Silvia Orriols sale al rescate de Vox

La líder de Aliança Catalana ha defendido los postulados de Abascal, con quienes comparte un buen grueso ideológico en materia migratoria e islamófoba

BarcelonaContra posicionamientos de la Iglesia y el jefe de los obispos catalanes sobre inmigración; contra el islam en general, en Cataluña y en Jumella, y contra Open Arms. En las últimas semanas la líder del partido de extrema derecha independentista Aliança Catalana (AC), Sílvia Orriols, ha incrementado el apoyo público a posicionamientos defendidos por Vox y su líder, Santiago Abascal. Defendiendo punto por punto el contenido de alguna declaración polémica o cargando contra alguien que ha criticado a Vox por sus postulados en inmigración, Orriols ha ido por sistema al rescate de Vox cuando nadie la había aludido. ¿A qué responde?

Las coincidencias no son nuevas, incluso en la precampaña catalana emplearon un eslogan idéntico, Salvemos Cataluña, con acusaciones de plagio por parte de Aliança Catalana, y han pactado varias mociones en el Parlament, con relaciones fluidas entre los grupos y coincidencias desde el primer día. Pero últimamente, mientras encuestas como el Barómetro del CEO identifican a un segmento de simpatizantes en la frontera, Orriols ha intensificado sus intervenciones incluso en política española secundando a Vox. Ha sido especialmente significativo este verano, cuando Orriols intervino en el asunto de Jumella para cargar duramente contra el jefe de los obispos catalanes, el arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, que, de hecho, tiene su posicionamiento más catalanista del episcopado. Cuando Planellas riñó a Vox por la prohibición de actos islámicos en Jumella, avisando de que "un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano", Orriols defendió Abascal: "¿El arzobispo de Tarragona ya se ha pronunciado sobre las matanzas de cristianos en manos del islamismo en el continente africano?", dijo, preguntándose "si para ser buen cristiano ahora tendrás que ser pro isla.

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Incluso citó "casos internos de pederastia" en el clero –como también había hecho Abascal ante el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Española–, y arremetió contra la "colaboración con regímenes dictatoriales" y el "rechazo inadmisible a la comunidad homosexual". La última mano a Vox se produjo cuando Abascal defendió "hundir" el barco de Open Arms que rescata a migrantes en alta mar y Orriols lo defendió, respondiendo a Camps ante las acusaciones de "fascismo" en la extrema derecha españolista –Sumar, Podemos, CCOO y UGT han denunciado las declaraciones de Abascal a la Fiscalía–. "Enriquecerse con el comercio y tráfico de humanos es un delito", dijo. Múltiples ciudadanos le recriminaron el amparo a Abascal "sin que nadie se lo pida", pero Orriols alegó que defiende "los intereses de Catalunya". Hace un año ya había habido alguna mano a la inversa: el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, cerró filas con Orriols cuando se anunció una sanción de la conselleria de Igualdad contra la alcaldesa de Ripoll por haber aseverado que "el islam es incompatible con los valores occidentales". Ambos priorizan la lucha contra la inmigración y el islam, y es donde coinciden.

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"La inmigración y la batalla contra el islam son temas que Orriols ve que lideramos, y va a rebufo de la agenda nacional que marcamos", sostienen en el ARA fuentes de Vox consultadas. No ven que lo haga sobre todo por "arañar votos" a su partido, sino porque "es un tema esencial para su electorado". Esta similitud en las preocupaciones migratorias puede abrir un escenario: ven que "puede pasar el voto dual entre elecciones de distintos niveles", como había ocurrido entre CiU y el PP, algo que se toman en serio y que combatirán para evitar fugas en algunos comicios locales o en el Parlament, aunque también pueden recibir votos en la escala estatal. Hay algunos segmentos de simpatía mutua: según datos del Barómetro del CEO de julio, un 51% de los simpatizantes de Vox aprueban a Orriols, mientras que un 17% de los de Aliança Catalana puntúan a Garriga con al menos un cinco. Alianza no ha respondido a este diario. Sin embargo, en campaña electoral Orriols ya habló de la posibilidad de sacar votos de Vox, aunque su foco ha sido en Junts, y es de este partido de donde procedían más de la mitad de sus votos el 12-M, según un modelo estadístico empleado por el ARA.

Vía de expansión

El profesor de ciencias políticas de la UOC Ivan Serrano Balaguer sostiene que Orriols actúa por "la vía en la que se puede expandir" en la extrema derecha, y que "puede obedecer a una estrategia consciente y explícita", además de querer "que se hable de ello". Y avisa de que ahora la extrema derecha está en dos partidos divididos por la identificación nacional, pero que "en Plataforma per Catalunya (PxC) supieron encontrar a una parte de votante catalanista y de españolista". La clave de vuelta es que entre los votantes de ambos partidos "hay mucha coincidencia ideológica, aunque no territorial", pero "en la parte del electorado que tiene el concepto territorial más laxo la estrategia puede tener recorrido" en varios niveles de elecciones. Es decir, el voto dual o diferenciado con un votante que varía la papeleta en función de la contienda.

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Coincide el director del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales, Oriol Bartomeus, quien afirma que ambos partidos y sus votantes "es normal que se encuentren" y que "podría haber voto diferenciado" de "gente que entienda que Vox es para las elecciones generales y Aliança Catalana" para las auton. Algo que, de hecho, "ya existe en un pequeño porcentaje" que ha detectado demoscópicamente de votantes de Vox que se decantaron por Aliança Catalana en las autonómicas, aunque la gran mayoría vienen de Junts. Pese a las dimensiones distintas, "existía triangulación entre PxC en las municipales, CiU en las autonómicas y el PP en las generales" o, más extendido, entre Convergència y el PP. Más que por congraciarse con Abascal –que una parte sustancial de los votantes no entendería–, Bartomeus afirma que Orriols quiere que inmigración e islam "centren el debate" y que "los temas y el lenguaje" de ambos partidos de derecha radical se asemejan, como los votantes, "en todo menos en el sentimiento de pertenencia". "Si la independencia es el tema de la agenda, no hay trasvase, pero si lo es la inmigración se abre una autopista entre los partidos", lo que depende del contexto electoral.

Los datos que evidencian la proximidad

Los datos del Barómetro del CEO de julio son reveladores: un 10% de los simpatizantes de Vox se inclinan por Orriols como opción preferida como presidenta de la Generalitat, por encima del 4% de la población general y el dato significativo que el 51% de sus acólitos aprueban la líder de Aliança Catalana. En cambio, por ahora no es demasiado recíproco a la inversa y un 6% de los simpatizantes de Aliança Catalana querrían Abascal de presidente y un 17% de los simpatizantes de Aliança Catalana aprueban Garriga. Ahora bien, la segunda opción como partido de los fieles de Aliança Catalana es Junts (32%), mientras que para los de Vox es el PP (35%). Un 15% de los votantes de Aliança Catalana tienen como segunda opción a Vox, mientras que un 7% de los de Vox tienen Aliança Catalana en mente. Y en trasvase estricto, un 5% de los votantes de Vox el 12-M pasarían a Aliança Catalana en unas elecciones catalanas –y un 7% del PP también irían a Orriols, sumados a un 8% de Junts y un 4% de ERC–, mientras que del partido de Abascal en Aliança Catalana no habría cambio, según esta en Los votantes de ambos partidos ponen la inmigración como problema principal.