Ana Pontón: "El PP está robando el conocimiento del gallego a los niños"
Candidata del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) a la presidencia de la Xunta
BarcelonaLa candidata del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), Ana Pontón, afronta las elecciones autonómicas del 18-F con el reto de conseguir la presidencia de la Xunta de Galicia después de quince años consecutivos de gobierno del PP. Atiende la entrevista del ARA por teléfono.
Varias encuestas, como la del CIS, abren la puerta a que usted se convierta en presidenta. ¿Ya se ve?
— Es evidente que estamos ante unas elecciones históricas en las que Galicia puede tener por primera vez a una mujer y una nacionalista en la presidencia, y eso es un cambio de ciclo. Nos estamos jugando la próxima década y hay una mayoría que ve que, con el PP, Galicia es cada vez más pequeña. Nosotros queremos construir una Galicia en grande con oportunidades.
¿Pueden suponerle un problema Sumar y Podemos?
— Soy una demócrata y creo que el pluralismo es un valor. Pero encaramos unas elecciones con un resultado muy ajustado, nos las jugaremos entre el PP y el BNG por muy pocos votos. Para conseguir el cambio es necesaria una gran participación y concentrar el apoyo en el BNG.
¿Qué horizonte nacional plantean para Galicia?
— Queremos que los gallegos tengan en sus manos las decisiones más relevantes y estamos en un escenario estatal en el que el debate sobre la plurinacionalidad está presente. No podemos permitir que Galicia dé un paso atrás porque, de hecho, compartimos con Euskadi y Cataluña ese reconocimiento de que somos naciones históricas. Por eso, no será indiferente quien tenga la presidencia para evitar que Galicia quede discriminada y pierda su estatus de nación histórica. Debemos trabajar para que la plurinacionalidad sea realidad.
¿Cómo se podría concretar?
— Deberemos abrir un debate en el Parlamento de Galicia sobre cómo avanzar en el estatus de nación, cómo blindar nuestra capacidad competencial y generar un sistema de financiación. El reconocimiento como nación debe servir para que realmente blindemos nuestra capacidad para tomar decisiones sobre los puertos y los aeropuertos, el sistema educativo o la planificación de la economía.
¿Qué sistema de financiación plantean?
— Queremos la autonomía financiera plena, capacidad para recaudar todos los impuestos y después rendir cuentas con el Estado para la prestación de los servicios. También sabemos que es un debate que debe generar un consenso: ya con el modelo actual se podrían elevar los impuestos cedidos, como el IVA o el IRPF, hasta el 90% o hacer que las empresas que tienen su actividad económica en Galicia, pero su sede fiscal en Madrid, tengan que cotizar aquí por la parte correspondiente.
¿Feijóo fue un buen presidente?
— Ni era un buen gestor ni moderado. Su experiencia, que ha visto a mucha gente en el Estado, ha hecho que caiga la máscara falsa que había construido desde la Xunta. Con Feijóo no ha mejorado ningún indicador: tenemos una peor sanidad pública, no ha salvado a ninguna empresa en crisis, no ha construido ni una sola residencia pública y ha dinamitado la política social de vivienda pública con las peores cifras de construcción de la historia.
¿Qué ha supuesto la hegemonía del PP?
— Retrocesos. En quince años hemos perdido 100.000 habitantes, la industria ha perdido peso en el PIB, han emigrado a jóvenes, se han deteriorado los servicios públicos y se ha arrinconado al gallego. Somos la única lengua de la Península que pierde hablantes y esto es el resultado de las políticas que no la respetan.
¿Qué ha pasado para que el uso del gallego haya caído tanto?
— Tenemos un decreto que impuso el PP que prohíbe que se puedan dar clases de matemáticas o física en gallego. Miles de familias están denunciando que sus hijos entran por la puerta de la escuela hablando en gallego y salen hablando en castellano. Así, todos los niños saben hablar castellano, pero existe una parte importante que no sabe gallego.
¿Qué propone para el idioma?
— Debemos garantizar que en el sistema educativo el gallego sea la lengua vehicular. No podemos privar a los niños y niñas del conocimiento de la lengua propia de Galicia. Esto es lo que les está robando el PP. Además, el gallego ha retrocedido en términos sociales, no se ha trabajado en ello. Es un momento crítico en el que podemos recuperar posiciones, pero es necesario un gran pacto por el idioma, una propuesta importante del BNG. El gallego es nuestro patrimonio, lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos y queremos pasarlo a las futuras generaciones.
En la campaña han aparecido ETA y Puigdemont. ¿Se ha españolizado?
— La campaña que está haciendo, sobre todo, el PP, aunque otras fuerzas estatales quieren trasladarnos sus batallitas madrileñas, es una falta de respeto. Esto demuestra que el PP sabe que su gestión es un fracaso y no tiene proyecto.
¿Qué opina de la gestión de la crisis de los pellets?
— Es una crisis grave porque toneladas de pellets plásticos han llegado a nuestras playas. Afortunadamente, no estábamos ante una catástrofe como la del Prestige. Si así fuera, volveríamos a ver el mar teñido de negro con la misma incapacidad para hacerle frente. Ni el gobierno español ni el gallego han estado a la altura. Hemos sido muy críticos con este pim pam pum mientras no se centraban en retirar la marea plástica. [El PP] primero ha minimizado el problema, después lo ha ocultado, ha responsabilizado a todo el mundo y ha demostrado su incompetencia. Sobre todo, ha causado indignación comprobar cómo ha hecho de la mentira su forma de hacer política.
¿Por qué apoyan la amnistía del Procés?
— Los problemas políticos deben tener soluciones políticas y será un paso que camina en esa dirección. Apostamos porque haya vías que permitan la normalización política y para que todo el mundo pueda defender sus ideas.
¿Está de acuerdo con los referéndums de independencia en España?
— En una democracia la gente debe tener capacidad para poder decidir, esto fortalece los derechos y libertades de todos.
¿Qué sentido tiene reivindicarse como nacionalista?
— El nacionalismo es un término en clave de progreso y avance social que no se puede confundir ni con el imperialismo ni con el chovinismo. Es un nacionalismo solidario, internacionalista y que defiende los derechos de todas las personas, nazcan donde nazcan. En el Estado se ha demostrado que las fuerzas nacionalistas hemos sido un puntal en defensa de la democracia.