El 80% de los militantes ya han votado en la jornada decisiva de ERC: ¿Junqueras o Godàs?
La represión tensa el último cara a cara entre ambos candidatos a la presidencia del partido
Esquerra cerrará, este sábado sí, el proceso de primarias más largo y tortuoso que ha vivido el partido. La militancia elige durante todo el día –de las 9 ha las 20 h de forma telemática y también en los puntos presenciales habilitados por el partido– el próximo presidente de la formación, Oriol Junqueras o Xavier Godàs, en la segunda vuelta del congreso del 30 de noviembre. De los 8.032 militantes llamados a votar, a las siete de la tarde ya habían votado el 80,04% (6.429 afiliados), una cifra superior a la alcanzada hace quince días a las cuatro de la tarde (78,8%) . La división interna y la tensión han marcado a las primarias republicanas y la prueba más clara es, precisamente, haber llegado a una segunda votación porque Junqueras, el favorito, ganó la votación del 30 de noviembre, pero no superó el 50% de los votos . Sus rivales tampoco, pero la imagen que quedó es la de una Izquierda partida entre los partidarios de que Junqueras continúe pilotando el partido y los que quieren un cambio. Este sábado, la militancia tomará la decisión final. ¿Qué ha cambiado respecto al 30 de noviembre?
De entrada, que una de las candidaturas que se había presentado, Foc Nou, ha quedado fuera ahora –sólo pasan en la segunda vuelta las dos listas más votadas–. En los últimos días, sin embargo, la candidatura de Helena Solà y Alfred Bosch ha tenido los focos sobre ellos después de que tanto Junqueras como Godàs hayan intentado seducir a sus 824 votantes que confiaron en Foc Nou en la primera vuelta. El veredicto final ha sido que los de Solà no se han integrado en ninguna de las dos candidaturas ni tampoco han pedido el apoyo público por ninguno de los dos aspirantes a presidir ERC. Ahora bien, sí han puesto mejor nota en Nueva Izquierda Nacional porque consideran que aceptó cuatro de las cinco condiciones que pusieron sobre la mesa. Sin embargo, las principales caras de la candidatura se han ido posicionando en las últimas horas: Helena Solà votará en blanco; Alfred Bosch y Gabriel Fernández no lo han revelado; mientras que Jordi Orobitg se decantará por Nueva Izquierda Nacional, y Anna Piñol se limitó a decir que votará "por el cambio".
Precisamente, esta semana Bosch ha vuelto a ser protagonista a raíz del caso de acoso sexual y laboral que encubrió cuando era consejero, destapado por el ARA. El entonces titular de Exteriores ha asegurado esta semana que Junqueras le pidió que no abriera el protocolo de acoso sexual en la conselleria después de que lo publicara el ACN. a este diario cuando publicó el caso y también de lo que desgranó en el Parlament cuando fue citado para que diera explicaciones. El entorno de Junqueras negó las palabras de Bosch y todo volvió a desencadenar una nueva batalla entre candidaturas. Godàs reclamó explicaciones a Junqueras y el expresidente republicano tildó las acusaciones de "mentiras, calumnias y difamaciones".
La tensión ha crecido aún más en el último cara a cara que han mantenido este viernes Junqueras y Godàs. los dos debates del jueves costó que afloraran las diferencias entre uno y otro, en el de esta mañana en TV3 se han hecho visibles nada más empezar. La gestión del 2017 y la posterior represión han centrado el principal encontronazo entre los dos candidatos a presidir ERC. Cuando Godàs ha reprochado a Junqueras que después de 2017 el independentismo no tuviera "nada preparado a partir de 2017" para materializar el 1-O, el expresidente republicano le ha replicado que la Hacienda catalana, que dependía de su conselleria, estaba a punto: "Es una falta de respeto para la audiencia decir que nada había preparado". Ahora bien, en las intervenciones telefónicas de la Guardia Civil pocas semanas antes del 1-O se captó una conversación entre el entonces secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, y un asesor de Junqueras comentando que la independencia "era del todo inviable" porque todavía faltaban "muchas cosas necesarias".
Junqueras ha recordado que él pasó casi cuatro años en prisión por la organización del referéndum y ha acusado a Godàs de no hablar con "respeto" al respecto y de utilizar un "tono condescendiente". Un extremo que el candidato de Nueva Izquierda Nacional ha negado. "Máximo reconocimiento", le ha contestado Godàs, que ha defendido trabajar para aplicar de forma completa la ley de amnistía y que ERC "blinde a todo el que ha sido represaliado". Ahora bien, Godàs también ha apostado por superar el ciclo del 2017 para hacer reflotar a ERC: "La represión no puede ser siempre la excusa introducida emocionalmente para no evolucionar como partido". "No es una excusa, es una evidencia", le replicó Junqueras, que pidió recuperar "el espíritu" del 1-O y el 3-O para hacer crecer la formación. Poco rato después, la exconsejera Dolors Bassa, que también estuvo en prisión, ha salido en defensa de Godàs: "Ahora no toca ni compasión, ni victimismo, ni buenismo personal autorreferenciado".
La directora del 112
Que el tono del debate de esta mañana ha sido distinto a los dos del jueves se ha constatado también cuando los candidatos se han enganchado con el cumplimiento de los pactos con los socialistas. Junqueras ha introducido una crítica nueva a Godàs: ha acusado a su candidatura de no haber censurado el nombramiento de Josep Lluís Trapero como director general de los Mossos d'Esquadra. Godàs se ha vuelto poniendo sobre la mesa los altos cargos de ERC que todavía quedan en el gobierno de Salvador Illa pese a la instrucción del partido que se pusieran en pleno y ha puesto el foco en uno en particular: la directora del 112, Irene Fornós. "Ante la problemática del 112 y ante la posición que ha adoptado el grupo parlamentario de ERC, ¿cómo gestionará que su directora sea militante de ERC y le apoye usted?"
Antes de la votación definitiva, tanto Junqueras como Godàs han hecho sus últimas propuestas. El candidato de Militancia Decidim ha defendido crear una comisión de seguimiento para evaluar cada seis meses el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez y el de Salvador Illa. Godàs, por su parte, ha prometido que si llega a la presidencia su mandato será de máximo ocho años.