Barcelona anuncia un asedio a los clubes cannábicos
El Ayuntamiento se ampara en el TSJC para introducir límites
BarcelonaSin hacer mucho ruido, el Ayuntamiento de Barcelona envió un comunicado a finales de julio en que avisaba que “las asociaciones cannábicas tendrán que adaptarse a una nueva situación legal”. El consistorio hacía pública la advertencia después de que fuera firme una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) que tumbaba la normativa urbanística municipal para ordenar los clubes cannábicos. El TSJC argumentó que el Ayuntamiento no es competente para regularlos, “ni siquiera desde la vertiente urbanística”, porque considera que son espacios “susceptibles de comisión de delitos”. Alega que es competencia exclusiva del Estado.
El gobierno de Ada Colau se ampara en esta sentencia para supervisar ahora las asociaciones cannábicas. El consistorio dijo que anunciaría a los clubes los cambios antes de hacer las inspecciones para controlarlos y la carta ya ha llegado. En ella se puede leer, según ha podido saber el ARA, que la actividad “se tiene que limitar a proporcionar información, elaborar o difundir estudios, hacer propuestas, expresar de cualquiera forma opiniones sobre la materia y promover reuniones o seminarios”. El escrito añade que “en ningún caso esta habilitación permite la promoción del consumo del cannabis, su cultivo o su distribución”, incluida la venta. Fuentes municipales dicen que las cerca de 200 licencias vigentes en la ciudad “pasan a ser de clubes sociales privados”, lo que también impide, por ejemplo, exponer productos de cannabis.
El Ayuntamiento avanza que el área de Seguridad, que lidera el teniente de alcalde Albert Batlle, empezará la campaña de las inspecciones en “los clubes cannábicos que más impacto negativo generan, enfocados al turismo y a la venta masiva”, pero “más adelante” también “se abordarán los grupos comunitarios y de autoconsumo”.
Dudas sobre los controles
La situación ha causado incertidumbre. El portavoz de la Federación de Asociaciones de Cannabis de Catalunya (CatFac), Eric Asensio, recuerda que la sentencia anula una normativa urbanística “que no entraba en el consumo ni la dispensación”. Por eso considera que “se sobrepasa” a la hora de poner el foco en los clubes. A pesar de todo, Asensio confía que el modelo que CatFac defiende, “el de la no promoción”, en que solo los asociados pueden consumir cannabis siempre dentro de los locales, no se vea afectado por las inspecciones de la Guardia Urbana de Barcelona.
“Estamos retrocediendo y se juega con una ambigüedad que no favorece a nadie”, alerta Asensio, que cree que esta nueva falta de reconocimiento de los clubes todavía los deja más “desprotegidos y desamparados” en el debate legal. Recuerda que las asociaciones cannábicas de muchos municipios “funcionan sin ninguna licencia específica”, motivo por el que pide al Estado una regulación. A pesar de que el gobierno de Barcelona está formado por los mismos socios que el ejecutivo español, el consistorio también hace la misma petición. El Parlament de Catalunya ya aprobó una ley para regular los clubes que más tarde el Tribunal Constitucional tumbó.