Política municipal

Colau anuncia que el Ayuntamiento de Barcelona suspende relaciones con Israel

La alcaldesa dice que esto incluye la suspensión del hermanamiento con Tel-Aviv firmado en 1998

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BarcelonaVeinticinco años después de firmar su acuerdo de hermanamiento con la ciudad israelí de Tel-Aviv, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido que es momento de pararlo. La alcaldesa Ada Colau ha anunciado esta decisión, así como la suspensión temporal de todas las relaciones entre la ciudad y el estado de Israel. Ya ha mandado una carta al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que le comunica la medida como repulsa a la política de "persecución" y "apartheid" hacia el pueblo palestino. Unas horas después ha llegado la respuesta del ministerio de Exteriores de Israel: el portavoz del departamento, Lior Haiat, ha afirmado que la decisión de Colau "es un refuerzo para extremistas, grupos terroristas y antisemitas".

La medida, temporal según ha recalcado la alcaldesa, recoge el guante de la iniciativa ciudadana que hace meses que se moviliza para pedir que se deje sin efecto el acuerdo de amistad y cooperación que el alcalde Joan Clos firmó, en 1998, con Tel-Aviv y Gaza. Se selló en el marco de los Acuerdos de Oslo, el proceso de paz que había arrancado unos años antes. Y el movimiento ciudadano que ha reunido a 108 entidades y ha contado con el aval del síndico de Barcelona, David Bondia, considera que el contexto actual ya no es el de entonces, cuando se produjo el apretón de manos entre Isaac Rabin y Yasser Arafat, y que se ha hecho evidente que el proceso de paz no funcionó. Por eso, reclaman en el Ayuntamiento que se revoque aquel entendimiento y que rompa las relaciones institucionales con el estado de Israel. La demanda no pasará, finalmente, por el pleno, que era lo que preveían estas entidades, sino que es la misma alcaldesa la que opta por suspender aquel acuerdo.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y la teniente de alcaldía de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, Laura Pérez, reunidas con representantes de la iniciativa ciudadana de apoyo al pueblo palestino “Barcelona con el Apartheid NO, Barcelona con los Derechos Humanos"

"Es una medida contra la política de un gobierno, no contra una comunidad, un pueblo o una religión", ha insistido Colau en una comparecencia con la teniente de alcaldía de Justicia Global, Laura Pérez, y las entidades promotoras de la iniciativa, que habían recogido las 3.750 firmas necesarias para hacer que este tema se tratara como un punto más de la orden del día en el plenario de febrero. Un paso que ya no hará falta. No habrá más debate. Si Clos decidió como alcalde firmarlo sin que el tema fuera a pleno, Colau optará por suspenderlo, como le recomendó que hiciera el síndico de la ciudad. Y como ya le han criticado con dureza sus socios de gobierno, el PSC, que no han tardado en dejar claro que están totalmente en contra y que llevarán al pleno una iniciativa para pedir restablecer las relaciones que ahora se rompen.

Según la teniente de alcaldía Laia Bonet (PSC) lo que ha hecho Colau es un "error gravísimo" y acusa a la alcaldesa de haber actuado "unilateralmente" después de tener la "certeza" de que la propuesta para romper el hermanamiento habría quedado rechazada en el pleno. Solo tenía garantizados, de hecho, los votos de los comuns. El resto de fuerzas o habían dejado claro que estaban en contra o todavía no se habían pronunciado. "Como Capital de la Mediterránea nos sentamos a hablar con todas las ciudades y de la Unión por la Mediterránea forman parte tanto Israel como Palestina", ha considerado Bonet. El candidato de Junts, Xavier Trias, también ha criticado duramente la decisión: "Es un grave error", ha sentenciado, y ha abogado por una Barcelona que trabaje "sin sectarismo" y "apostando por el diálogo y el entendimiento".

