Barcelona permitirá finalmente la circulación de vehículos privados en toda la ronda de Sant Antoni

BarcelonaEl inicio de las obras de la ronda de Sant Antoni a principios de año parecía enterrar definitivamente el debate en torno a esta vía, una de las más discutidas de la ciudad. Nada más lejos de la realidad. Este jueves por la tarde se celebró la primera reunión de seguimiento de obras y las noticias que el Ayuntamiento trasladó a los vecinos volvieron a encender las alarmas de los partidarios de la pacificación. ¿El motivo? Consideran que los "ajustes" planteados por el consistorio abren la puerta al paso de más coches de los previstos.

En concreto, los cambios que el Ayuntamiento explicó en la reunión implican que el segundo tramo de la ronda de Sant Antoni -el que va entre Casanova y Villarroel- dejará de ser 100% libre de tráfico como se había previsto . Ahora el consistorio –atendiendo a la reivindicación de una parte de los ciudadanos– plantea que los vecinos sí puedan acceder en coche desde la calle Floridablanca. Para garantizar "la convivencia" entre vehículos y peatones, el Ayuntamiento cambiará de sitio también algunos parterres de forma que se puedan definir claramente "unas zonas de estancia".

En cuanto al primer tramo, el que va de Villarroel a Urgell, también se comunicaron modificaciones. El material de la calzada por el que deben circular los autobuses que bajan de Villarroel no será piedra, como se había dicho inicialmente, sino que pasará a ser asfalto. El Ayuntamiento lo justifica por "una mejor conservación y mantenimiento". Aparte de los autobuses, también podrán circular los vehículos que tengan que hacer carga y descarga en la zona, así como aquellos vehículos privados que lo deseen. Este extremo también sorprendió a los vecinos, aunque fuentes municipales remarcan que ya era así en el proyecto aprobado y consideran que, al ser un único carril, la circulación será "muy lenta" y, por tanto, no será atractiva para el vehículo privado. Además, se cambiará la posición del carril de servicio, que finalmente estará en la acera de Ciutat Vella.

Desde la Plataforma pro Pacificación de la Ronda Sant Antoni –que agrupa a unos sesenta entidades–, Xavier Caballé denuncia que todo ello supone poner en cuestión la pacificación de la ronda de Sant Antoni tal y como se había diseñado. Afirma sentirse "estafado" porque considera que se ha modificado el proyecto por la puerta trasera pese a los procesos participativos realizados hasta ahora. Considera que, pese a la pacificación, la posibilidad de que los coches de los vecinos circulen en ella hará que todo tipo de vehículos sigan pasando por esta calle.

Caballé critica, además, que después de haber tardado seis meses en convocar la primera reunión de seguimiento de las obras, los vecinos se encontraron con un cambio ya decidido sobre el proyecto anunciado: "Aquello no era una comisión de seguimiento, era una comisión de información". El Ayuntamiento niega que los retoques planteados supongan modificación alguna sobre el proyecto acordado y subraya que se trata de "ajustes de obra ligados a la funcionalidad ya los usos posteriores".

Un proyecto muy discutido

Desde el principio, el proyecto de remodelación de la ronda de Sant Antoni ha dividido a los vecinos entre los partidarios de una pacificación total y los que querían reabrir el tráfico en ambos sentidos. Con el cambio anunciado este jueves, el gobierno de Jaume Collboni habrá enemistado finalmente con ambos. Tras prometer en campaña que en sus primeros cien días como alcalde revertiría la propuesta de reforma del gobierno anterior –que mantenía uno de los dos tramos 100% libre de tráfico y otro exclusivo para un carril bus–, el PSC va retroceder en julio –una vez ya gobernaba– e hizo suyo el proyecto de Ada Colau por "responsabilidad" y por no retrasar más la reforma. Ahora, cuando las obras ya están en marcha, anuncia un tercer cambio que permitirá que pasen más coches por ambos tramos.

Los cambios impulsados ​​por el Ayuntamiento llegan después de que la comisión de gobierno hubiera rechazado la petición del PP y un particular que pedían la suspensión de las obras y la nulidad del proyecto.