El PSOE se entrega a un Sánchez que hace bandera de la vivienda

SevillaEn un 41º congreso del PSOE marcado por el atrincheramiento, por haberse puesto a la defensiva ante la "cacería" de la derecha política, mediática y judicial, Pedro Sánchez ha querido reivindicar la gobernanza, la gestión y el proyecto socialdemócratas como la mejor forma de combatir "el acoso" y los "odiadores profesionales" de la oposición. En este sentido, el jefe del Ejecutivo español ha anunciado la creación de una empresa pública que sea capaz de gestionar y construir viviendas desde la administración general del Estado. "¿Quién defenderá a los jóvenes y el acceso a la vivienda si no lo hace el PSOE? ¿Quién defenderá la igualdad si no lo hace el PSOE? ¿Quién defenderá la justicia social y eliminar privilegios si no lo hace el PSOE?", ha destacado el secretario general, revalidado de nuevo en el cargo. Habrá que ver la letra pequeña de esta empresa pública de vivienda, una medida para el largo plazo, pero era un clamor de las fuerzas a la izquierda del PSOE y ahora Sánchez se aviene para dar respuesta a uno de los principales deberes de la legislatura. En las últimas semanas se han sucedido movilizaciones en la calle por la rebaja de los alquileres.

La vía de Alberto Núñez Feijóo para derrocar a Sánchez ha quedado demostrado que es la de alimentar presuntos casos de corrupción que salpican su entorno hasta lograr su imputación. Que haya un juez que llegue a investigar al presidente español en el Tribunal Supremo es una de las principales incógnitas de los próximos meses y lo que puede darle la vuelta a todo. Es un factor que el gobierno español no puede controlar y está decidido a replicar con discursos encendidos contra la llamada "máquina del barro" y, tal y como se ha constatado en Sevilla, señalando la pata judicial de este entramado. La denuncia de lawfare ya sólo se maquilla no utilizando este término, pero se ha incorporado al relato de la Moncloa. La elección sobre el relevo de Manuel Marchena al frente de la segunda sala del Tribunal Supremo es otro de los factores clave de las próximas semanas.

Pero el otro elemento que puede amenazar al gobierno español es el de la vivienda. Sánchez mantiene a Isabel Rodríguez como máxima responsable en esta materia tanto en el ejecutivo como en el partido, si bien los movimientos sociales ya la ponen en la diana. Con este contexto son constantes los anuncios en este ámbito: en el último año y medio se ha anunciado la construcción de hasta 180.000 viviendas en el parque público, un bono de 250 euros para el alquiler destinado a los jóvenes, un sistema de avales del ICO para pagar la entrada de la hipoteca y regular el alquiler turístico y de temporada. Todo ello se suma a una ley de vivienda aprobada en la anterior legislatura que no se aplica a las comunidades autónomas gobernadas por el PP y que no ha resuelto el problema.

Sánchez ha desbrozado el camino que quiere que le conduzca a la reelección y también a recuperar en el 2027 el poder territorial perdido. "Hoy es más evidente que nunca que sólo hay dos caminos: el del odio o el de la esperanza, el del pasado o el del futuro, el de la extrema derecha o el de la socialdemocracia. Tenemos el deber de "ampliar el espacio y ocupar el de las fuerzas que se han arrodillado en la extrema derecha", ha proclamado Sánchez. Es decir, el gobierno español quiere arrinconar al PP hacia posiciones radicales ya la vez capitalizar el voto de izquierdas que ya no ve a Yolanda Díaz como una opción atractiva. El presidente español tratará de hacerse suya también la propuesta de reducción de la jornada laboral que lidera ahora la impulsora de Sumar.

"Quien pueda votar, que vote"

Así, Sánchez ha replicado a esa petición de José María Aznar: "Al llamamiento de "Quien pueda hacer que haga", yo digo "Quien pueda votar que vote"". Sánchez ha trasladado la idea de que "nadie tiene un proyecto de país y avances", en un momento en el que el PP trata de compatibilizar las campañas furibundas contra Sánchez con la elaboración de propuestas programáticas que pasan más bien desapercibidas. Desde Valladolid, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha recriminado al PSOE las "amenazas a los jueces" y, contrariamente a la petición de hace dos días para que el líder del PSOE diera un paso al lado, ha manifestado: "Ya no vale la pena que dimita. No, no. Aguanta, Pedro, no dimitas, porque te echaremos libremente y democráticamente a los españoles", ha dicho Feijóo.

Sin embargo, Sánchez ha reafirmado su determinación para continuar. En su discurso, ha admitido que lleva ya una década en el cargo —con la interrupción de finales de 2016, cuando fue defenestrado— y que ha meditado si tenía que dar un paso atrás. De hecho, este año se tomó cinco días para reflexionar con motivo de la imputación de su esposa, Begoña Gómez, presentada en Sevilla como si fuera una dirigente más, pero el presidente español ha redoblado su apuesta por resistir. "Lo que toca es dar un paso adelante. Mi compromiso es firme. No vamos a reducir el paso. Trabajaremos con más fuerza", ha destacado.

Tres miembros del PSC en la ejecutiva

A su lado, una ejecutiva federal que se ha ampliado a 49 personas y que continuará liderada por María Jesús Montero como vicesecretaria general y Santos Cerdán en la secretaría de organización. La presidenta, que tiene un rol más bien honorífico, seguirá siendo Cristina Narbona. Como portavoz revalida el cargo Esther Peña, y la delegada del gobierno español en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, presente en los medios últimamente a raíz de la DANA, se incorpora a la secretaría de Igualdad. En cuanto al PSC, mantendrá tres puestos en la ejecutiva. Sin cambios: Montse Mínguez, Jordi Hereu y Manuel García Salgado. Los delegados han validado la propuesta con el 90% de apoyo y un 9,1% de votos en blanco -no era posible votar en contra.