De una a tres mesas de diálogo entre PSOE, ERC y Junts
Isla sigue pidiendo una mesa de partidos en Catalunya, un compromiso de la legislatura anterior
BarcelonaDesde el inicio de la legislatura en Catalunya, ERC ha defendido con uñas y dientes la mesa de diálogo entre la Generalitat y el gobierno español ante las críticas de Junts y la CUP. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, lo exhibe como el espacio donde ha conseguido sentar el estado español y que éste reconozca el conflicto político en Catalunya. Ahora, después de un período de hibernación, la mesa de diálogo revive gracias al pacto de investidura con Pedro Sánchez, pero también se triplica: ERC y el PSOE no sólo se verán las caras en la negociación entre gobiernos, sino también en un espacio nuevo como la que tendrá Junts amb els socialistes.
La mesa entre republicanos y socialistas acompañará la negociación y verificará sus acuerdos. Esquerra ha logrado escurrir una figura con paralelismos con el relator que en el 2019 abrió una crisis en el PSOE. Según el acuerdo hecho público este jueves, el mediador entre socialistas y republicanos deberá ser una persona "de prestigio", designada de mutuo acuerdo. En este nuevo ecosistema, los republicanos se afanarán por defender ante el PSOE la medida estrella de Aragonès: un referéndum de independencia pactado basado en un acuerdo de claridad.
En cuanto a la mesa de diálogo entre ejecutivos, sigue a grandes rasgos las líneas maestras de la acordada la anterior legislatura. Se abordará como "los acuerdos a los que se puede llegar sobre el marco político de Catalunya puedan ser refrendados por el pueblo catalán" en reuniones periódicas entre miembros designados por cada gobierno. El acuerdo matiza que se abrirá la carpeta del conflicto político una vez "consolidada la desjudicialización" con la amnistía.
A estas dos nuevas tablas, se añadirá otra si Junts supera los escollos con el PSOE por la ley de la amnistía y, finalmente, sella un pacto. Desde el primer minuto, Carles Puigdemont ha exigido que los acuerdos con el PSOE se sometan a un mecanismo de verificación. Según diversas fuentes, el acuerdo pasaría por una figura de un mediador internacional, además de un equipo de seguimiento de los acuerdos que no sería público, informa Núria Orriols. El perfil del mediador de Junts y el de ERC puede ser otro foco de rivalidad entre los dos partidos independentistas.
Una mesa heredada de Torra
La mesa de diálogo entre los gobiernos catalán y español que ERC ha luchado por mantener es heredada: quien la puso en marcha fueron el expresidente Quim Torra con el visto bueno de Sánchez en el 2020, fruto de una reunión previa en el Palau de Pedralbes. Aquella reunión, rodeada de todos los protocolos, dejó una anécdota que ilustra bien los equilibrios del gobierno español para contentar a la Generalitat y, al mismo tiempo, tranquilizar a quienes recelaban de un posible trato de favor en Catalunya. El Gobierno había colocado en la sala del encuentro una ponsetia amarilla, color insignia del independentismo; la Moncloa añadió una ponsetia roja, reconvirtiendo la estampa en los colores de la bandera de España.
Bajo la batuta de Aragonès, la mesa de diálogo llegó a compromisos sobre el catalán y la desjudicialización con desigual cumplimiento el verano de 2022. La derogación del delito de sedición y la rebaja de la malversación han sido uno de los logros más reivindicados de los republicanos, que los presentaban entonces como un sucedáneo de una amnistía que la aritmética parlamentaria todavía no les había dado ocasión de arrancar, y el siguiente paso después de los indultos negociados en el 2021. Aquella reunión llegó en pleno deshielo entre la Generalitat y el gobierno español por el escándalo del espionaje del Catalangate. El calendario pactado incluía un encuentro a finales del 2022 que nunca llegó porque el PSOE ya daba la mesa por amortizada.
El diálogo entre catalanes que pide Isla: ¿una cuarta mesa?
Los pactos hechos públicos este jueves dejan una gran olvidada: la mesa de partidos catalanes que pide el PSC, convocada durante el mandato de Torra y que formaba parte del acuerdo con ERC en la investidura anterior de Sánchez. Salvador Illa la reivindica por activa y por pasiva, aunque no la exigió para firmar el acuerdo de presupuestos con Pere Aragonès. Con todo, este jueves defendió que el compromiso por reactivarla sigue "vigente".
Sea como fuere, los partidos catalanes pronto se encontrarán por delante la mesa que convocará Aragonès tras la investidura para abordar el acuerdo de claridad y la propuesta de un referendo. Habrá que ver si la oposición responde a la llamada.