La policía carga con pelotas de goma y gases lacrimógenos en la manifestación ultra contra la amnistía
Los dirigentes de Vox Abascal y Garriga capitalizan las protestas en Madrid y Barcelona
Barcelona/MadridLa presión de la ultraderecha en las calles contra los pactos del PSOE con los independentistas va en aumento. En la manifestación de este lunes ante la sede de los socialistas en Madrid, en la calle Ferraz, ha habido cargas policiales, pelotas de goma, gases lacrimógenos y un detenido, después de un fin de semana ya con movilizaciones sin convocatoria oficial y donde se han visto tótems de la derecha como la exministra del PP Esperanza Aguirre. Este lunes por la noche en Ferraz se han reunido unas 3.800 personas, según cifras de la Delegación del gobierno español.
La misma concentración se ha repetido, aunque con un éxito de convocatoria distinta, en las sedes de los socialistas en toda España, incluida la del PSC en Catalunya. Vox ha enviado a sus máximos dirigentes: mientras su líder, Santiago Abascal, ha asistido a la protesta en Madrid, el secretario general, Ignacio Garriga, ha estado en Barcelona, en la sede del PSC de la calle Pallars. Se han mostrado cómodos entre los simpatizados de la protesta, convocados por Revuelta, entidad juvenil afín a Vox, y con el apoyo de Se ha Acabado, muy cercana a Cs durante la época más álgida del Proceso.
Los mensajes han sido los mismos en Madrid y en Barcelona: "Es un delincuente, no es un presidente", "Que te vote Txapote" o "Puigdemont en prisión" se han escuchado en ambas movilizaciones. En la de Madrid, sin embargo, la tensión ha escalado cuando los manifestantes han tratado de romper el cordón policial, lo que ha provocado que los policías cargaran contra los asistentes. "Madrid será la tumba del sanchismo", clamaron, ante los agentes, a los que reprochaban no estar "defendiendo a la nación". Al lado de una valla, se veía una bandera franquista.
Hace tiempo que Vox, pero también el PP, atiza la calle contra Sánchez y sus pactos. Las protestas se han intensificado a la espera de que los socialistas sellen el último pacto, junto a Junts, que debe permitirles continuar en la Moncloa. Y no es menor con quien tendrán que firmarlo: el artífice final del acuerdo, si llega, será Carles Puigdemont, en el punto de mira de todas las manifestaciones antiindependentistas desde el 2017. En las cargas y las balas de goma de la manifestación de Madrid se ha añadido, a última hora, el uso de gases lacrimógenos para dispersar a los asistentes. Las urgencias médicas han tenido que ofrecer atención a afectados.
En Barcelona: "Pasaremos"
En Barcelona, la manifestación ha transcurrido sin incidentes, pese a la fuerte presencia policial frente a la sede del PSC. Los manifestantes se han puesto temprano: antes de las 20.00, hora de la convocatoria, la organización ya hacía sonar el tambor para espolear a los asistentes. La asistencia ha ido creciendo hasta los 350 concentrados, según cifras de la Guardia Urbana. Una valla y cuatro furgones policiales les impedían acercarse a la sede, algo que no ha gustado a los concentrados: "¡Isla, Isla, Isla, las vallas en Melilla!", gritaban.
Al repertorio habitual de cánticos de las concentraciones espanyolistas ("Puigdemont en prisión", "Libertad" o "España es una y no 51") se suman ahora contra el PSOE: "Sánchez en prisión, por rojo y por masón" y "Tiempo de rojos, hambre y piojos". De hecho, a última hora, las proclamas de ultraderecha se han acentuado con gritos contra la inmigración, la religión musulmana y pidiendo deportaciones. Entre banderas de España, se ha visto también algún brazo en alto, haciendo el saludo fascista. "Vamos a pasar", han avisado los concentrados.