Colau renuncia al urbanismo táctico en la ronda de Sant Antoni

BarcelonaLa unanimidad con la cual el pleno de Barcelona ha decidido hoy retirar cuanto antes mejor la losa de hormigón que ocupa dos tramos de la ronda de Sant Antoni –como muy tarde el año que viene– no refleja todos los giros y las tensiones políticas del proyecto. La losa ya hace cuatro años que no acoge las carpas del mercado provisional de Sant Antoni que motivaron su colocación y el gobierno municipal decidió en 2018, casi sobre la campana, que paraba el proyecto de reurbanización que ya tenía a punto. La losa se quedó para desesperación de los vecinos, que denuncian una acumulación de problemas de convivencia, y fue campo de pruebas del polémico urbanismo táctico: se pintaron juegos en el suelo, se pusieron grandes jardineras y poca cosa más. Los planes del gobierno municipal pasaban ahora para hacer una segunda reforma táctica, mejorando la pintura y los espacios de estancia. Pero el malestar vecinal hizo añicos esta previsión y los comuns, en un nuevo giro de guion, se han sumado al clamor de la oposición y de los vecinos y han admitido que es "urgente" retirar la plataforma de hormigón. Adiós al urbanismo táctico. Y se vuelve al proyecto aparcado en 2018.

Esta decisión ha permitido que la proposición que ha presentado JxCat quedara aprobada por unanimidad y no ha dividido, finalmente, a los socios de gobierno, a pesar de que el PSC ya hace días que se posiciona a favor de quitar la losa. Los de Colau dieron el giro en el último momento y, como avanzó el ARA, el miércoles por la noche comunicaron a los vecinos que pondrían en marcha los trabajos para levantar el hormigón antes de que acabe este año.

"Los vecinos tienen razón, hemos tardado muchísimo en quitar la losa y lo tenemos que reconocer", ha empezado, conciliador, el regidor del Eixample, Pau González, después de escuchar la batería de reproches del resto de grupos. El plan pasa ahora por "actualizar" el proyecto que se paró en 2018, cuando se consideró que después de todo el plan de la nueva superilla quizás ya no era necesario reabrir el tránsito en un tramo de la ronda que hacía nueve años que no tenía. Aquella reforma permitía un carril por sentido para el bus y los servicios y un carril bici bidireccional en medio de la calzada. Ahora, no se replicará igual. De entrada, porque el gobierno municipal ya avisa que ya no se hacen carriles bici en el centro, y también porque quiere discutir con los vecinos si se reabren carriles de circulación como se preveía. Hoy, sin embargo, no ha repetido el discurso de los últimos meses de coordinar una reforma para todas las rondas de Ciutat Vella.

La líder de JxCat, Elsa Artadi, se ha erigido hoy en portavoz de los vecinos y ha leído sus reivindicaciones para denunciar, después, que los comuns las atienden ahora para evitarse una "mala fotografía", como la de la manifestación que ayer por la tarde clamaba contra la losa. "Les interesó mucho más vender un Sant Antoni de la superilla y del vermut que la ronda", les ha espetado. Y la republicana Eva Baró, en el mismo sentido, les ha recordado que "el amor se demuestra con partidas presupuestarias" y que han anunciado grandes para la superilla del Eixample y ninguna para la reforma definitiva de la ronda.