La relación entre Salvador Illa y Jordi Pujol que va más allá de la reunión en Palau

BarcelonaEl día que Salvador Illa tomó posesión en el Saló Sant Jordi como presidente de la Generalitat hubo tiempo para las conversaciones distendidas en el Pati dels Tarongers y en la galería Gòtica. Había la plana mayor socialista, ministros, representantes de los grupos parlamentarios, altos cargos del Gobierno y expresidentes. Más allá de la euforia socialista y la resaca todavía del regreso fugaz de Carles Puigdemont –sobre todo para los Mossos–, hubo un contacto que ha dado sus frutos esta semana. Jordi Pujol fue uno de los últimos en marcharse y en un momento dado se le hace saber que el presidente, Salvador Illa, le quería ver un momento en su despacho. Allí ya hablaron de hacer un encuentro oficial, que se ha producido en el marco de una ronda de contactos con expresidentes.

El interés era y es mutuo. Pujol, ya restituido públicamente y fuera del ostracismo, quiere ser patrimonio de un amplio espectro político, y no sólo de Junts y los partidos surgidos del espacio posconvergente, que ahora ya le reivindican también abiertamente. De hecho, el propio Pujol apoyó al expresidente Carles Puigdemont en las últimas elecciones. A su vez, Salvador Illa siempre ha expresado "respeto" por la obra de los gobiernos de Pujol, pese al ferry enfrentamiento entre CiU y los socialistas en ese momento, y sabe que acercarse al pujolismo es un guiño a un sector que ya intentó captar para las elecciones del 12-M. No en vano se dio el paseo con Miquel Roca y ha incorporado perfiles del soberanismo –Miquel Sàmper– y el nacionalismo –Ramon Espadaler– en su gobierno.

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Pero el encuentro de esta semana, que devolvió a Pujol al despacho del presidente de la Generalitat diez años después de la confesión, no ha sido el primero con Illa. Mucho antes el jefe de filas socialista ya se había reunido allí. Fue la pasada legislatura, entonces fuera de los focos, después de ser ministro de Sanidad y cuando ya había tomado las riendas del PSC. En los encuentros siempre ha planeado lo mismo: un intercambio de opiniones sobre la situación del país. Y, como en todas las conversaciones que mantiene Jordi Pujol, están presentes sus obsesiones desde hace años: la lengua y la inmigración.

Oriol Junqueras

Salvador Illa no es el único líder político que dio el paso con Pujol. También lo hizo Oriol Junqueras -y, más tarde, Pere Aragonès-. Estableció contacto después de la presidencia de Quim Torra, cuando el pujolismo se sentía más alejado de los postulados que defendía Junts, sobre todo por lo que representaba la idea, verbalizada por Torra, de que "la autonomía es un obstáculo para la independencia", y por el choque con los Mossos d'Esquadra durante las protestas del 2019. En este contexto, Junqueras, que ahora vuelve a aspirar a presidir ERC, entabló una relación de tú a tú con el expresidente con "diversas conversaciones largas y provechosas" . Ayudó una amistad conectada con el mundo de la extinta CiU y ahora incondicional de Junqueras, Vicenç Pedret, que también tuvo un rol cuando el dirigente republicano se reunió ahora hace poco con el expresidente Carles Puigdemont en Bélgica.