Medio año de ruido "al límite" por las obras de la L8

BarcelonaHabrá ruido, mucho ruido. Los vecinos de Barcelona que viven cerca de las obras de prolongación de la L8 convivirán en los próximos seis meses con el fuerte impacto acústico que generará la siguiente fase de las obras. Los más afectados serán sobre todo los residentes de la zona de la calle Urgell con Consell de Cent y también de la Gran Via junto a la plaza Espanya y el parque Joan Miró.

Esta semana arranca la parte más ruidosa de las obras: la maquinaria ya ha empezado a llegar y no pasa desapercibida. Se trata de máquinas de gran envergadura –algunas tienen unos 20 metros de altura– que agujerearán el terreno hacia el subsuelo para llegar hasta donde pasará el túnel de la L8 que debe unir las estaciones de plaza Espanya y Gràcia, en medio de Barcelona.

El departamento de Territori ha preparado unas grandes pantallas o protecciones acústicas en el exterior, que llegan hasta los seis metros de alto, para intentar paliar las molestias a los vecinos. Sin embargo, fuentes de la conselleria admiten que el impacto acústico estará rozando los límites permitidos de lunes a sábado y, en algunos casos puntuales –siempre con el visto bueno del departamento de Medio Ambiente– quizás tendrán que sobrepasarlos para ejecutar todas las actuaciones.

Por eso la Generalitat y el Ayuntamiento han reanudado esta semana las reuniones con los vecinos afectados. El objetivo es explicarles la obra y advertirles de las molestias.

Además, continuarán las más de 13.500 inspecciones técnicas de pisos y locales para comprobar que todos los inmuebles de sus alrededores parten de una situación segura.

¿En qué consisten las obras?

El objetivo de las obras es unir la L8 de los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña (FGC) entre plaza Espanya y la estación de Gràcia con dos paradas y estaciones nuevas, una en el Clínic y otra en Francesc Macià. También se remodelarán las estaciones de plaza Espanya y Gràcia. Las actuaciones costarán 412 millones de euros y se prevé agujerear el centro de Barcelona a mucha profundidad: entre 50 y 70 metros bajo tierra. Esto es así porque el nuevo túnel, de 4 kilómetros de largo, pasará por debajo de todas las infraestructuras que ya existen en este tramo: la L1 del metro, las líneas de Adif, el túnel del AVE y un depósito.

En los próximos días se empezarán a realizar los pozos de ataque por donde entrarán la tuneladora y los materiales y también por donde se extraerá toda la tierra de las obras. Concretamente, en la Gran Via se instalarán grandes excavadoras (de las llamadas de cuchara) que harán un gran agujero y una cavidad subterránea (como una gran caja de zapatos enterrada de 100 metros de largo y 20 de ancho) para albergar la tuneladora en un futuro. Todos los escombros saldrá por otro túnel, en el parque de Joan Miró. Más adelante también se realizará una gran nave de 10 metros de altura para poner y quitar el material, que tendrá un gran impacto visual, pero ayudará a reducir el ruido.

El otro gran punto de las obras será en la calle de Consell de Cent, esquina Urgell. En esta zona se instalará una gran máquina agujereadora, llamada hidrofresa, que hará las paredes de lo que debe ser un gran agujero de más de 50 metros hacia adentro. En esta zona convivirán dos ruidos diferentes: el que hace esta gran grúa, de más de 20 metros de altura, y el que hace todo el resto de maquinaria de alrededor, que se dedica a distinguir el material que sale del interior .

El metro del Baix Llobregat

Está previsto que las actuaciones duren hasta la primavera del próximo año (2025), momento en el que el ruido en el exterior bajará y comenzarán las labores de la tuneladora, bajo tierra. Territori también ha explicado que este mismo método de trabajo es el que se utilizará, dentro de pocos años, en la zona del Clínic y Francesc Macià. Es decir, los vecinos de esa parte más alta del Eixample barcelonés sufrirán los mismos ruidos más adelante.

Territori se esfuerza en recordar que estas obras permitirán una unión largamente pedida para que se pueda llegar al centro de Barcelona con lo que ya se llama "el metro del Baix Llobregat". Actualmente, la línea tiene 23 millones de pasajeros anuales y con la prolongación se espera que llegue hasta los 38 millones.