El Parlament exige la dimisión de Robles

El PSC cierra filas con el Gobierno español y dice que el CNI siempre actúa "dentro de la legalidad"

BarcelonaEl independentismo intenta mantener viva la llama de la indignación por el Catalangate, una misión que no es sencilla ante un Gobierno español que quiere intentar dar por cerrada la crisis con la reciente destitución de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban. Para seguir denunciando los hechos, este jueves Esquerra ha llevado una moción al pleno del Parlament que pide la dimisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Junts y la CUP se han sumado a esta demanda. Difícilmente una moción parlamentaria hará caer a la ministra, pero cumple la misión de mantener viva esta llama. El texto se votará a las 14 horas.

La encargada de defender la iniciativa ha sido la secretaria general adjunta de Esquerra, Marta Vilalta, que ha argumentado que Robles tiene que irse por varios motivos, entre los cuales "las declaraciones impropias que hizo en el Congreso justificando el espionaje". "Con la dimisión de la directora del CNI no se puede cerrar esta carpeta", ha avisado. Este es el principal temor del independentismo, que con Paz Esteban cesada todo ello vaya perdiendo fuerza en el debate público y mediático. Vilalta ha lanzado una consideración final a tener en cuenta: su partido cree que el espionaje no hace inviable la apuesta por el diálogo. "Se ha de llevar al canal político la solución del conflicto. La negociación se hace más necesaria que nunca", ha dicho.

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Ni Junts ni la CUP comparten el diagnóstico del diálogo, pero este jueves todo el independentismo se ha mostrado unido pidiendo que Robles salga del Gobierno español. "Han pasado 25 días desde el Catalangate y no hemos escuchado ninguna explicación creíble", ha lamentado el diputado de Junts Josep Ríes. Montserrat Vinyets (CUP) ha reivindicado dar al Parlament un papel preponderante a la hora de intentar investigar el caso, puesto que ha pronosticado que la vía judicial acabará concentrada y paralizada en el "agujero negro" de la Audiencia Nacional.

Una "buena noticia"

Los comunes también son críticos con el espionaje, pero este jueves han visto el vaso medio lleno. El diputado David Cid ha dicho que la dimisión de Esteban "no era un hecho inocuo" y que se tenía que considerar como una "buena noticia". El PSC directamente ha cerrado filas con el Gobierno español, con Jordi Terrades asegurando que los servicios secretos actúan "siempre en el marco de la legalidad". También ha recordado que Sánchez comparecerá pronto en el Congreso para explicarse –obligado por la oposición.

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La derecha ya hace días que también quiere jugar la partida del espionaje a pesar de que no para defender a los espiados, sino para intentar desgastar el ejecutivo de Pedro Sánchez. Esta estrategia también se ha puesto de manifiesto este jueves en el Parlament. Nacho Martín Blanco (Cs) ha acusado a Pedro Sánchez de haber servido "en bandeja de plata" la cabeza de Esteban al independentismo. Para Joan Garriga (Vox), quien tendría que dimitir es Sánchez: o por mentiroso –si no lo han espiado– o por incompetente si "no sabe proteger ni su propio móvil". El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, ha optado por la ironía y ha animado al independentismo a llevar a la mesa de diálogo todas sus demandas –la moción también propone modificar la ley de secretos oficiales–.