Violencia sexual

Las dos monitoras de Vallirana suman ocho denuncias por agresión sexual

Representan el 25% de los niños de I3 que se quedan a comer en la escuela L'Olivera

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La Escuela L'Olivera de Vallirana en una imagen de archivo.

BarcelonaAl menos ocho familias de la escuela L'Olivera de Vallirana (Baix Llobregat) han denunciado dos monitoras de comedor por presuntamente haber agredido sexualmente de sus hijos, según varias fuentes consultadas por el ARA. El primer caso, que salió a relucir el pasado lunes, marcó el inicio de un goteo de denuncias que, según fuentes cercanas a las familias, aún no ha terminado. El pasado viernes, según fuentes policiales, ya habían denunciado siete familias y en las últimas horas lo ha hecho otra. Los Mossos d'Esquadra investigan las supuestas agresiones desde la pasada semana. Cada día ha crecido el número de denuncias presentadas, pero las fuentes policiales consultadas mantienen que, de momento, no hay indicios suficientes que prueben la existencia de estas agresiones y, por eso, todavía no se han planteado detener a las monitoras.

Los Mossos investigan a una de las monitoras como presunta autora material de las agresiones y la otra por encubrirla. El relato de la gran mayoría de las denuncias es el mismo: a la hora de la siesta, justo después de comer, una de las trabajadoras practicaba tocamientos con acceso carnal a niñas y niños. A esa hora, según fuentes de las familias, hay un grupo de unos 30 niños de I3 haciendo la siesta, y las denuncias actuales representarían al 25% de estos alumnos. La primera madre que denunció explica en declaraciones al ARA que hace una semana detectó que su hija tenía "una especie de pasta blanca en las partes íntimas". Al preguntarle varias veces qué era, la niña, de sólo tres años, respondió que era la monitora quien se lo ponía y que cuando lo hacía "le dolía mucho". Esto, añadió, ocurría cuando jugaban "a los doctores" con la monitora y otra niña.

La segunda criatura es la hija de la segunda familia que denunció. Cuando la madre le preguntó por eso, la niña describió una situación similar. Ambas familias acudieron al hospital Sant Joan de Déu para hacerse un examen médico, tal y como ha hecho la mayoría de familias afectadas. Fuentes policiales apuntan que en ninguno de los informes médicos en mano puede concluirse que hubo agresiones, aunque hay que tener en cuenta que la exploración se hizo días después de los supuestos hechos. En la denuncia, la mayoría de madres han adjuntado vídeos de sus hijos explicando estas situaciones. Muchas de ellas, tras su primera denuncia, explican que recordaron que su hijo había llegado algún día a casa con las partes íntimas irritadas.

Dos juegos

Las denunciantes ponen sobre todo el foco en dos juegos: el de los doctores (donde según el relato de las denuncias los tocamientos se producían con la excusa de una revisión médica) y el del tobogán. El testimonio de una madre lo describe: "Hace tres semanas mi hijo se puso a cuatro patas sobre el sofá y me dijo que le hiciera cosquillas. Decía que se llamaba el tobogán y lo hacían en la escuela". Otra madre explica que a principio de curso llevó a su hijo al CAP porque "no quería orinar ni ir a la escuela" y le detectó inflamaciones. Entonces, pensó que era la adaptación a una nueva escuela, pero ahora duda de si podía ser consecuencia de estas supuestas prácticas.

La tarea policial se centra ahora en recoger pruebas que sujeten el relato de las denunciantes. Por el momento, después de escuchar las declaraciones de varias personas del entorno escolar no se han podido sacar conclusiones relevantes. También se han llevado a analizar algunos objetos de la escuela. Al mismo tiempo, las monitoras todavía no han declarado, aunque la policía sabe que internamente niegan los hechos. Ambas, que estaban contratadas por Fundesplai, han sido apartadas del servicio y de la escuela.

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