Un combate sexual podría explicar por qué las jirafas tienen el cuello tan largo
Un nuevo estudio sugiere que la selección sexual habría influido en su evolución
Barcelona¿Por qué las jirafas tienen el cuello tan largo? La respuesta a esta pregunta ha sido objeto de debate constante entre zoólogos y biólogos durante siglos y ha inspirado hipótesis diversas –más o menos convincentes– para explicar la evolución del rasgo distintivo del animal terrestre más alto del mundo. La más popular y repetida (a pesar de que biológicamente cuestionable) afirma que las jirafas han desarrollado un cuello muy largo a raíz del esfuerzo continuado para llegar a las hojas más altas de los árboles de la sabana africana. Por otro lado, desde la época de Jean-Baptiste Lamarck y Charles Darwin han sido consideradas un ejemplo clásico de la evolución adaptativa y la selección natural. Es decir, se considera que las dimensiones del cuello han ido aumentando a lo largo de las generaciones porque las jirafas que tenían el cuello más largo podían llegar a una fuente de alimento intacta y se adaptaban más fácilmente al medio. En cambio, las jirafas de menor altura morían por culpa de la competencia, y, por lo tanto, las del cuello largo tenían más éxito a la hora de reproducirse.
Ahora bien, un nuevo estudio publicado en la revista Science sugiere una explicación alternativa en cuanto a la evolución de los imponentes cuellos largos que conocemos hoy en día: el combate sexual. El análisis del fósil de un antiguo ancestro de la jirafa, el Discokeryx xiezhi, revela que estos grandes rumiantes necesitaban el cuello y la cabeza para competir por su pareja, mediante golpes de cabeza. Por lo tanto, según los autores del artículo, la selección sexual impulsada por la competencia entre machos habría promovido la evolución de estas partes del cuerpo de las jirafas y el acceso al alimento a alturas elevadas sería un beneficio compatible con esta transformación.
La teoría del cuello por el sexo reforzada
Este hallazgo refuerza una de las otras hipótesis propuestas por los científicos: "el cuello por el sexo". Según esta teoría, las jirafas machos con un cuello más fuerte y desarrollado, que balancean para golpear con sus huesos, tendrían más garantías de vencer los combates para acceder a las hembras y demostrar su dominio y, en consecuencia, más posibilidades de transmitir el gen ganador a sus descendentes.
Para los autores del estudio, los fósiles de especies antiguas de jirafa son claves para esclarecer los mecanismos evolutivos de esta especie. En este caso, el fósil descubierto fecha del mioceno temprano (hace unos 16,9 millones de años) y fue encontrado en el norte de la cuenca de Junggar, en China. Tiene una protección craneal en forma de disco, combinada con una complicada morfología de la cabeza y del cuello. Esto indica que participaba en los combates donde utilizaba la cabeza como arma, que eran más feroces que en cualquier otro rumiante. Asimismo, las grandes articulaciones atlantooccipitales e intercervicales que presenta –esenciales para el choque de hacia gran velocidad– también lo refuerzan.
El análisis también demuestra que podría haber poseído la adaptación de la cabeza y el cuello más optimizada para el golpeo identificada hasta ahora en la evolución de los vertebrados, así como las articulaciones cabeza-cuello más complicadas de los mamíferos conocidas hasta hoy. Por otro lado, los datos extraídos del esmalte dental del fósil sugieren que la especie ocupaba espacios marginales diferentes de los otros herbívoros de su época, lo que habría influido y facilitado su evolución y adaptación al medio.