¿Rufián presidente de España?
MadridDesde febrero pasado, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) incluye a Gabriel Rufián entre las opciones de respuesta a la pregunta: "De los principales líderes políticos, ¿quién preferiría que fuera el presidente del gobierno español?" Hace medio año el 0,4% de los encuestados elegían al líder de ERC, y en el último estudio, el de octubre, el apoyo subió hasta el 2,7%. Habrá que ver la variación después de su paso por el programa La revuelta de TVE el pasado lunes. Por el momento se trata de una cifra anecdótica, pero seguramente lo más relevante del debate de fondo no es ese porcentaje, sino que un dirigente independentista catalán esté entre las opciones de respuesta.
En cambio, la líder de Junts en Madrid, Míriam Nogueras, no aparece entre los candidatos. Los espectadores de la política española han podido comprobar cómo, en reiteradas ocasiones, Nogueras explicita que no está en el Congreso para cambiar ni mejorar España, sino que su único interés es Catalunya. Por su parte, en ocasiones algunos discursos de Rufián podrían ser indistinguibles de los de otros portavoces de la izquierda española. "Hablar de determinadas cuestiones, si son buenas también para los no catalanes, ¿te hace menos independentista?", se preguntan desde el entorno del portavoz republicano, dejando claro –ante las especulaciones– que no será el próximo candidato de Podemos en unas elecciones españolas. ¿Será el próximo candidato de ERC en el Estado? Tras dos legislaturas, existen dudas.
La propuesta de un frente amplio de izquierdas soberanistas que Rufián soltó hace semanas fue desautorizada desde la dirección de ERC que lidera Oriol Junqueras, su principal valedor. Voces del partido sostienen que es la constatación de que el portavoz en Madrid va por libre y que puede acabar siendo una piedra en el zapato para Junqueras. Hay quien considera que su marca personal hace que sea un perfil insustituible, porque conecta con población castellanohablante no necesariamente independentista, lo que amplía la bolsa de votantes. Otros esperan un cambio, pese al riesgo de que un batacazo evidencie que Rufián es un activo.
En el grupo parlamentario causó mucho malestar que el portavoz votara diferente al resto de diputados de ERC en la votación sobre la ley de movilidad sostenible: en cinco enmiendas de Junts, algunas favorables al traspaso completo de Cercanías oa más autogobierno en la gestión de subvenciones al transporte, Rufián votó en contra. Desde ERC, hay quien defiende que se critique menos Junts i més al PSOE.
El foro que Prisa organizó el lunes y el martes en Barcelona reunió a políticos de primera línea, pero también a antiguas primeras espadas. Uno de ellos era Jordi Cañas, a quien se le vio paseando entre los asistentes y conversando con algún periodista. Otra era Marta Pascal. También Josep Borrell, que vio, sorprendido, cómo un grupo de jóvenes le pedían que se hiciera una foto con ellos.
En los pasillos del Senado el pasado martes sorprendió la presencia de varios diputados del PP catalán en el Congreso: Nacho Martín Blanco, Santi Rodríguez y Agustín Parra se desplazaron a la cámara alta para acudir a la toma de posesión como senador de Juan Milián, designado hace unas semanas por el Parlament de Catalunya. "Juro", dijo para acatar la Constitución.