La periodista rusa asesinada en Kiev había trabajado en la organización de Navalni

El gobierno ucraniano descarta que muriera en un ataque deliberado ruso y habla de "mala suerte"

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La periodista Oksana Baulina, en una fotografía distribuida por Reuters

BarcelonaLa muerte de la periodista rusa opositora al régimen de Vladímir Putin, Oksana Baulina, ayer mientras cubría la guerra a Kiev (Ucrania), ha hecho sonar las alarmas ante los ataques rusos que también se ensañan con los profesionales de la información. El asesor del ministerio de Asuntos Interiores de Ucrania, Anton Heraschenko, ha comparecido este jueves para informar del caso de Baulina, que trabajaba para el portal de investigación TheInsider, crítico con el Kremlin. Antes de incorporarse al medio había sido productora de la organización de Aleksei Navalni, el opositor ruso que sobrevivió a un envenenamiento en agosto del 2020 y que ahora cumple una doble condena en una prisión de máxima seguridad rusa. "Los ciudadanos rusos mataron a otro ciudadano ruso", ha lamentado el asesor, que ha explicado que la periodista recibió el disparo de un "mortero ruso", con un rango de alcance de unos diez kilómetros. Cuando se le preguntó si podría haber sido un ataque premeditado contra la periodista, Heraschenko lo ha descartado: "No pensamos que fuera a propósito, creemos que fue mala suerte".

Algunos periodistas sobre el terreno han documentado las consecuencias del ataque de mortero, que impactó directamente sobre el coche de Baulina. Heraschenko ha explicado que otro civil perdió la vida y un agente de policía resultó herido en el mismo momento. Baulina grababa imágenes de la destrucción causada por las tropas rusas en un centro comercial en el distrito de Podilski de la capital de Ucrania cuando murió. Sobre el posible motivo del ejército ruso para lanzar varias ofensivas a este lugar concreto, Heraschenko se ha limitado a decir que "no tiene lógica" y ha asegurado que no lo podía "explicar": "Son fascistas. Pueden matar a quien quieran, cuando quieran". Ha recalcado que la policía ucraniana ayudará a repatriar el cuerpo de Baulina a su familia.

The Insider, cuyas oficinas están en Letonia, lamentó la muerte de su corresponsal en un escrito: "Continuaremos cubriendo la guerra en Ucrania, también los crímenes de guerra como el bombardeo indiscriminado de zonas residenciales, que resultan en las muertes de civiles y periodistas". Baulina había trabajado para el Anti-Corruption Foundation, crítica con el Kremlin. Cuando fue calificada de entidad extremista por el gobierno ruso, la periodista tuvo que abandonar Rusia para poder continuar trabajando, explica el medio digital.

Setenta medios han tenido que dejar de trabajar por la guerra

Las autoridades ucranianas han registrado la muerte de cinco periodistas y 148 crímenes contra informadores y medios de comunicación en este país desde el inicio de la guerra el 24 de febrero, según el Centro de Comunicación Estratégica y Seguridad de la Información de Ucrania (Stratcom), que señala que además ha habido cinco incidentes con armas de fuego contra informadores registrados y once amenazas de muerte. El ejército ruso ha ocupado o destruido cuatro redacciones, y setenta medios han tenido que dejar de trabajar debido a la guerra: diez torres de televisión han sido destruidas, y en seis ocasiones se ha interrumpido la difusión por radio y televisión. Además, se han registrado diecinueve ciberataques contra medios ucranianos. La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y la Federación Europea de Periodistas (EFJ) han condenado en un comunicado recogido por Europa Press los bombardeos rusos sobre objetivos civiles en Ucrania.

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