Cincuenta años de Badia, la ciudad que nació como barrio
La localidad reclama la retirada del amianto y el Ayuntamiento confía en convertirse en un "distrito universitario" de la UAB
Bahía del VallésLa de Badia del Vallès es la más particular de las historias de los polígonos de viviendas que el Patronato franquista levantó para dar techo a los inmigrantes españoles. A vista de pájaro, la distribución de los edificios tiene la forma de la Península Ibérica, y sobre el terreno los nombres de las calles se disponen fieles a la geografía. Es particular por muchas cosas. Primero, porque llega a los 50 años no como barrio sino como ciudad –lo es desde 1994–, con la singularidad de que es la única con todas las viviendas (5.400) de protección oficial, aunque a partir del próximo año sólo quedarán un centenar largo. El origen de Badia es un "pelotazo urbanístico", explica el socialista Josep Martínez, alcalde de la localidad desde agosto del año pasado, aludiendo a que la familia Badia compró los terrenos justo antes de su expropiación para hacer el barrio, que nació como una mancomunidad de Barberà o Cerdanyola.
La mala planificación de la época terreno, lo que obligó a limitar el barrio a una superficie de 0,93 kilómetros, donde se acomodaron hasta 26.000 personas, que se han quedado en los actuales 13.000 pisos. de los habitantes tiene más de 65 años y, entre las reivindicaciones vecinales y del consistorio, se encuentra la de la residencia pública
Otra de las singularidades es que Badia no tiene actividad empresarial, así que la recaudación se limita al pequeño comercio y al IBI, lo que hace que sea la ciudad con la renta y el PIB más bajos de Catalunya y con la tasa de paro más elevada. La principal vía de financiación es la subvención de 3,5 millones de la Generalitat fijada por ley. Sin embargo, el alcalde confía en crear riqueza con un solar privado cualificado de industrial y comercial y uno municipal en el que ruega para que se instale una residencia de estudiantes, aprovechando la vecindad de la UAB. Al campus se llega andando, y si esa proximidad ha facilitado la entrada en la universidad de los hijos de Badia, ahora debe servir para hacer de la ciudad un "distrito universitario", afirma Martínez orgulloso.
El paso de las viviendas protegidas en el mercado libre coincide con la crisis inmobiliaria. El futuro, según Martínez, consiste en ser capaz de atraer a perfiles distintos de vecinos para "cambiar la realidad social", aunque, de momento no se ha notado ningún cambio demográfico porque el régimen de protección ha impedido una renovación más allá de la biológica. La tasa de migración, por ejemplo, es del 7%, la mitad que la de la comarca, mientras que la de paro dobla a la catalana. El próximo año dejan el mercado protegido las últimas 1.400 viviendas.
Los pisos de 70 y 80 metros cuadrados se han doblado en una década, y de los 120.000 euros que valían el año pasado, suben a los 160.000, apunta Anna Sallent, una de las socias de Finques Badia, que dice que los alquileres "impensable hasta ahora".
El gran temor de la Asociación de Vecinos es la llegada de "fondo buitre" buscando pisos a pocos kilómetros de Barcelona, bien comunicados, con luz, ascensor y en un área bien comunicada, como explica el presidente de la entidad, Juan José Díaz, quien se pregunta cómo se supone que deben competir los jóvenes del barrio con compradores con mayor poder adquisitivo. El alcalde defiende que "la política de vivienda pública [de Catalunya] no debe centrarse sólo en Badia", pero apunta que todavía quedarán unas 200 viviendas públicas, aparte de las 32 de la futura promoción de la calle Zaragoza y por las que, de momento, hay 200 candidatos.
Con 27 años, a Susana Rojas no le salen los números si quiere independizarse y, dado que los abuelos tienen un piso en el barrio, tiene claro que la única vía es "la herencia", porque quiere quedarse. Charla con su amiga de infancia Marta Rojana, que se marchó a Sabadell creyendo que subía de nivel y cuando fue madre quiso volver. "Los amigos están volviendo porque es más barato, pero también nos encontramos bien en familia", dice.
Un sitio fantasma
Llegó Díaz con 22 años y recuerda que era un "lugar fantasma", sin servicios. "La guardería, la escuela, la biblioteca y las tiendas lo hemos conseguido con lucha vecinal y con muchos palos de la Guardia Civil", rememora para subrayar el empeño de superación y supervivencia de los primeros residentes. Aunque los primeros pisos se llenaron en 1973 no fue hasta julio de 1975 que los entonces príncipes, Juan Carlos y Sofía, hicieron la entrega simbólica de las llaves. Ese día "la policía secreta" estaba en todas las azoteas del barrio, recuerda Antonia Quintero, que estrenó piso en la céntrica avenida Burgos. Parte de los pisos se sortearon, pero la mayoría ya se habían adjudicado a trabajadores de empresas públicas que en muchos casos nunca llegaron a vivir. Esto provocó empleos de familias necesitadas de techo que no regularizaron la situación hasta tres décadas después.
Eva Menor llegó a Badia desde Madrid "por amor" y fue alcaldesa durante 15 años, hasta que en agosto del año pasado el presidente Salvador Illa la nombró consejera de Igualdad y Feminismo. Su pareja fue criada en Badia y siguen viviendo con sus hijas en el mismo piso donde se instalaron en 1997. "No tenemos ninguna intención de marcharte porque Badia es una ciudad tranquila, cómoda, donde todo el mundo se conoce y por la que te puedes mover a pie", dice la consellera haciendo la mejor de las promociones de la ciudad, donde dice que ha hecho ".
Desde la alcaldía tuvo que hacer frente a la crisis hipotecaria ya la pandemia, pero como algo positivo apunta a que todas las dificultades –pasadas y presentes– han hecho de Badia una comunidad "orgullosa de tanta lucha colectiva" y asegura que es "una historia de éxito con mucho futuro"
Amiant i els
Referirse al futuro también es hablar sobre la retirada de las placas de amianto que cubren la mayoría de edificios, un proyecto que ocupa y preocupa tanto a los vecinos como al consistorio. Se prevé empezar la retirada por 127 bloques y, en una segunda fase, los 38 que quedan. La retirada del amianto, así como la demanda de la residencia, estará presente este lunes en la recepción alternativa que los vecinos preparan para la visita de los reyes de España. "Si [la monarquía] nunca se ha preocupado por Badia, ¿qué vienen a hacer aquí? Que nos dejen el protagonismo a los vecinos anónimos que hemos hecho Badia gran", afirma Díaz.