Peligra el mercado de sellos y monedas de la plaza Reial de Barcelona
Una nueva ordenanza municipal podría acabar con ese espacio a partir del otoño
BarcelonaLa plaza Reial de Barcelona lleva más de cien años acogendo el mercado de sellos y monedas de los domingos. Un siglo de historia que podría desaparecer este otoño. El motivo: el nuevo requisito del Ayuntamiento para renovar las licencias, que quiere equiparar esta actividad al resto de mercados marchantes de Catalunya. Esto implicaría tener que firmar permisos de quince años, en lugar de la licencia anual con la que se instalaban los paradistas hasta ahora. Este tipo de concesión plantea cierta dificultad porque la mayoría de ellos tiene más de sesenta años. "No sacamos un beneficio ni vivimos de eso, somos coleccionistas y lo hacemos porque nos gusta", lamenta José María Ríos, presidente de la asociación de filatelia y numismática de la plaza Reial.
La falta de relevo generacional y la incertidumbre de los paradistas por comprometerse a largo plazo son los principales obstáculos para renovar los nuevos permisos y no quedarse fuera de este espacio, donde llevan 104 años instalándose los domingos por la mañana. Además, desde la asociación también denuncian una situación de "indefensión", ya que hasta ahora la renovación la llevaba a cabo de forma colectiva el propio Ríos como presidente de la entidad. Ahora, al ser individuales, muchos de los paradistas de avanzada edad no tienen conocimientos ni medios para llevar a cabo los trámites digitales necesarios.
Desde el Ayuntamiento aseguran que la nueva ordenanza –que aún está por aprobar– supone una actualización normativa para adaptarse a la legislación vigente, concretamente a la Ley de Comercio de la Generalidad de Cataluña de 2010. Actualmente el texto está preparado para iniciar el proceso de diálogo con los grupos municipales, informan las mismas fuentes. Los paradistas deben entregar las renovaciones antes de que acabe septiembre, si no quieren correr el riesgo de desaparecer. Por su parte, la asociación reclama una adaptación "más flexible" de la nueva legislación y que se reconozca "el carácter histórico y cultural" de su feria como patrimonio cultural inmaterial.
Una afición a la baja
El mercado agrupa a una cincuentena de personas –la mayoría jubiladas– aficionadas a la colección de sellos (filatelia) y monedas (numismática), donde la actividad principal es el intercambio y la compraventa para completar las diferentes series que se han ido sacando a lo largo de los años. Aunque al empezar, en los años veinte, era una feria de sellos, ahora la mayoría de las paradas son de coleccionistas de monedas, mientras que la actividad filatélica ha quedado reducida a menos de una decena de estantes, según explica Ríos.
La afición por los sellos y las monedas tiene un fuerte componente de tradición familiar. Ríos, por ejemplo, empezó a recopilarlos en 1973 cuando heredó una caja de monedas de su abuelo. Ahora se centra principalmente en coleccionar monedas de todo el mundo (exceptuando euros) de los últimos siglos. "Cuando viene gente mayor con sus nietos a menudo les regalamos monedas o sellos y les explicamos el significado de cada una, queremos fomentar el interés de las nuevas generaciones", señala.
Francisco Vicente, paradista de la plaza Reial, lleva toda la vida coleccionando sellos, ya que con cinco años empezó a asistir a la feria con su padre. Y desde 1981 se instala en este espacio los domingos. Ahora, a las puertas de la jubilación, pide que el Ayuntamiento no "desprecie" esta actividad, y se muestra escéptico sobre las decisiones que el consistorio ha ido tomando a lo largo de los años. "Siempre hemos salido perjudicados, como cuando nos echaron de los porches de la plaza Reial en el 2001 para dar espacio a las terrazas de bares, algo que el gobierno municipal de ese momento nos juraron que no haría", declara.
En esta línea, coincide con Ríos en que la actividad se ha reducido a un tema "sentimental", ya que el poco beneficio que pueden llegar a sacar lo invierten en adquirir nuevas piezas por sus colecciones. Además, la falta de relevo generacional hace que esta práctica esté muy envejecida y la asistencia a la feria baje: "Muchos coleccionistas son gente muy mayor que no pueden venir a la plaza y yo les traigo los sellos a su casa –explica–. La filatelia está herida de muerte, y la numismática va por el mismo camino, pero tardará más".