El nuevo plan ha sido cocreado con la participación de 259 personas pertenecientes a distintos grupos sociales y edades, y cuenta con un amplio consenso político. Han colaborado activamente formaciones como Junts, Barcelona en Comú, Esquerra Republicana y el PP. Según el consistorio, "la voluntad es construir una Barcelona más sana, justa y libre de desigualdades también en el ámbito de las adicciones".
El plan de Barcelona para "desnormalizar" el consumo de alcohol
El Ayuntamiento limitará la publicidad y la promoción de bebidas alcohólicas en espacios públicos y actividades municipales
BarcelonaBarcelona quiere cambiar la forma en que se percibe y se accede al alcohol en la ciudad para "desnormalizar" su consumo y reducir las oportunidades de acceder. Ésta es la principal línea de actuación del nuevo Plan de Acción sobre Drogas y Adicciones 2025-2028, un documento que incorpora por primera vez, desde que en 1987 se impulsó el primer programa, una mirada de género. "El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida en la capital catalana y es la causa principal de los inicios de tratamiento, tanto en hombres como en mujeres", ha señalado la concejala de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Marta Villanueva, durante la presentación del plan.
En concreto, el 46% de las personas que inician tratamiento en los Centros de Atención y Seguimiento (CAS) lo hacen por problemas relacionados con el alcohol. Los datos más recientes de la Encuesta de Salud de Barcelona (ESB), de 2021, muestran que un 75,7% de los hombres y un 54,9% de las mujeres declaran haber consumido alcohol en el último mes. Además, un 14,1% de los varones y un 7,9% de las mujeres presentan un consumo de riesgo, es decir, que puede tener consecuencias negativas para su salud.
Ante este contexto, el nuevo plan prevé una serie de medidas preventivas y de reducción de daños. Entre ellas, la regulación del patrocinio y la publicidad de bebidas alcohólicas en espacios públicos y en la red de Transportes Metropolitanos (TMB); regular su publicidad indirecta y el patrocinio en actividades municipales; limitar su promoción en eventos con implicación municipal, e impulsar alternativas de ocio saludables para jóvenes. "Queremos que las oportunidades de consumo se reduzcan y que la ciudadanía perciba Barcelona como una ciudad saludable y con menos desigualdades", ha explicado Villanueva.
Tras el alcohol, el cannabis se mantiene como la segunda substancia más consumida en Barcelona. Ante esta realidad, el Ayuntamiento prevé reforzar las inspecciones en los establecimientos que comercializan productos derivados del cannabis, como hace ya desde hace años. Además, el nuevo plan prevé incrementar los recursos de acompañamiento terapéutico para adolescentes, jóvenes y sus familias, con servicios pensados para ofrecer un soporte precoz y cercano en situaciones de consumo.
El documento, elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), estructura sus 150 objetivos en torno a cinco ejes estratégicos con un horizonte de tres años. Uno propone medidas ambientales para limitar los estímulos que favorecen el consumo, tanto de alcohol como de otras sustancias, y reducir los incentivos sociales, culturales o comerciales que lo promueven. En concreto, se busca retrasar el inicio del consumo de drogas entre los adolescentes y disminuirlo entre los adultos, así como reducir el estigma social hacia las personas que sufren una adicción, remarcó Villanueva.
Además, el plan actualiza su enfoque ante nuevos patrones de consumo surgidos después de la pandemia, como el incremento del uso de cannabinoides sintéticos, que son sustancias creadas en el laboratorio que imitan la planta del cannabis, el auge del chemsex –el uso de drogas con fines sexuales–, que según la ASPB ha crecido de forma "exponencial" en la ciudad, y el policonsumo, ya que a menudo la población combina más de una droga.
Un plan con perspectiva de género
Uno de los elementos más innovadores del nuevo plan es su apuesta por una perspectiva de género y un enfoque interseccional, reconociendo que las causas, los contextos y las consecuencias del consumo varían según el género, la identidad o el origen social. revictimizante.
En esta línea, se contempla también el aumento de plazas residenciales para mujeres con consumo problemático que han sido víctimas de violencia de género, un colectivo especialmente vulnerable que hasta ahora encontraba más barreras de acceso a los recursos de atención.
Además, y teniendo en cuenta que las adicciones no sólo tienen un impacto en las personas que las padecen, sino también en las familias, el nuevo plan promueve el acompañamiento, la orientación y el apoyo específico en todo el núcleo. Así, prevé crear y difundir un mapa de recursos preventivos y asistenciales de consumo de drogas y adicciones y trabajar con las Asociaciones de Familias de Alumnos (AFA) y otros agentes de la comunidad escolar para la prevención y apoyo terapéutico a las familias y entidades.