Isla defiende que el traspaso de Cercanías "no tiene marcha atrás" y promete un plan ferroviario para las próximas décadas
El Govern admite que un 24% de los trenes de Cercanías están fuera de servicio y pide "disculpas"

BarcelonaAnte el caos ferroviario en Catalunya, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, pide paciencia y ofrece mano tendida a los grupos para buscar soluciones ante un servicio que, a su juicio admite, "no está funcionando": "Como presidente, reitero las disculpas". Éste es el mensaje que el líder socialista ha lanzado al inicio del pleno monográfico este martes en el Parlament para analizar qué falla con las Cercanías, qué puede hacer el Govern y cuál es el futuro del traspaso pactado con ERC. Un traspaso que, según recalcó el propio presidente, "se está cumpliendo y no tiene marcha atrás". "Estamos en la fase definitiva del traspaso", ha dicho, tras la polémica por el pacto entre el ministerio de Transportes y los sindicatos para que la nueva operadora de Cercanías Catalunya sea una filial de Renfe.
Hace un par de semanas, la oposición acorraló al presidente por la semana negra en la red ferroviaria catalana que acabó con pasajeros caminando por las vías en Bellvitge después de un puñado de jornadas con incidencias diarias. Isla esquivó la comparecencia urgente que le pedían Junts, el PP, Vox y Aliança Catalana, y se comprometió a hacerlo en el pleno monográfico de este martes, a petición de ERC, los comunes y la CUP. Más allá de mejorar la información al usuario, una de las líneas de trabajo del ejecutivo catalán, el presidente también se ha comprometido a no descuidar la planificación del servicio: así, ha prometido que la Generalitat aprobará en 2025 una "estrategia ferroviaria" para Catalunya para las próximas décadas. Incluirá un plan de servicios, de infraestructuras y, en su caso, una reforma de la ley ferroviaria catalana. A la espera de desplegar esta estrategia, el presidente catalán mantiene que en los próximos meses ya se notará una mejora "progresiva" del servicio.
La oposición apunta a Paneque
Pese a los intentos del Govern por calmar a la oposición recordando que hay unas 200 actuaciones de mejora en marcha, los grupos han avisado al ejecutivo socialista de que no se puede limitar a pedir paciencia durante dos años —el horizonte de mejora que ha fijado Territorio— y se necesitan medidas de choque. Sobre todo, para que los usuarios puedan organizarse si hay cancelaciones o retrasos y para que Renfe y Adif se pongan las pilas. Desde Junts, Salvador Vergés ha cargado contra el PSC por no mencionar el bajo nivel de ejecución de las inversiones estatales en la red ferroviaria ni aprovechar que, entre 2018 y 2025, tuvieron en sus manos la presidencia de Renfe: "Renfe con E d'Espanya ens oprimeix i ofega", ha criticat. Des d'Esquerra, la diputada Ester Capella ha considerat inadmissible que el Govern s'escudi en les obres pel mal servei i l'ha urgit a "fiscalitzar" Renfe i Adif.
L'oposició ha situat en la diana la consellera de Territori, Transició Ecològica i Habitatge, Sílvia Paneque: ERC, Junts i la CUP proposaran reprovar-la en aquest ple monogràfic —les votacions seran dijous—. De fet, els juntaires i els anticapitalistes van més enllà i en reclamen el cessament. "Estem en una situació d'emergència", ha dit el diputat de la CUP Dani Cornellà. "I el PSC ens vol fer creure que tot és culpa de la desinversió del PP", ha afegit. Els comuns han demanat a Paneque "nervi" per resoldre la situació, per bé que atribueixen els problemes a la xarxa a haver prioritzat l'AVE per davant de les Rodalies ia la falta de coordinación entre Renfe y Adif: "Las obras están mal planificadas", ha dicho el portavoz de los comunes, David Cid. El PP y Vox han cargado contra el traspaso, mientras que Aliança Catalana ha atribuido al "fracaso del autonomismo" el desaguisado con los trenes.
La mejora pasa por el traspaso
Desde la tribuna del Parlament, Paneque defendió el traspaso de Cercanías como la fórmula para resolver el caos ferroviario y subrayó que la "gestión compartida" ha sido una constante en los acuerdos históricos de Catalunya. El acuerdo por el traspaso permite, a su juicio, que la Generalitat "lidere" la empresa mixta a través del consejo de administración, pese a que la mayoría de sus acciones estarán en manos del Estado: "Este hecho no pierde ni valor ni sentido para garantizar la operatividad en el servicio a partir de un buen acuerdo con los trabajadores". El mensaje iba dirigido a los maquinistas de Renfe que se han opuesto desde el inicio a ese traspaso. Isla se ha pronunciado en esta misma línea, y les ha agradecido también el trabajo en el día a día del servicio.
Más allá del traspaso, Paneque ha asegurado que la Generalitat impulsará una actuación "rotunda" en toda la red ferroviaria: entre otros, con la renovación de catenarias, la mejora de la señalización y la renovación de la flota de convoyes, con un centenar de trenes nuevos que se incorporarán este año. La consellera admitió las "deficiencias estructurales" de la red, pero, ante las peticiones de dimisión, pidió no buscar culpables, sino "soluciones". Una de estas deficiencias son los trenes fuera de servicio: un 24% de los convoyes de Cercanías no circulan y 109 de 264 ascensores y escaleras mecánicas en las estaciones no funcionan, según detalló.
El debate también ha dejado un enganche entre Junts, por un lado, y los comunes y ERC, por otro. Republicanos y comunes han reprochado a Junts la entrada del economista Eduard Gràcia —afín de Junts— a Renfe, como ya hizo el portavoz de ERC en el Parlament, Gabriel Rufián. Salvador Vergés se ha vuelto: "Permítanos que nuestra guerra sea con caballos de Troya", ha dicho, tras acusar a republicanos, socialistas y comunes de querer vender un traspaso "falso" por segunda vez -la primera fue, ha dicho, durante el tripartito- "con la Renfe dentro". Capella ha responsabilizado a CiU y ha dicho que gobernaron a partir de 2010, y Cid ha acusado a Junts de querer esconder el nombramiento de Gràcia y presentarlo ahora como un "almogávar" catalán en un consejo de administración.