26/07/2021
1 min
Como un retratista del siglo pasado ando por el pueblo, con mi cámara TLR de película de 120 en las manos. Me cruzo a los de siempre, los que viven aquí. Año tras año, saludo a los niños, más altos de verano a verano.
No hay nadie desconocido, no hay nadie nuevo. Solo yo y mi cámara, que con paciencia de pueblo uso lentamente, sin fotómetro ni lentes. El tiempo se ha parado en un pequeño pueblo del Bajo Aragón, parado en una foto un poco borrosa, a la sombra de los olmos.