El debate de investidura

Pere Aragonès, nuevo 'president' de la Generalitat

El candidato de Esquerra supera la investidura con 74 votos a favor y será el 132º jefe del ejecutivo

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L'aspirant a presidente, Pere Aragonès, hablando con la presidenta del Parlamento , Laura Borràs

BarcelonaPere Aragonès ya es el 132º president de la Generalitat. 80 años más tarde, Esquerra Republicana de Catalunya vuelve a tener la presidencia de la primera institución del país después de que el pleno del Parlament haya investido a Aragonès con 74 votos a favor -los de ERC, Junts y la CUP- y 61 en contra. El aspirante republicano tendrá que lucir todavía la etiqueta de presidente electo hasta que el lunes la toma de posesión solemnice su nuevo cargo, pero en los pasillos de la cámara catalana -con el líder de ERC, Oriol Junqueras, como testigo directo gracias a un permiso penitenciario- se respiraba el ambiente de un cambio de etapa. Atrás queda una negociación tortuosa con Junts per Catalunya y un puñado de heridas. Por delante, un mandato para estrenar.

Las dos sesiones del debate de investidura han dibujado las líneas maestras de lo que Aragonès quiere que sea la legislatura -con la salida de la pandemia y la resolución del conflicto entre Catalunya y el Estado como principales retos del mandato-, pero también han evidenciado las dificultades con las que se encontrará el nuevo ejecutivo, que parte de una situación de debilidad por las desavenencias públicas entre los dos partidos que formarán gobierno. Los debates del presidenciable de ERC con JxCat y la CUP han demostrado que encontrar la alquimia para mantener con vida la legislatura será un trabajo arduo. Tanto en el aspecto social -donde el acuerdo de los republicanos con los de Carles Puigdemont esquiva algunos de los compromisos de ERC con los anticapitalistas- como en el apartado nacional y la estrategia a seguir con el Procés.

Oriol Junqueras llega al Parlament por la sesión de investidura de Pere Aragonès

Si ayer se evidenció la dificultad del equilibrio estratégico del acuerdo Pere Aragonès-Jordi Sànchez entre el diálogo y la confrontación, este viernes la advertencia ha venido de la mano de la CUP. Mientras que la cabeza de lista, Dolors Sabater, se ha centrado en el reclamo más social, el portavoz, Carles Riera, ha imprimido a su discurso varios avisos sobre la durabilidad del apoyo de CUP esta legislatura: "Nuestro acuerdo habla de embate democrático para hacer posible la autodeterminación en esta legislatura y los acuerdos se cumplen".

Teniendo en cuenta que Aragonès citó el referente escocés como vía independentista, Riera se ha mostrado convencido de que la mesa de diálogo no funcionará y de que, como mucho, solo resultará una "medida de gracia" a cambio de "estabilidad" del "marco autonómico" y del Estado.

"Tenemos que tener los pies en el suelo", ha replicado, sin embargo, Aragonès sobre la estrategia independentista, "tenemos que ser capaces de producir resultados diferentes" a los logrados hasta ahora, ha añadido. Para el vicepresidente del gobierno en funciones el camino pasa por recoger los "aprendizajes" de los últimos años y construir "fortalezas" donde se hayan detectado "debilidades".

El portavoz de la CUP, Carles Riera, en su intervención durante la investidura

Ahora bien, el líder de Esquerra es consciente de que los tres partidos independentistas parten de un diagnóstico diferente sobre los "aprendizajes" que tiene que asumir el movimiento a raíz de octubre de 2017 y la estrategia que se tiene que llevar a cabo a partir de ahora. Es por eso que tanto ayer como hoy ha hecho énfasis en ampliar mayorías para no quedar solo en manos de los diputados independentistas. El aspirante a president ha vuelto a instar a los comuns sin éxito -ya lo hizo ayer- a que se abstengan en su investidura para dejar la puerta abierta a futuros acuerdos. "No les pido confianza ciega. No me atrevo a pedir que me voten a favor, pero sí que se abstengan como base para poder llegar a acuerdos", ha dicho Aragonès, remarcando el carácter "progresista" de su gobierno.

Para apelar a Albiach -y en cierto modo al PSC en temas que no tengan que ver con el Procés-, ha recordado que los republicanos apoyaron al ejecutivo del PSOE y Podemos después de las elecciones de noviembre de 2019 para evitar una repetición electoral que favoreciera a la derecha "y a la extrema derecha". Un apoyo que los republicanos brindaron, ha remarcado, justo dos meses después de que el Tribunal Supremo hubiese condenado al presidente del partido, Oriol Junqueras, a 13 años de prisión por el 1 de octubre.

El líder de Vox en el Parlament, Ignacio Garriga, en una intervención en el pleno

Otra de las claves de la legislatura que se ha empezar a esbozar en estos dos días de debate será el de la beligerancia de Vox y Ciudadanos contra el nuevo Govern. La gestión de la ultraderecha -que este viernes ha vuelto a exhibir su discurso más xenófobo desde el hemiciclo del Parlament- es un desafío, no solo para hacer frente a su mensaje sino también para lidiar con su voluntad de embarrar el debate político a golpe de querella en los tribunales. Una vía, la de la judicialización, a la que el partido naranja también ha dado muestras de querer jugar.

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