Unidas Podemos ha registrado este martes una petición a la mesa del Congreso para retirar de las zonas visibles de la cámara baja todas las representaciones artísticas y fotográficas de Juan Carlos I. Argumentan que el rey emérito ha participado en varios "negocios opacos" por los que no ha sido condenado porque ha prescrito el delito, no por falta de pruebas. "Estamos hablando de un defraudador fiscal confeso; es decir, de un delincuente", escriben en su petición. Por eso, reclaman eliminar todas sus imágenes de los lugares visibles del Congreso. La portavoz del gobierno español, Isabel Rodríguez, no ha valorado la propuesta y se ha limitado a decir en rueda de prensa que el ejecutivo solo "trabaja" con Felipe VI.
La realeza da la espalda al emérito en su vuelta a Europa
Juan Carlos I vuelve a Abu Dabi sin haberse podido ver con Felipe VI y Carlos III
MadridJuan Carlos I ha puesto fin este martes a su segunda visita a España, de casi una semana, desde que huyó a los Emiratos Árabes Unidos ahora hace casi tres años. El rey emérito llegó el pasado miércoles a Sanxenxo procedente de Londres, donde se tenía que reunir con el rey de Inglaterra, Carlos III, antes de su coronación, a pesar de que finalmente no hubo encuentro, tal como se encargó de transmitir el embajador británico en la Zarzuela, preocupada por los efectos nocivos de una posible agenda diplomática de Juan Carlos. Su estancia ha sido más larga que la del año pasado y ha tenido dos grandes diferencias: no ha habido reunión con su hijo, el rey Felipe VI, en el Palacio de la Zarzuela, y ha evitado el contacto con los medios de comunicación. ¿Qué ha hecho, pues, el rey emérito durante esta semana en España?
Antes de volver a poner los pies en el Estado, la primera imagen de Juan Carlos I fue en el palco de Stamford Bridge, donde presenció el partido entre el Chelsea y el Real Madrid de cuartos de final de la Champions, aprovechando que estaba en Londres. Antes también se lo había visto salir del club privado Oswald, el más exclusivo de la ciudad. Al día siguiente aterrizó en el aeropuerto de Vigo para ir directamente a Sanxenxo, donde lo acogió el presidente del club náutico de esta localidad y amigo personal del exmonarca, Pedro Campos. El objetivo principal del viaje del emérito a España era participar en las regatas a bordo del Bribón, pero el mal tiempo se lo impidió.
Juan Carlso I participó en los entrenamientos el jueves y el viernes, pero ya fueron más cortos de lo habitual por el fuerte viento y oleaje. En total, solo estuvo tres horas y media a bordo del Bribón durante toda su estancia en Sanxenxo, y no participó finalmente en la competición para la que había venido: la Copa de Rey de Vela, que se disputaba el fin de semana. El sábado y el domingo el emérito se acercó a las instalaciones del puerto deportivo para embarcar, pero finalmente su equipo decidió que no participaría por el mal tiempo.
A diferencia de hace un año, su estancia en Sanxenxo se ha caracterizado por la discreción. No ha visitado el club náutico, donde el año pasado fue recibido por el alcalde de esta localidad, Telmo Martín, y por algunos vecinos. Juan Carlos I tampoco ha tenido contacto con los medios de comunicación. "¿Explicaciones de qué?", contestó el año pasado cuando los periodistas le preguntaron si daría explicaciones sobre sus negocios turbios. Esta vez, sus movimientos se han centrado en navegar por la ría pontevedresa y estar en casa de Pedro Campos, donde lo han visitado amigos y miembros de la tripulación del Bribón.
Revisión médica en Vitoria
Antes de volver a los Emiratos Árabes Unidos, Juan Carlos I aterrizó el domingo a las siete de la tarde en Vitoria para someterse a una revisión médica en la clínica privada del doctor Eduardo Anitua. El emérito se ha alojado hasta este martes por la mañana en esta misma clínica, que ha abandonado hacia las diez de la mañana, y se ha dirigido al aeropuerto de Vitoria. Juan Carlos I ya había sido tratado por Anitua en anteriores ocasiones, así como por el traumatólogo de esta localidad Mikel Sánchez.
Ahora, hasta que decida volver a pisar España –la Fiscalía ya ha dejado de perseguirlo–, vuelve a los Emiratos Árabes Unidos, donde ha establecido su residencia habitual. La Zarzuela, y también la Moncloa, respirarán un poco más tranquilas.