Un acuerdo “caduco”

Lo que las entidades que promueven la iniciativa Barcelona con el apartheid no pedían al gobierno municipal es que refuerce la cooperación con las organizaciones palestinas e internacionales, incluidas las israelíes, que trabajan por poner fin a la violación de derechos humanos a la población palestina, y que ponga en marcha los trámites para suspender las relaciones institucionales con el Estado de Israel. El primer paso, remarcan, es romper un acuerdo de hermanamiento que consideran “caduco” y que defienden que contradice las alertas de entidades como Amnistía Internacional o Human Rights Watch (HRW) sobre los "crímenes de apartheid" cometidos por el Estado de Israel. Argumentan que Israel ha impuesto un "sistema de discriminación y fragmentación de la tierra y la población palestina" y que el mismo Ayuntamiento de Barcelona admite que no se ha podido llevar a cabo la colaboración entre territorios que se acordó en 1998.

La iniciativa la han promovido entidades como La Fede, la Comunitat Palestina de Catalunya, la Associació Catalana de Jueus i Palestins Junts o la coalición Prou Complicitat amb Israel, y cuenta con el apoyo de sindicatos como la UGT y CCOO y movimientos como el Sindicat de Llogateres o Aigua és Vida, entre muchos otros. A escala política, el movimiento tenía el apoyo de Barcelona en Comú y la CUP (que ahora no tiene representación en el Ayuntamiento ). Si hubiera llegado a discutirse en el pleno, habría sido la primera iniciativa de este tipo en llegar cumpliendo con los requisitos del nuevo reglamento de participación municipal. Y habría tenido que sumar a algún grupo político más, además de los comuns, para quedar aprobada.

"El único beneficiario de este acuerdo ahora mismo era la capital, Tel-Aviv, que lo utilizaba como herramienta de blanqueo", ha defendido el fundador de la Comunitat Palestina de Catalunya, Salah Jamal, que ha reprochado que el gobierno israelí aprovechaba la condición de hermanamiento con Barcelona para vender que comparte principios como la tolerancia cuando no es así. Jamal ha destacado el gesto "valiente" de Barcelona –"Una llamada de atención", ha dicho– y ha confiado en que otras grandes ciudades sigan este ejemplo.

"Lo que denunciamos es la política de estado, que no nos representa y que es fruto de un proyecto colonial en el que el pueblo palestino fue excluido desde el mismo comienzo, ha rebatido el presidente de Junts, Associació de Jueus i Palestins de Catalunya, Laurent Cohen Medina, que ha rechazado de pleno las acusaciones de antisemitas que les han dirigido sus detractores.

Revisar todos los acuerdos similares

La resolución emitida por el síndico de Barcelona el diciembre pasado también le recomendaba al gobierno municipal que, más allá de revocar este hermanamiento, revise todos los acuerdos de este tipo que tiene sellados para verificar que no se trate de ciudades con gobiernos que no respetan los derechos humanos. En el caso de Tel-Aviv, considera que mantener vínculos con autoridades israelíes que legitiman la "prolongación de la ocupación y el colonialismo en Palestina" supone una "complicidad en la configuración de un crimen de apartheid".

Cuando la iniciativa ciudadana ya había confirmado que había conseguido las firmas necesarias en tiempo récord para llevar el tema al pleno, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) ya dirigió una carta abierta a Colau en la que expresan su “inquietud”. "Todas las comunidades judías vemos con preocupación cómo los miembros de nuestra comunidad de Barcelona, todos ellos barceloneses de origen o adopción e independientemente de su afiliación política, están viviendo esta campaña de ruptura", señalaba el escrito, recogido por Europa Press. Y pedía al Ayuntamiento que "continue construyendo puentes de concordia, sensibles con todas las minorías y evite la promoción de discursos de rechazo y aislamiento".

"Es un acto antisemita y xenófobo. Y nos parece una vergüenza la manera de la que se ha decidido", denuncia hoy en declaraciones al ARA Toni Florido, presidente de la Asociación Catalana de Amigos de Israel (ACAI). Considera que el hecho de que Colau haya optado por suspender el hermanamiento con Tel-Aviv sin que el tema haya pasado por el pleno demuestra el "talante antidemocrático" de la alcaldesa, a quien acusa de haber tomado la decisión para intentar ganar algún voto a tres meses de las elecciones. "Es incomprensible que esto se decida ahora, cuando cada vez hay más países árabes que establecen relaciones con Israel y cuando cada vez también Barcelona tiene más relación con Tel-Aviv", añade, y asegura que la decisión "discrimina a todos los ciudadanos de Tel-Aviv por razón de origen".

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