PRESIDENTA DE la CUP-G en el Parlament

Dolors Sabater: “El referéndum, sea pactado o no, se tiene que hacer en los próximos cuatro años”

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Dolors Sabater (Badalona, 1960) es la líder de la CUP-Un Nou Cicle per Guanyar en el Parlament, un grupo que será clave para la estabilidad del Govern.

Esta semana la vimos a primera fila ante los Mossos intentando impedir un desahucio.

— Esto pasa cada día. Ese era simbólico para que la policía deje de apoyar a los grandes tenedores y a los que especulan con el derecho a la vivienda y se ponga al servicio de las familias y de la gente que no tiene vivienda. Es una exigencia irrenunciable.

¿Qué podía hacer el Govern si el juez había requerido la presencia de la Brimo?

— Hacía falta no haber llegado hasta aquí. Antes hay muchas acciones concretas que se pueden hacer de expropiación, de forzar alquileres sociales... Es verdad que el TC se dedica a cargarse leyes que se aprueban desde el Parlament, pero lo que no podemos hacer es cruzarnos de brazos.

¿Tienen alguna esperanza en el nuevo conseller de Interior?

— Tenemos esperanza con todo. El acuerdo de mínimos que hemos hecho nos tiene que llevar a dar pasos adelante firmes para cambiar las cosas. Las palabras pueden ser muy bonitas, los compromisos muy firmes, pero queremos pasar a los hechos, a la acción.

La CUP que enviaba a presidents a la papelera de la historia ahora ha sido el primer partido en pactar con ERC. ¿Cómo se explica esta transformación?

— Creo que es una respuesta a la gravísima situación que tenemos en el país. Hay un análisis crítico y una reflexión sobre la nueva situación y sobre cuál tiene que ser el solucionador para salir y andar hacia conseguir la autodeterminación.

Si el problema es la crisis, ¿un gobierno con PSC y con los comuns no habría atacado las causas?

— Precisamente las políticas que han hecho en el Estado el PSOE y Podemos no son precisamente las que necesitamos. No se ha derogado la ley mordaza ni la reforma laboral, el pacto por las pensiones es indefendible y se ha negado que se pudiera debatir la ley de amnistía.

¿Por lo tanto les parece más progresista un gobierno de ERC y Junts?

— Con los acuerdos que hemos hecho, sí. Un gobierno que por primera vez se planteará la renta básica universal, tener una banca pública o estudiar los temas de nacionalización de la energía y poner la vivienda como una prioridad esencial. Todo esto son conquistas muy importantes.

Cuando ustedes invistieron al president, no conocían la formación del gobierno. Ahora que saben los nombre de los consellers, ¿se arrepienten?

— Más allá de las personas nosotros lo que queremos son hechos que se cumplan. Es evidente que hay nombres que no nos tranquilizan, como el del conseller de Economía, que viene del Íbex, o la consellera de Justicia, que estuvo promoviendo la ley contra las ocupaciones que pone el derecho de la propiedad por encima del derecho a la vivienda. No permitiremos que se tomen decisiones que supongan pasos atrás respecto al acuerdo.

¿Quién cree que ha salido ganando más, ERC o Junts?

— De entrada sale ganando el país, porque no ha habido unas segundas elecciones. Mirar la política en clave de qué partido gana o pierde es lo que nos ha llevado a un estancamiento que tenemos que saber superar.

La cuestión de confianza es dentro de dos años. ¿Cuál es la línea roja que haría acabar la legislatura?

— Hemos puesto un despliegue en este acuerdo, y veremos no solo si se va cumpliendo todo lo que queremos que se haga efectivo sino también el talante de una legislatura que tiene que ser de confrontación. ¿La actitud del gobierno de Catalunya será una actitud conformista o será una actitud combativa?

¿No habría sido más combativo un gobierno con consellers de la CUP?

— Nosotros no nos hemos cerrado nunca a ello. En este momento hemos conseguido que este Govern en su hoja de ruta tenga objetivos que hacen avanzar mucho más el país nacionalmente y socialmente de lo que lo hizo en la legislatura pasada, y lo hemos hecho desde fuera. Tenemos muchas experiencias de gobierno, pero también tenemos experiencias de cómo desde la oposición se han podido condicionar muchas acciones de gobierno.

Ustedes hablan de embate preferentemente en forma de referéndum y, en cambio, Junts y ERC subscriben que solo se vuelva a votar en un referéndum pactado. ¿Es compatible con lo que ustedes acordaron?

— Los cuatro acuerdos que tomaron las tres organizaciones independentistas poco antes de que llegaran a un acuerdo Junts y ERC incluyen no solo este pacto nacional por la autodeterminación sino también que el referéndum se tendrá que hacer tanto si es pactado como si no lo es.

¿Otra vez como el 1-O?

— Pero con una diferencia: tiene que haber una estrategia ya acordada de los escenarios posibles al día siguiente y de cómo se sostendrá. Tiene que haber un contexto internacional que favorezca que se pueda sostener el resultado y tiene que estar preparado todo el funcionamiento de esta república.

¿Y esto tiene que ser en estos próximo cuatro años?

— Sí, no nos podemos dormir.

¿Alguna esperanza en la mesa de diálogo?

— No tenemos ninguna esperanza. No combatiremos la mesa de diálogo, pero no estaremos en ella, no confiamos en ella. Respetaremos que estén pero a la vez lo que no aceptaremos es que esta mesa nos aplace o nos pare todo el resto que tenemos que seguir construyendo.

Pero Sánchez quiere sacar adelante los indultos.

— Con los indultos puedes resolver una situación personal de una parte de las personas represaliadas. Todo el respeto en este sentido, pero recordemos que no resuelve ni el derecho de autodeterminación ni los exiliados ni los más de tres mil represaliados que tenemos en el país.

Si finalmente los acaba concediendo, ¿tendremos que concluir que Sánchez es valiente?

— Sería más valiente si dejara hablar en el Congreso sobre la amnistía, porque no es valiente dejar de hacer lo que corresponde desde un punto de vista radicalmente democrático, de defensa de los derechos, por miedo a que la extrema derecha silbe, porque la extrema derecha silbará igualmente.

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