La Sagrada Familia: objetivo, terminarla en 10 años
La junta constructora del templo "mantiene la ilusión" de terminar el proyecto en el 2034 y "no renunciará" a hacer la escalinata
BarcelonaPara la Sagrada Família el 2023 ha sido un buen año. Y a vista se nota: vecinos y peatones deben esquivar a los cientos de turistas que hacen hervir los alrededores de la basílica haciéndose fotografías, esperando en la cola para entrar o para preguntar el precio de las entradas. También hay decenas de grupos escolares a los que guías y profesores intentan no perder de vista entre el gentío, y otros turistas, tanto si se detienen como si no, mirando al cielo para admirar la imponente obra magna de Antoni Gaudí. Tras la pausa impuesta por la pandemia, que descendió las cifras de afluencia, ahora atravesar el templo por fuera y por dentro vuelve a ser una carrera de obstáculos. En el último año la principal atracción turística de Catalunya ha atraído a 4,7 millones de visitantes, un 22,5% más que en 2022. En cifras absolutas significa que ha habido un millón de personas más visitando el templo, especialmente norte- americanos, que ya representan el 19% de todos los visitantes; un porcentaje superior al de 2022, cuando sólo eran el 13,8%.
En su memoria para el año 2023, la Junta Constructora de la Sagrada Familia ha constatado que, a pesar de no superar los datos prepandémicos, la llegada de visitantes internacionales se ha acelerado: el año pasado el 85 % de las entradas las compraron extranjeros. Detrás de los estadounidenses se encuentran los visitantes catalanes y españoles (14,6%), los italianos (7%), los coreanos (5,6%), los alemanes (4,4%) y los japoneses (2,3 %). La Junta ha presentado la memoria de la basílica en uno de los pocos espacios del edificio aislado del alboroto de los visitantes. Aunque las cifras de visitantes del 2019 superan a las del año pasado, la Junta se ha mostrado convencida de que acabarán el año con resultados similares, o incluso superiores, a los registrados antes de la pandemia.
Sólo entre el mes de febrero y marzo de este año ya se están registrando más visitantes que hace cinco años. Este miércoles para recorrer el pasillo principal del edificio –inundado por la luz natural que se refleja a través de las emblemáticas vidrieras– había que hacer continuos zigzags para esquivar a la multitud. La altísima actividad turística del templo se ha traducido en unos ingresos de más de 120 millones de euros, de los que la mitad han ido a sufragar la construcción, según el presidente delegado de la Junta Constructora, Esteve Camps. El resto se ha destinado a la gestión ya la disposición de fondos propios.
La Sagrada Família es una parada obligatoria de la Ciudad Condal y en la eterna pregunta de cuándo se podrá ver la Sagrada Família acabada del todo, Camps dice que todavía es precipitado fijar una fecha pero que mantienen el deseo de culminar el proyecto 2034. “Es una ilusión decir que dentro de 10 años la Sagrada Família quedará terminada, pero la realidad es más difícil”, admite. En este sentido, afirma que no renunciarán a hacer la escalinata de la fachada de la Gloria, lo que obligaría a desalojar a más de 3.000 vecinos de la calle Mallorca; un proyecto paralizado que, según el patronato, sólo el Ayuntamiento de Barcelona tiene la clave para desatascar.
No renuncian a la escalinata
De momento ya se han culminado las Torres Evangelistas, las figuras simbólicas de los narradores de la vida de Jesús conformadas por san Marcos, san Juan, san Mateo y san Lucas. Todas ellas rodean la Torre de Jesucristo, que está previsto que se abra al público en 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Antoni Gaudí. Los responsables de la Junta Constructora confirman que en 2025 también se terminarán las obras de la Capella Assumpta. Camps asegura que ya tienen permisos para las obras a corto plazo. "La situación económica nos da optimismo por la carrera final de las obras", afirma.
El presidente delegado de la Junta Constructora del templo asegura que posteriormente los esfuerzos se dirigirán a la fachada de la Gloria ya su verticalidad, que son las obras para las que en la actualidad disponen de permisos para construir. En cuanto a la polémica escalinata de la fachada de la Gloria, que obligaría a desalojar a más de 3.000 vecinos de la calle Mallorca, el patronato insiste en que "no renunciará" al proyecto y que negociará con la administración lo necesario. "Nosotros somos los herederos de Gaudí y vamos a cumplir su voluntad al pie de la letra", avisa el presidente. En este sentido, Camps subraya que a la Junta no le corresponde negociar las expropiaciones de fincas para poder realizar la escalinata hasta que no tengan los permisos de construcción aprobados. En cualquier caso, dice, se sentarán con el Ayuntamiento para "negociar" y "llegar a un acuerdo".