escritor de origen valenciano, pero tampoco ha sido el único en hacerlo en las últimas semanas. A raíz de la celebración del Año Candel, que conmemora el centenario de su nacimiento, Comuns también lo han recuperado para intentar darle la vuelta al marco en el que la extrema derecha está planteando el debate sobre la inmigración en la Cataluña de los ocho millones.

Pero, ¿por qué Candel? Nacido en el pueblo castellanohablante de Cases Altes, en Valencia, Candel se mudó a los dos años con sus padres a las barracas de Montjuïc de Barcelona —luego se instalarían en las Casas Baratas de Can Tunis—. "Recordar Candel está permitiendo poner sobre la mesa la necesidad de hablar de la inmigración, y de hacerlo como una oportunidad para construir conjuntamente la Cataluña del siglo XXI", explica en la ARA la presidenta de la Fundación Candel, Gala Cortadellas. Como escritor y periodista, resalta, puso sobre la mesa un relato diferente (y alternativo) del de los populismos sobre inmigración: que un país es "lo que sus ciudadanos y ciudadanas quieren que sea" y surge del día a día de quienes viven, desde siempre o porque han migrado a él. Éste es el relato que la izquierda catalanista quiere desplegar ante las fuerzas políticas que pretenden estirar el debate migratorio hacia el marco de la seguridad o del choque entre culturas.

Candel reivindicaba la "catalanidad" de los recién llegados, incluso en aquellos casos en los que dudaban si llamarse a sí mismos catalanes o tenían reticencias a hablar el catalán, lengua que en un gran número de casos sus hijos, crecidos en Catalunya, sí asumían como propia. Sobre los inmigrantes venidos de Murcia, Andalucía, Extremadura o Galicia escribió, en Los otros catalanes (1964): "No le quitan nada, a Catalunya, la riegan con su sudor. Esto es agrandarla. La tierra es para labrarla, para construir, para edificar. Ellos lo hacen. Los trabajos más duros son para ellos. No vienen a buscar ninguna ganga". El periodista Genís Sinca, autor de la biografía Candel (Comanegra), celebra que al fin los partidos empiecen a reivindicar la obra candeliana —de más de 50 libros— y describe con tres palabras lo que representa: "Empatía, respeto y dignidad".

La biografía de Sinca fue a parar a manos de Isla este Sant Jordi, porque el editor se lo regaló durante el paseo del presidente por las paradas en el paseo de Gràcia. Ahora bien, fuentes de Presidencia trasladan que Isla "siempre ha tenido presente la figura y el legado" del escritor, especialmente su visión sobre la nueva inmigración, que dejó patente en Los otros catalanes del siglo XXI, publicado en 2001. Isla ha recibido a la hija del escritor, Maria Candel, y participó en el acto central del Año Candel en el Museo de Historia de la Inmigración de Cataluña, en Sant Adrià de Besòs. No se ha desatascado todavía el proyecto para hacer una casa museo en el piso donde escribió Los otros catalanes, en la Marina del Port, pero fuentes de la familia detallan que siguen trabajando.

La lectura de clase

Ya en su tiempo, la figura de Candel trascendió las siglas políticas, hasta el punto de que el expresidente Jordi Pujol llegó a señalarle como uno de los "diez" personajes más importantes del siglo XX para el país. De él era la idea de "un solo pueblo" que Pujol hizo suya, pese a que el escritor -que acabó siendo senador y concejal en L'Hospitalet- estuviera vinculado a una tradición política alejada de la convergente: la del PSUC. Tanto por su discurso como por su filiación política, Comuns se reivindican herederos y lamentan que Junts no haya seguido, en este sentido, el mismo camino que Pujol, que entendió que apostar por una catalanidad "estricta", basada en su origen, llevaría al país a la desaparición.

"Pero del discurso de Candel no solo puede hacerse una lectura nacional, sino también de clase", exponen fuentes de los Comunes. Porque los otros catalanes de los que hablaba Candel eran obreros con sueldos precarios, que contribuyeron a la construcción nacional a través del trabajo; por eso Pujol no dudó en proclamar que catalán es "quien vive y trabaja en Catalunya". Esto, señalan estas mismas fuentes, permite poner de manifiesto las "luchas compartidas" de las clases populares y, al mismo tiempo, llegar a los ciudadanos migrantes que, aún ahora, tienen sueldos más bajos que los catalanes de origen pese a tener niveles de formación similares. Llevar este discurso a los barrios es ahora una de las prioridades del partido, para desterrar la idea de que la "culpa" de los problemas sociales es de lo último en llegar y no de las "desigualdades" que amenazan a la cohesión social.

La idea de poner en el centro el legado candeliano fue de Josep Vendrell, miembro de la dirección de Comuns y veterano exdirigente de ICV, hasta el punto de que el acto que el partido organizó por la Diada giró en torno a su figura, Un solo pueblo, muchas voces. Allí, el partido habló de la Catalunya "mestiza", un concepto que entronca con que tres de cada cuatro catalanes tienen alguna experiencia migratoria en la familia.

La identidad catalana, permeable

Más allá de los partidos, Òmnium es de las entidades que, junto a la Fundación Candel, más ha hecho para reivindicar su figura desde la vertiente de la lengua como elemento de cohesión. La entidad tiene incluso lo que llaman la Línea Candel, que nace para actualizar el relato del escritor en la "Catalunya diversa" de hoy, ante el aumento de las desigualdades y el auge de la extrema derecha, explica el presidente de Òmnium, Xavier Antich. Con esta idea se creó Vincles, un espacio de conversación y aprendizaje de catalán que, para muchos recién llegados, es también una "puerta de entrada a la catalanidad".

"Una de las cosas más destacadas y vigentes deLos otros catalanes es la explicación de cómo la identidad catalana es permeable", apunta Antich. Esto supone promover una manera de entender la pertenencia a la nación "abierta e inclusiva", que relaciona la mejora de las condiciones materiales de vida, la igualdad y los derechos sociales con la identificación de los recién llegados como miembros de pleno derecho de la nación. O, tal y como nada las 'Los otros catalanes: "Bueno podría ser, comento con un gran amigo, que en el curso de las dos generaciones venideras —quizás harán falta más— la catalanidad pasara a manos de estos «otros catalanes» [...] Se verán llamados a una curiosa tarea: la singularización de la novísima Cataluña".

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