Puigdemont y UGT se reúnen después de nueve años
En el encuentro, que tendrá lugar en Waterloo, también irá Camil Ros y estará marcado por la reducción de la jornada laboral
MadridCuando Pepe Álvarez y Carles Puigdemont se reunieron por última vez, el primero estaba dejando la secretaría general de UGT en Catalunya para dar el salto al frente de UGT estatal, y el segundo había sido elegido hacía poco presidente de la Generalitat. El encuentro fue en Palau, en la Casa dels Canonges, y desde entonces no se han vuelto a ver en un encuentro formal. Sin embargo, esto cambiará este lunes. Álvarez, junto al secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros, se encontrarán con el expresidente catalán en su casa de Waterloo, en Bruselas. Una reunión en la que no está previsto que haya ningún miembro del otro sindicato mayoritario del Estado, CCOO.
El encuentro se produce siete meses después de las elecciones catalanas en las que el presidente de UGT en Catalunya, Matías Carnero, que cerraba la lista de Salvador Illa en las elecciones del 12-M, cargó contra Puigdemont: "Llorado, se marchó dentro del maletero, y no sé si cagado o meado, pero se fue a Bruselas", espetó en respuesta al líder de Junts, que había instado al presidente español, Pedro Sánchez, a salir llorado de casa. Carnero, que además es el presidente del comité de empresa de Seat, se refirió también al cartel electoral de Puigdemont, donde salía sentado en un coche. "¿Por qué no se hizo la foto en el maletero? ¿Es que nos lo ponen con bandeja", remachó antes de criticar que el coche fuera un Volvo, una marca que no se fabrica en Catalunya a diferencia de Seat. En agosto, después de que Puigdemont volviera a escapar, dijo en una entrevista en Ràdio Estel que no se arrepentía de esas palabras. "Puedo tener razón o no, pero ha vuelto a marcharse. No sé cómo se ha marchado esta vez, y por eso hay una investigación", espetó.
La reunión entre Puigdemont y Álvarez y Ros, que estaban en ese polémico mitin, llega en un momento en que los siete votos de Junts en el Congreso de los Diputados son decisivos para aprobar cuestiones como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, una medida que se ha convertido en una de las banderas del ejecutivo de Pedro Sánchez en esta legislaturaPero no sólo eso, sino que llega después de que las patronales española y catalana, la CEOE y Foment del Treball, ya hayan expresado por activa y por pasiva que rechazan apoyar la reforma "Es una injerencia", aseveraba el presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, este viernes. contar con los empresarios y quiere tratar de cerrar un acuerdo con los sindicatos antes de terminar el año. Pero el hecho de que la medida llegue después de un posible acuerdo social bipartito, es decir, sin la firma de la CEOE, no facilita la tramitación en el Congreso de los Diputados, sobre todo teniendo en cuenta el lobi que los empresarios practican desde hace tiempo sobre Junts pero también del PNV, los dos socios de centroderecha. jeltzales se han mostrado abiertos a votar a favor (en el País Vasco la reducción de la jornada ya se aplica en muchos sectores), lo que haga Junts es una incógnita, aunque fuentes consultadas por el ARA apuntan que ahora por ahora estarían lejos de secundar la medida.
Por eso UGT pondrá este tema sobre la mesa con el objetivo de convencer a Puigdemont. De hecho, fuentes del ministerio de Trabajo aseguran que también han abierto una vía de diálogo con los junteros por esta cuestión, aunque fuentes del partido de Puigdemont lo niegan. no es fácil, porque los empresarios ya le tantean en privado –Foment del Treball ha trasladado directamente a Puigdemont el impacto que la reducción de la jornada puede tener, según ellos, sobre el pequeño comercio.
"Diálogo permanente"
Sin embargo, la carpeta de la reducción de la jornada laboral no será la única. "Queremos abrir una vía de diálogo permanente [con Junts]", afirmaba Álvarez en una reciente entrevista con el ARA. El líder de UGT se erige en un "constructor de puentes" para que las votaciones en la cámara baja no sean agónicas, sobre todo las económicas, como la de la reforma laboral, en la que Junts ya ha dejado claro que tiene una posición opuesta al que reclaman socios como Podemos. Al mismo tiempo, hay quien ve el encuentro como una ventana de oportunidades para la propia UGT: "Si quiere ser mayoritario [el sindicato], debe parecerse al mundo del trabajo, y Pepe es muy consciente de la pluralidad de la sociedad", apunta una fuente cercana a la organización.