FESTES EN PANDÈMIA

“La capacidad de adaptación es la clave para pasar bien estas Navidades”

Psicólogos y sociólogos analizan las consecuencias de unas fiestas en pandemia

Thaïs Gutiérrez
4 min
El passeig de Gràcia de Barcelona amb la il·luminació de Nadal.

Barcelona“La sociedad está muy castigada por la cantidad de meses que traemos con esta realidad de restricciones y renuncias. Hemos vivido muchos lutos y de muchos tipos y ahora lo que necesitaríamos sería hogar, familia e incluso tradición, porque al ser una cosa repetitiva nos da seguridad, pero no lo podremos tener como querríamos”. Lo dice Carol Palma, psicóloga y miembro de la sección de psicología domiciliaria del Colegio Oficial de Psicología de Catalunya (COPC), que explica que la Navidad, como todos los rituales familiares, tiene una función social y hace aflorar el sentimiento de pertenencia, de identidad familiar y de seguridad. Son valores que “este año necesitaríamos pero que no podremos tener de forma normal porque las restricciones harán que muchas familias renuncien a pasar las fiestas como siempre”, dice. “Después de tantos lutos nos habría ido muy bien poder reunirnos y compartir. La gente necesita un equilibrio entre tanta renuncia porque hemos perdido muchas cosas: desde seres queridos hasta trabajos, pasando por la vida social y el ocio”, apunta Palma. En la misma línea se expresa Francesc Núñez, sociólogo y profesor de la UOC, que destaca la importancia del ritual social de Navidad: “Es un momento de reencuentro y celebración para estar juntos y para estar vivos, es una confirmación que estamos bien y un reencuentro con los que queremos”. Núñez dice que las fiestas navideñas han supuesto desde siempre la coincidencia de un placer más hedonista e inmediata -comer, beber, recibir regalos y hacer fiesta- con valores más profundos, relacionados con el sentido de la vida, y que son lo que convertía la Navidad en una fiesta tan importante. “Y ahora nos dicen que todo esto no podrá ser y nos minimizan la importancia de estas fiestas -lamenta el sociólogo- diciéndonos que no pasa nada, que solo es un año, y que tampoco es tan importante, pero hay mucha gente que sí que lo vive como un momento importante y, por lo tanto, habrá mucha frustración y sentimiento de choque por no poderlo celebrar”, apunta.

Políticos sin discurso emocional

Y es que Núñez echa de menos el “discurso emocional” de los dirigentes y responsables, tanto de políticos como sanitarios, en la gestión de esta pandemia. “Traemos meses acumulando traumas y tenemos cicatrices emocionales grandes que generan dolor, pero esto parece que no importa en los gobiernos y a los que toman decisiones”, dice. “Cuando se hacen cálculos sobre como combatir la pandemia, el factor emocional no está, queda invisibilizado, pero en cambio en la vida diaria de la gente eso sí que pesa. No poder ver a la familia, abrazarlos, no poderlos reunir para hacer una comida... hace mucho tiempo que nuestro día a día está siendo boicoteado y todas estas renuncias atentan contra la condición humana porque somos seres sociales”, dice, y añade que ahora le ha tocado a Navidad, que es uno de los pocos rituales colectivos que nos quedan -era muy criticado por su vertiente consumista, sí, pero también es muy importante para algunas personas-, y esto hará aumentar la frustración y la sensación de incertidumbre.

Palma comenta que precisamente la incertidumbre es uno de los sentimientos con los que es más difícil lidiar. “Si nos garantizaran que renunciando a esta Navidad solucionábamos la pandemia, creo que todo el mundo firmaría. Pero no es así. No sabemos si bastará ni cuántas renuncias más tendremos que hacer y esto genera un gran cansancio que se suma al que ya traemos acumulado y que hace que mucha gente empiece a sentir rabia”.

Ella cree que la capacidad adaptativa de cada persona será la clave para pasar mejor esta Navidad extraña. “Hay personas que tienen una gran capacidad de adaptación y estas son las que pueden vivir mejor esta situación. Toca ser originales y reinventar la Navidad”. En esta línea se han visto familias que ya se están organizando para encontrar fórmulas alternativas para celebrar las fiestas: un paseo al aire libre, una merienda en el jardín o por videollamada…” “Queda claro que son familias con mucha capacidad de adaptación y esto quiere decir que estarán mejor porque la invención es un ingrediente positivo en esta situación y es un factor protector en un momento tan difícil”, dice esta experta, que cree, en cambio, que las familias más rígidas que queden atrapadas por el golpe de no poder hacer las fiestas como siempre “lo vivirán con más tristeza y dolor”.

En cuanto a los niños, esta experta no cree que esta Navidad diferente sea un problema para ellos. “Precisamente los niños y niñas son los que, con esta crisis, han demostrado que tienen una gran capacidad de adaptación. A ellos lo que los gusta es estar con su burbuja si allá hay bienestar y tiempo para jugar y, por lo tanto, no sentirán tanto el impacto de no poder hacer grandes comidas familiares, por ejemplo, que es una cosa que gusta más a los adultos”. Los que seguramente lo pasarán peor, en cambio, dice Palma, “son las personas mayores porque son los que más necesidad tienen de juntar a la familia cada año, de reencontrarse, y porque muchos valoran mucho el tiempo compartido en celebraciones especiales porque no saben cuántas más podrán hacer y por eso son tan importantes”.

Una red social para contactar con vecinos

Para combatir la soledad no deseada por Navidad, la red social Nextdoor, que pone en contacto personas que viven en el mismo barrio, ha puesto en marcha la campaña Compta amb mi (cuenta conmigo), que invita a los vecinos a contactar entre ellos y ayudarse para que nadie se quede aislado durante las fiestas. Esta red quiere concienciar sobre el problema de la soledad y por eso ha hecho una encuesta entre sus usuarios. Los resultados a pocos días del inicio de las fiestas son que un 55% dicen que tienen menos ganas que llegue Navidad en comparación con otros años, y un 44% tienen miedo de quedarse aislados durante estas fechas señaladas debido a las restricciones. Desde la red social alertan que cualquier persona de cualquier edad se puede encontrar en situación de soledad no deseada a lo largo de su vida si las relaciones sociales, la compañía y los objetivos vitales que tiene son diferentes de los que querría. Y la pandemia acentúa las tres cosas.

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