Barcelona

Barcelona prohíbe abrir más tiendas de cannabis, uñas y carcasas de móvil en Ciutat Vella

El Ayuntamiento tampoco dará licencias para poner nuevos establecimientos de ningún tipo en la Rambla durante dos años

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Una tienda de productos cannábicos en Ciutat Vella

BarcelonaBarcelona dice lo suficiente a la proliferación de tiendas de cannabis, de manicura y de carcasas de móvil en el distrito de Ciutat Vella. El Ayuntamiento ha suspendido desde este viernes la concesión de licencias en el distrito de Ciutat Vella para la apertura de nuevas tiendas cannábicas, de accesorios para móviles y de pedicura y manicura. También ha suspendido la concesión de cualquier nueva licencia de comercio en la Rambla para poder impulsar, de la mano de las obras que se están realizando, una reforma en profundidad del comercio en este paseo.

"Estas tiendas deterioran el barrio, muchos vecinos estamos en contra", asegura Arantzazu Caballero, que lleva más de 30 años viviendo en Ciutat Vella y ha visto como a lo largo del tiempo los comercios de proximidad desaparecían para convertirse en tiendas de cannabis, de manicura y de carcasas de móvil. Caminando por la calle Carme, por ejemplo, se pueden encontrar más de diez establecimientos seguidos de este tipo.

En rueda de prensa, la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, y el concejal de Ciutat Vella, Albert Batlle, han defendido la necesidad de actuar ante un tipo de comercios que "están proliferando de forma desorbitada y que empobrecen el comercio de proximidad". La medida supone una especie de tregua para evitar que se cuele un alud de nuevas licencias de este tipo mientras se trabaja para restringirlas definitivamente, ya que desde hoy ya se trabaja en la redacción de un nuevo plan especial urbanístico ordenación de las actividades de pública concurrencia, comercios alimentarios, servicios turísticos y otras actividades para Ciutat Vella y la Rambla.

Para llevar a cabo esta prohibición, el Ayuntamiento ha tenido que crear tres nuevas clasificaciones específicas en la ordenanza municipal, ya que hasta ahora este tipo de comercios se amparaban bajo los epígrafes genéricos de floristería, herboristería, parafarmacia y cigarrillos electrónicas; perfumerías, tiendas de telefonía móvil y accesorios, y peluquería y otros tratamientos de belleza. Ahora, según consta en el acuerdo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB) y la Gaceta Municipal, se crean las categorías de productos para el cultivo de cannabis y productos relacionados; comercio al por menor de carcasas, fundas y complementos de teléfonos móviles, y salón de manicura o pedicura.

Bonet y Batlle han puesto cifras a la proliferación de establecimientos de este tipo en Ciutat Vella. En los últimos cuatro años se han dado en este distrito otras 147 licencias de móviles, 115 licencias de peluquerías –la inmensa mayoría, establecimientos dedicados en exclusiva a las uñas– y 120 licencias de floristerías, cuya práctica totalidad son realmente tiendas relacionadas con el cannabis. Para hacerse una idea de cómo ha sido este crecimiento exponencial, basta ver que hasta el año 2020 sólo había 36 licencias de floristería en Ciutat Vella.

Los tenderos del barrio son favorables ante esta nueva medida. Carolina Pallés, florista de la Rambla, ha expresado que la decisión "no sólo beneficiará a Ciutat Vella, sino a toda la ciudad". Otros comerciantes, como Jaume Doncos, propietario de Casa Beethoven, consideran que "la medida es positiva, pero llega tarde". Doncos ha destacado que para revertir la situación del distrito "deberían realizarse medidas muy potentes que no están al alcance de los políticos". Además, cree que "el gobierno municipal sólo pretende quedar bien ante la ciudadanía" porque, argumenta, "en la Rambla ya no quedan locales libres; por tanto, nada cambiará".

El turismo es uno de los señalados por parte de los tenderos como responsable de la situación: "Este tipo de negocios atraen mucho a los turistas, pero sacan toda la personalidad a la ciudad". La falta de red vecinal también es uno de los aspectos que destacan, ya que consideran que "como no hay vecinos, los comercios se ponen pensando en los turistas y las tiendas más pequeñas tenemos poco que hacer", explicaron los vendedores.

Con todo, el objetivo de la restricción es proteger el comercio de proximidad y diversificar la actividad económica del distrito de Ciutat Vella para evitar el monocultivo de tiendas dirigidas al turismo y que, apuntan, "ponen en riesgo la singularidad del comercio local de proximidad y, por tanto, la actividad económica propia de Barcelona". "La idea es recuperar la ciudad para los barceloneses", ha añadido más tarde el alcalde, Jaume Collboni, en una entrevista en Cadena SER.

La suspensión de licencias hace que no se puedan abrir nuevos comercios de este tipo en Ciutat Vella durante, como mínimo, en los próximos dos años, pero no fuerza el cierre de ninguno de estos comercios. Ahora bien, si algún comercio de este tipo cierra en los próximos meses, sí que no se podrá abrir de nuevo uno con las mismas características.

La medida ha sido valorada favorablemente por las formaciones políticas del consistorio. Ahora bien, la líder de ERC en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, ha reivindicado que era "una exigencia de ERC durante este mandato". "Estamos satisfechos porque ERC Barcelona vuelve a marcar hoy el camino del futuro de nuestra ciudad", ha manifestado. Damià Calvet, concejal de Junts adscrito a Ciutat Vella, ha insistido en que desde Trias por Barcelona quieren "trabajar para llevar al gobierno hacia una regulación de los usos" del distrito que lleven "más vida a los barrios", así como "más cohesión social y mejor convivencia". "Es lo que nos piden los vecinos y las vecinas", ha dicho. A su vez, Daniel Sirera, concejal del Partido Popular, ha defendido que se cierren los clubs cannábicos porque "son lugares donde se naturaliza el consumo de drogas", pero ha criticado que la medida se queda "corta": "Insistiremos para que el plan de usos de Ciutat Vella se modifique y estas tiendas cierren definitivamente", sentenció.

Suspensión de licencias en la Rambla

El anuncio de este viernes también incluye la suspensión durante dos años de todas las nuevas aperturas comerciales en la Rambla, que afronta ahora mismo las obras por la reforma integral del paseo antes de que acabe el 2027. La Rambla cuenta con un plan de usos específico que ya regula el tipo de establecimiento que se puede abrir, pero no ha logrado por ahora impedir la proliferación de tiendas cannábicas o de souvenirs.

De ahí que la suspensión anunciada este viernes frene cualquier apertura mientras se analiza cómo se puede "proteger la calidad y la diversificación de la oferta comercial" y se "persigue el objetivo de modular la actividad económica" en la Rambla. Bonet ha explicado que ahora que se está afrontando la renovación de "la piel" de la Rambla, faltaba hacer la reflexión sobre qué tipo de actividades quiere la ciudad que haya en este paseo. Todo ello, ha dicho, en el marco de una estrategia para conseguir "recuperar la Rambla para los barceloneses".

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